«Esto es alguien importante que viene hoy aquí al hotel», señala una señora que acaba de bajarse del autobús a su paso ante la Torre Sevilla. «Son los ministros que están hoy aquí», contesta otra sin siquiera detenerse. Y no iba mal encaminada la señora, porque el recién estrenado Hotel Eurostars Torre Sevilla fue este lunes la sede elegida para acoger la reunión de los países del G6 de ministros del Interior. Una cumbre de altura, nada más y nada menos que de 35 plantas desde las que Sevilla parece un puzzle formado por miles de piezas en relieve.
Decenas de periodistas acreditados para seguir un encuentro en el que España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Polonia trataron los retos y desafíos comunes en materia antiterrorista y en políticas migratorias. Café, infusiones y zumos no faltaron durante toda la mañana en la sala de prensa habilitada y en la que las vistas desde la 35 planta han amenizado la espera hasta las 13.15 horas en las que el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, compareció ante los medios de comunicación apostados allí desde primera hora de la mañana.
«Parezco un guiri, pero yo he hecho la foto, porque las vistas son impresionantes», comenta un periodista a otro, que tras el comentario de su compañero no duda en coger su móvil e imitarle, eso sí esperando previamente su turno en uno de los enormes ventales. «¡Qué lástima solo vemos hasta el puente de Triana! Desde aquí no vemos la Giralda y la Catedral, pero debe ser chulísimo», comenta otro al que una compañera que le estaba contando que había pedido poder subir a la terraza, pero «por medidas de seguridad no es posible».
El otro gran protagonista del día eran los ascensores. «¿Has visto qué rápidez?», comenta un periodista a otro, que según sus cálculos el viaje a la planta 35 se hace en no más de diez segundos. «Tardo más en subir a la cuarta planta de mi trabajo que a una 35», indica otra. En ese momento aparece un tercero igual de impresionado por el moderno ascensor: «¿a vosotros también se os han taponado los oídos?». «Sí, a mi me han dolido como cuando voy en avión», dice otro que aún no sabe que bajar le va a producir aún más vértigo. Y es que el aparato no solo es rápido, sino que es tan moderno y tan inteligente que incluso una azafata los programa para bajar y subir (afortunadamente).
Mientras fuera, la Isla de la Cartuja permanecía blindada, con una fuerte presencia policial, ante el asombro de muchos trabajadores que acuden a diario a esta zona, en la que encontrar un aparcamiento libre era una lotería. Unidades a caballo, furgones policiales y todo ello apoyado con la presencia de la Policía Local, que incluso estaba controlando el aparcamiento incontrolado en las zonas aledañas a la Torre Sevilla, convertida en el centro europeo de la lucha contra el terrorismo yihadista.
Un lugar en las alturas en el que el ministro Juan Ignacio Zoido pudo presumir ante sus colegas de la ciudad que un día estuvo bajo su mandato. Durante el que, por cierto, no fue muy partidario de esta torre que le trajo más de un desvelo ante la Unesco, donde tuvo que acabar defendiéndola. Se ve que él mismo se autoconvenció.