Un mes de agosto en diciembre

Hostelería. Bares y restaurantes viven su temporada alta gracias al auge de las comidas de Navidad. La facturación supone una parte importante de los ingresos anuales

24 dic 2016 / 09:58 h - Actualizado: 24 dic 2016 / 09:59 h.
"Luminosa Navidad"
  • Las terrazas de los bares estaban ayer, viernes y víspera de Nochebuena, al mediodía, llenas, como se ve en esta fotografía. / Manuel Gómez
    Las terrazas de los bares estaban ayer, viernes y víspera de Nochebuena, al mediodía, llenas, como se ve en esta fotografía. / Manuel Gómez

El mes de diciembre es el agosto para los bares y restaurantes de la ciudad. Las cada vez más de modas comidas entre compañeros de trabajo, de universidad, de colegio, familiares o amigos de la playa, entre decenas y decenas de variedades, hacen que el mes de diciembre sea para los establecimientos de la ciudad el agosto de los locales de playa. Sin reserva previa, será más que complicado que pueda sentarse con su grupo de amigos o familiares en alguno de los restaurantes de la ciudad.

Diego Ruiz de Terry, director comercial del grupo San Eloy-Pando, explicó que la celebración de Navidad, que cada vez es más temprana, «supone una cuota de la facturación anual muy importante para el grupo». «Antes del puente de la Inmaculada ya han empezado a celebrarse estas comidas, y aunque durante el puente hay un pequeño bajón porque son más familiares y menos de empresas y amigos, el fin de semana previo a la Navidad es realmente el fin de semana más fuerte», explica Ruiz de Terry.

Para lograr una mesa en alguno de los restaurantes es fundamental la reserva previa porque si no es bastante complicado que haya alguna libre. «Pero en los patio de San Eloy, al ser bares de tapas, no se hacen reservar pero sí se celebran también muchas comidas de Navidad entre diferentes grupos de amigos y compañeros de trabajo», explica el director comercial, dado que muchos prefieren hacerlo «de una manera más informal y prefieren directamente agruparse en torno a la barra e ir pidiendo diferentes raciones».

Entre los dos restaurantes Pando, los diez patios de San Eloy, la cafetería Picatostes y la hacienda para grandes celebraciones en Bollullos de la Mitación este empresa alcanza los 180 empleados.

Como el resto de establecimientos, el restaurante Ignacio Vidal –con tres locales en la ciudad– también vive su particular agosto navideño según confirma Roberto Vidal, uno de los responsables de los establecimientos, que confirmó que desde el mes de noviembre ya empieza a sonar el teléfono para realizar las reservas y no quedarse sin sitio. «Y también hay algunos que hacen las reservas de año en año. De hecho, ya tenemos alguna para el mes de diciembre de 2017 de un grupo que repite la comida el mismo día». En alguno de los tres restaurantes de la firma –centro, Porvenir o los Bermejales– también es posible concertar un menú o comer a la carta, a gusto del comensal. Para la primera opción, los precios oscilan entre los 35 y 45 euros aproximadamente mientras que si se opta por la segunda, el precio dependerá lógicamente de las comandas solicitadas. A pesar de la alta demanda, esta empresa opta por no hacer más contratos dado que tiene personal suficiente y en palabras de Vidal, «no quieren contratar por poco tiempo y para luego dejarlos tirados después de la Navidad».

Y en la otra parte de este fenómeno social, cada vez más en alza, se encuentran los comensales de todas estas comidas, que cada vez tienen más animado el bolsillo después de unos años en los que el presupuesto daba para una comida de Navidad en lugar de las tres o cuatro que durante estos días tienen muchos sevillanos. «Ahora se gasta más que antes, están las cosas mejor y nos podemos permitir algún lujo. También aprovechamos para quedar con gente con la que apenas podemos vernos a lo largo del año y ahora es un momento perfecto», explica Sebastián Ramírez, poco antes de celebrar la comida con sus amigos de siempre. Que lo disfruten.