-
Sonrisa cómplice entre Gregorio Serrano y Juan Ignacio Zoido, concejales del Partido Popular. -
Ocaso de julio en la Plaza Nueva. No hay alma que sea capaz de resistir los 40 grados de solemnidad que caen con aplomo sobre el mármol. Solo unos pocos turistas rezagados y... ¡sorpresa! 31 concejales que resisten más de diez horas en el Salón Colón del Ayuntamiento en el último pleno de la temporada. Ellos a lo suyo: debates, pullas dignas de virtuosos de la ironía y mociones que se acaban eternizando.
Tan ajenos a lo que pasa en la calle como siempre, en lo social y en lo climático. Porque a la alerta amarilla le salió la competencia de las estalactitas que Amidea Navarro (PP) avistaba desde su bancada. «En ocasiones veo pingüinos, ¿puede usted bajar un poco el aire», interpeló a la presidenta. Más que nada por evitar un inoportuno resfriado a las puertas de las vacaciones, pues los munícipes cerraban ayer sus pupitres para disfrutar de un descanso –si es merecido o no que cada uno lo juzgue– veraniego.
Por ello, el run run del retiro estival era más que patente en todas las conversaciones de pasillo. Cada cual a lo suyo, relataba su ruta prevista, el viaje con la familia o el lugar de desconexión en el que se divorciará por un mes de su inseparable móvil. Tal era la relajación que se vieron menos corbatas que en otros plenos y también algún lapsus resulto con solvencia. Ocurrió en las mociones del PP. Su concejal José Luis García presentaba una propuesta para instar a Adif a ceder un solar como aparcamiento en la calle Pablo Picasso... o mejor dicho, Pablo Iglesias. Un despiste que no sentó nada bien en Participa y que hizo que el popular saliera por la tangente. «Me van a perdonar pero tenemos capado en el ordenador a Pablo Iglesias, solo nos permite poner iglesia o Julio Iglesias». Tan torero como el que más.
El verano que todo lo puede envolvió a Javier Moyano (C’s) en su apuesta por copiar el modelo de fuentes públicas malagueñas que había encontrado «en 90 segundos en internet» y a Julián Moreno (Participa) para acordarse de lo bien que se lo pasó en la Velá de Triana. «Es más fácil alcanzar la cucaña que saber quién es el titular de una hipoteca». Agosto lo aguanta todo. Ellos se marchan pero la ciudad se queda esperándolos. Toca ir a los exámenes de septiembre.