Un viaje para recuperar la ilusión

Una peruana enferma de afasia viaja hasta Sevilla para recibir tratamiento
en ARPA. «Nunca he visto una evolución igual», explica su neuropsicóloga

29 mar 2017 / 22:06 h - Actualizado: 30 mar 2017 / 23:43 h.
"Afasia"
  • Laura Parra, psicóloga de ARPA, junto a Acasio Hidalgo, cuya mujer recibe tratamiento de esta asociación en su sede de la Gota de Leche. / A.D-R.
    Laura Parra, psicóloga de ARPA, junto a Acasio Hidalgo, cuya mujer recibe tratamiento de esta asociación en su sede de la Gota de Leche. / A.D-R.

Irma Valera ha vuelto a recuperar la sonrisa y la seguridad en sí misma en Sevilla. Esta peruana afectada de afasia –un trastorno del lenguaje como consecuencia del infarto cerebral que sufrió en su casa de Lima– ha mejorado su autoestima y su actitud para afrontar su enfermedad, y ahora empieza a poder comunicarse mucho mejor.

Quien cuenta la historia de Irma es su marido, Acasio Torres, quien se armó de valor y se cruzó el océano para que su mujer pudiera ser tratada en la Asociación para la Rehabilitación y Prevención de la Afasia (ARPA), que se encuentra en la capital andaluza.

Todo comenzó el pasado 18 de octubre, «día del Señor de los Milagros», puntualiza Acasio, cuando vio como su mujer sufría lo que él pensaba que era un infarto de corazón, pero los médicos diagnosticaron horas después un infarto cerebral. Su mujer estaba viva, pero únicamente tenía movilidad en la mirada y en la zona izquierda del cuerpo. Nada más. Ni podía hablar ni entendía lo que decían. Irma padecía afasia, pero ni sus familiares ni los médicos lo sabían. Con un tratamiento alternativo de reflexoterapia sí lograron que recuperara algo de movilidad, pero los galenos peruanos no le daban solución alguna de cara al futuro. «La propuesta médica era que la mantuviéramos en casa en una camilla y poco más», recuerda Acasio.

Pero ni él ni su hija quedaron conformes con esta situación y comenzaron a investigar para saber exactamente qué mal impedía a Irma comunicarse como antes, y qué había que hacer para que mejorara. Encontraron centros para mejorar el habla de niños y mayores, pero en ninguno de ellos se trataba a quienes habían sufrido un ictus. Removiendo Roma con Santiago y Santiago con Roma, conocieron a través de internet la Asociación ARPA y se pusieron en contacto con ella, porque Irma recibía ya un tratamiento de foniatría, pero los avances eran excesivamente lentos dado que sólo podía ser atendida por la profesional 40 minutos a la semana, explica Acasio. Y cuando conoció y habló con las profesionales de ARPA, tanto él como su hija ya no tuvieron duda alguna. «Habíamos visto algún centro en Argentina y Miami, pero a pesar de que ARPA era el que estaba más lejos de Perú era el que nos daba más garantías. «Nos comunicamos con ARPA a través de Skype, nos propusieron un tratamiento intensivo y aquí que vinimos a pesar de que mi mujer no estaba muy convencida, pero ahora está encantada de la decisión que tomamos», explica el marido de la afectada de afasia.

Y desde que llegará el 16 de marzo a la sede que ARPA tiene en la Gota de Leche «su mejoría y progresión ha sido brutal», asegura Sara Yuste, neuropsicóloga de ARPA. «Nunca he visto una progresión así en todos los años que llevo de profesión. Ahora habla con mucha más fluidez, antes no era capaz de ordenar las sílabas de una palabra y si le decías que diera el bolígrafo que estaba encima de la mesa tampoco entendía el mensaje», asegura Yuste, quien junto a la psicóloga Laura Parra han estado y estarán atendiendo a Irma, asesorando y ayudando dado que este sábado emprenden el viaje de vuelta, pero con un objetivo claro: «No sé si lo lograré, pero allí hay que organizar algo como ARPA para ayudar a las miles de personas que han sufrido un ictus y a todas aquellas que lo van a sufrir», planteó Acasio antes de emprender un viaje de vuelta más largo del inicialmente previsto. «Vamos a aprovechar que mi mujer ha mejorado mucho y vamos a visitar Francia e Italia, y pasaremos unos días en Santander con su hermano. Sin la mejoría que ha tenido sería imposible. Será otra luna de miel», concluyó.