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Una de las podencas junto a un cachorro. / El Correo
Agustín vive en una antigua casa del barrio de San Jerónimo. Tiene 52 años y un diagnóstico de cáncer de colon. Entra y sale del hospital constantemente. Y acude a un comedor social diariamente cuando está en casa. Sin embargo, Agustín considera que su “principal problema y sufrimiento” lo constituyen los animales que tiene adoptados. En total son seis podencos andaluces. No es cazador, solo siente especial cariño por esta raza y se las han ido regalando. Otras son directamente adoptadas por él. Como sus posibilidades económicas son muy escasas, una de las podencas ha parido y tiene dos cachorros.
Ahora, una vecina suya, Isabel María Ruiz, ha iniciado una campaña en busca de solidaridad. “No tenía ni para comprarles pienso y las estaba alimentando con pan duro, recientemente un vecino nos ha donado varios sacos de pienso”, explica. Ella le está buscando “adoptantes responsables, especialmente para los cachorros, pero también para las podencas”. Confía en encontrar un refugio o protectora que se haga cargo de ellos. “No queremos dárselas a cualquiera que venga, vamos a asegurarnos de que les espera un buen futuro”. El mismo que Agustín una vez quiso darles a pesar de que ahora sus planes se han truncado. “Nos han llamado muchos cazadores pero no vamos a dar ninguna para esta finalidad”, dice. Isabel y Agustín solo buscan compañeros humanos responsables para estos amigos de cuatro patas. El teléfono de Isabel María Ruiz es 689092290.