Un colchón en el pasillo, la solución para poder dormir

Los vecinos de 11 asociaciones se unen en una plataforma para denunciar de forma conjunta el problema del botellón y del ruido generado por los veladores

26 jul 2017 / 08:36 h - Actualizado: 26 jul 2017 / 08:36 h.
"Barrios","Beltrán Pérez","Juan Carlos Cabrera"
  • Los problemas del botellón lejos de acabar siguen aumentando. / Antonio Acedo
    Los problemas del botellón lejos de acabar siguen aumentando. / Antonio Acedo

Los vecinos de Macarena-Tres Huertas siguen un ritual cada noche si quieren conciliar el sueño. Cuando llega la hora de dormir, arrastran los colchones desde sus dormitorios al pasillo entre las habitaciones. Es el único lugar de la casa en el que el ruido y las vibraciones producidas por varias discotecas cercanas se perciben con menos intensidad. Es la única fórmula para descansar.

En la barriada, como denunciaba ayer el portavoz de la asociación Macarena contra el ruido, Luis Bartolomé de Paz, han proliferado las discotecas cerca de las viviendas y botellones de martes a domingo, «y nos impide conciliar el sueño».

La situación que describe el representante vecinal es de «desesperación». «Tres familias han tenido que malvender sus pisos y mudarse porque soportar esto es un auténtico infierno. Nos vamos a volver locos». De Paz lamentó la «falta de acción municipal» para poner solución a este problemática que está extendida en la ciudad.

En concreto, en Los Remedios el ruido también es un problema. Aunque las causas son el botellón, la Feria y los veladores «que se saltan la norma». Para José María Cañizares, presidente de la asociación de vecinos de Los Remedios, además de denunciar los inconvenientes de vivir junto al Real, apuntó que «los terrenos son el resto del año un botellódromo diario con el foco de basura, botellas rotas y de coches discoteca que eso supone». A esto se le suma que hay dos calles que «se han puesto de moda y están hasta arriba de veladores». «En Virgen de Luján y Flota de Indias el jaleo hace imposible el descanso». Cañizares se quejó de la falta de agentes de la Policía Local para controlar las irregularidades. «Y encima cuando se les llama no nos hacen ni caso. Nos ponen mil excusas».

El presidente de la asociación Torre del Oro, vecinos del Arenal, Antonio Fernández, aseguró haber sido el «descubridor» del botellón. «Fue allá por el 92. Con la Expo. Desde entonces nada ha cambiado. La gente sigue bebiendo en la calle. Los bares acumulan y acumulan denuncias. Se les clausuran los locales y los vuelven a abrir. Y así llevamos un año tras otro. Es la rutina del botellón», resumió.

Fernández apuntó que su asociación lleva años denunciando en los tribunales la situación «y llevo años ganando sentencias». «Ahora los estoy dejando estar pero el siguiente paso es llevarlo al Tribunal Supremo vía el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para que condenen a Sevilla por lo que estamos pasando».

Más de 30 años de lucha lleva también la presidenta de los vecinos de la asociación Estación de Córdoba, Dolores Dávila. Ella fue la encargada de alertar de que lejos de desaparecer, «están proliferando junto a los problemas del botellón, los establecimientos que tienen veladores e incumplen la normativa y que no tienen ningún tipo de control». Una opinión que secundó Silvia de Carrión, de la plataforma Alfalfa Degradada. Según apuntó, esta tendencia «va a más y se van sumando nuevas zonas». Por ello, las asociaciones afectadas –por el momento suman 11– han decidido aunarse en una plataforma, Sevilla Cívica, en la que trabajar en red y poner en común estas situaciones y demandar de forma conjunta soluciones, «pues así tendremos más fuerza ante la falta de acción municipal».

Esta circunstancia fue aprovechada ayer por el PP que reunió en el Ayuntamiento a todos los afectados «por primera vez», para valorar las necesidades y buscar soluciones. «Ante la inacción del Ayuntamiento, el PP toma la iniciativa», dijo el portavoz de los populares, Beltrán Pérez. «Para nosotros el derecho prevalente es el del descanso pues afecta a la salud», explicó.

El PP alertó de un «otoño caliente debido a la falta de acción municipal». Por ello, para acabar con el problema del botellón y de la contaminación acústica y lumínica «que sufren cada vez más zonas de la ciudad», Pérez anunció que mantendría reuniones periódicas con los vecinos además de concretar citas con los empresarios de la hostelería y la noche, «que son los primeros interesados en buscar soluciones», para encontrar puntos de encuentro. El PP se encontrará con universidades y academias para «tratar de hacer una labor de concienciación de que Sevilla no es una ciudad para emborracharse ni para hacer lo que no se hace en sus países», dijo Pérez quien señaló que además de labores de sensibilización y dar alternativas de ocio, es sangrante la falta de inspecciones, de sanciones y de mantenimiento de la normativa. Es una cuestión difícil, lleva mucho tiempo, pero actuando mucho, se reduce mucho». concluyó.

«Se actúa constantemente contra el botellón y los ruidos»

El delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, defendió que hay actuaciones constantes de la Policía Local contra el ruido nocturno y las concentraciones para el consumo de alcohol en la vía pública, así como contra los establecimientos que incumplen la normativa. «Los controles y el trabajo se han reforzado respecto al anterior mandato en el que prácticamente no se hizo nada. Todos los fines de semana hay actuaciones en los distritos». Cabrera además subrayó que hay interlocución con las entidades vecinales y con quienes tienen problemas de ruido y molestias por las concentraciones nocturnas para el consumo de alcohol. «Somos firmes defensores del derecho al descanso, tal y como demostramos constantemente y damos la bienvenida al PP si quiere ahora sumarse a las vías de diálogo que no usó durante sus cuatro años de gobierno». El delegado además recordó que el trabajo que se está realizando está también encaminado a concienciar y sensibilizar a los jóvenes con iniciativas conjuntas entre Lipasam, Cruz Roja y Tussam coordinadas desde la Delegación de Igualdad, Juventud y Relaciones con la Comunidad Universitaria.