Un ‘hospital’ frente a la epidemia del siglo XXI

El Virgen Macarena cumple diez años desde que implantó el hospital de día de diabetes. Por sus expertas manos pasan más de 4.000 pacientes cada año

Iñaki Alonso @alonsopons /
24 oct 2016 / 21:55 h - Actualizado: 24 oct 2016 / 00:55 h.
"Salud"
  • Una paciente recibe las explicaciones de Olvido, una de las enfermeras del hospital de día de diabetes. / José Luis Montero
    Una paciente recibe las explicaciones de Olvido, una de las enfermeras del hospital de día de diabetes. / José Luis Montero

Una epidemia del siglo XXI que tendrá, en escasas décadas, las consultas de los hospitales llenas hasta los topes. Y no tiene nada que ver con el hambre o un virus que se haya propagado por el mundo. Se trata de una enfermedad que se contagia por hábitos nada convenientes como la mala alimentación o la vida sedentaria. Hay 415 millones de personas en el mundo con diabetes, cifra que ya de por sí asusta, pero que abruma si a ella se suma la variable de la previsión: habrá 640 millones de diabéticos en 2040 si no se pone freno.

Sevilla no escapa a esa ola y, de hecho, está calculado que un 16 por ciento de la población es diabética, bien de Tipo I, que afecta a jóvenes y habitualmente de composición delgada; o de Tipo II, la más común y que tiene como antecedente más claro el sobrepeso. Pero, al menos, dispone de un hospital de campaña para hacer frente a esta batalla. Desde hace una década –cumplieron 10 años en marzo–, el Hospital Virgen Macarena cuenta con el hospital de día de diabetes, una unidad situada en la primera planta del centro hospitalario que nació con la idea de contar con un equipo especializado (con médicos, enfermeros y educadores) que pudiera atender al paciente con diabetes en 24 horas.

Sólo en 2015 pasaron por este hospital de día un total de 4.417 sevillanos. Y eso sin contar con que el Virgen del Rocío tiene su propia unidad especializada en diabetes, con lo que la cifra de atendidos, sólo en Sevilla, es mucho mayor. El doctor Cristóbal Morales, responsable del Hospital de Día de Diabetes, centra el objetivo en dar una «solución ágil y rápida» a los pacientes. Y es que, antaño, los pacientes diagnosticados con diabetes pasaban cuatro o cinco días ingresados. En la actualidad, en cuanto hay sospechas en Urgencias –crisis– o Atención Primaria, son atendidos con celeridad por este equipo multidisciplinar. De hecho, el 32 por ciento de los pacientes tratados proceden del área de Urgencias y el 31 por ciento de los centros de salud, que también reciben formación para detectar los posibles casos de diabetes para su derivación.

El hospital cuenta con una consulta, un área de enfermería (con sillones y equipados para pruebas diagnósticas y sesiones de educación individual) y un espacio para un retinógrafo, que permite detectar cambios generados por la diabetes –que se perciben en los vasos sanguíneos, como los de la retina del ojo–.

Morales relata el método de trabajo. «Primero se hace una evaluación de la diabetes, se indica un tratamiento y, posteriormente se le explica detalles para una buena educación diabetológica». Y es que no hay conocimiento claro sobre esta enfermedad, salvo las fórmulas para evitarlo o contrarrestarlo que se fundamentan en comer bien y hacer algo de ejercicio físico. Un guión que, en la actualidad, pocos cumplen.

Los casos que llegan a este hospital de día son de tres tipos por este orden: diabetes descompensada, diabetes gestacional o casos remitidos de urgencia. En total, pasan una media de 25 pacientes al día en este centro que abre de lunes a jueves en horario de mañana y tarde y los viernes sólo de mañana.

Sin embargo, el reto de estos profesionales no es tanto atender a más personas sino, además, ser un mecanismo más de prevención y diagnóstico temprano. Cuando antes se ataje, más fácil es de acabar con «esa leyenda negra» que rodea a la diabetes y que pasa por amputaciones de pierna. En la actualidad, con un diagnóstico precoz existen los mecanismo para evitar esta última vía de salida. «Si se controla con buenos hábitos se puede llevar una vida normal y saludable», señala Morales, que insiste en que, para pillar la enfermedad cuanto antes hace falta conocer los síntomas. En la diabetes de Tipo I, se trata de jóvenes de composición muy delgada que tienen como síntomas más destacables que «beben mucha agua y van mucho al servicio». En el caso del Tipo II, el sobrepeso es el factor más determinante, así como que se hacen resistentes a la insulina. Por último, el requisito para la diabetes gestacional –la que sufren las embarazadas– es comprobar que, como en la mayoría de casos, desaparece una vez que ya han dado a luz. Por ello, recalca, Morales, es necesario que se le practique «una evaluación postparto» para determinar que se ha desaparecido cualquier resquicio de diabetes.

Pero, más allá del tratamiento y la prevención, juegan otros factores. Como la formación. Los profesionales de los hospitales y los centros de salud reciben cursos específicos sobre el abordaje de la enfermedad. La insulinización de los pacientes o la actualización del manejo de la diabetes gestacional son algunos de los ejemplos. «En estos diez años se han hecho muchos esfuerzos para formar a todos en los nuevos tratamientos», manifiesta.

El número importante de pacientes tratados permite que se abran las puertas a la investigación. Hasta en 17 ensayos clínicos participa el Hospital Virgen Macarena, en la mayoría para el desarrollo de nuevos fármacos, tanto para Tipo I –para evitar la evolución de la enfermedad– como de Tipo II –para el mejor control del paciente–. Para ver su efectividad se ha contado con casi 300 pacientes randomizados.

El anhelo es que se cumplan las previsiones en materia de investigación, como la posible curación de la diabetes Tipo I o fármacos que permitan convertir los temidos pinchazos de insulina por medicamentos por vía oral. Mientras tanto, habrá que seguir reivindicando. La próxima cita es el 14 de noviembre, día mundial de lucha contra la diabetes.