Una Feria para guiris en Pascual Márquez, 225

La antigua caseta de Abengoa se readapta para los turistas y así «acabar con el mito de la Feria cerrada». Tendrá opción a reservas, horario anglosajón para las comidas, traductores para tres idiomas y hasta un cajero automático

Iñaki Alonso @alonsopons /
24 abr 2017 / 16:16 h - Actualizado: 25 abr 2017 / 08:43 h.
"Feria de Abril","Turismo","Juan Espadas","Antonio Muñoz"
  • Dos turistas, cámara en ristre, se dan un paseo por las calles del Real de Los Remedios. / Pepo Herrera
    Dos turistas, cámara en ristre, se dan un paseo por las calles del Real de Los Remedios. / Pepo Herrera

El deambular de turistas en el Real sin saber dónde meterse se va a acabar. O al menos eso intentará el Ayuntamiento buscando cobijo a estos visitantes para desterrar ese mito –con muchos visos de realidad– de que la Feria de Abril es un evento cerrado y patrimonio casi exclusivo de los sevillanos. El alcalde, Juan Espadas, avanzó hace un año que buscaría una fórmula para que los visitantes se sintieran como en casa y la ha encontrado en un rincón de la ciudad efímera de Los Remedios. En concreto, en el número 225 de Pascual Márquez. Esta caseta, de tres módulos, pertenecía a Abengoa, que tuvo que renunciar hace un año a ella por impago de las cuotas. El Consistorio recuperó para lo público esta caseta y la ha reciclado para reconvertirla en caseta de acogida para los turistas.

La caseta ha sido consensuado con los agentes turísticos, que llevaban años reivindicando un espacio físico en el Real para la promoción y, sobre todo, con los hoteleros, a los que se le hará entrega de 30.000 invitaciones para dar a conocer la oferta a sus inquilinos. La idea, mascullada por Espadas, es plasmar una oferta «preferente y específica para los turistas» que les permita «una visión de Sevilla y de la Feria». Para ello, se adecuará para el visitante. La caseta tendrá un horario anglosajón para comidas, la posibilidad de reservar mesas para almorzar o cenar, la celebración de tres espectáculos musicales diarios, la presencia de personal del Consorcio de Turismo que podrá atender en tres idiomas (inglés, francés y alemán) y hasta un cajero automático en el interior para que puedan sacar dinero sin tener que desplazarse fuera de las calles del Real.

Pese a este factor diferenciador, el delegado de Turismo, Antonio Muñoz, insistió en que no quiere que sea una caseta «tipo gueto», sino que «queremos que exista mezcolanza con los sevillanos». Así lo concibe el sector turístico de la ciudad, que llevaba años de demandas. El nuevo presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla, Manuel Cornax, se mostró agradecido por una oportunidad que permita «al turista sentirse como en casa», para lo cual los hoteles «pondrán lo mejor de su parte». Ese optimismo también se irradió por parte de las hosteleros, empresas turísticas y agencias de viajes. Estas últimas sólo pusieron una pega: que se haya tardado tanto en poner en marcha y no se haya podido incluir en los paquetes turísticos, a lo que el alcalde replicó que habrá más margen en 2018. Y, como colofón, una petición, elevada por el presidente de la Federación andaluza de Hoteles, Manuel Otero Alvarado, de que los empleados de Abengoa acudan a la caseta como hacían hasta ahora. Algo para lo que, al ser entrada libre, no objetó Espadas.

El anuncio llega, además, el mismo día en el que un estudio realizado por la plataforma GoEuro sitúa a franceses (17,4 por ciento), británicos (14,5) y argentinos (14,5) como los más interesados en visitar Sevilla durante la Feria. Le siguen italianos, alemanes, holandeses y belgas.

Otra caseta de distrito

El Consistorio también convertirá en caseta pública la de La Esmeralda, retirada su titularidad tras acumular diversos expedientes por incumplimientos, entre ellos por cobrar entrada. Ese espacio será convertido en nueva caseta de distrito, la séptima, teniendo en cuenta que actualmente compartían espacio Este-Alcosa-Torreblanca y Cerro-Amate. Por otro lado, ha quedado libre otra caseta que se destinará a la persona que en 2013 accedió a una que había sido retirada a un particular por no pagar en plazo. Sin embargo, ese particular la ha recuperado tras recurrir a los juzgados.