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Una Feria preelectoral con más partidos que variedades de rebujito

Los políticos clásicos y los nuevos se preparan este año para tragar albero. Todo vale con tal de recuperar al electorado, desde regalar arroz a rebajar precios en las casetas

19 abr 2015 / 12:00 h - Actualizado: 19 abr 2015 / 16:53 h.
"Feria de Abril"
  • Últimos detalles para dejar lista una Feria de Abril a la que le auguran buen tiempo y en la que los partidos se volcarán con la vista puesta en las elecciones. / Manuel Gómez
    Últimos detalles para dejar lista una Feria de Abril a la que le auguran buen tiempo y en la que los partidos se volcarán con la vista puesta en las elecciones. / Manuel Gómez
  • Las calles del Real ya se llenaron ayer de curiosos, que contemplaban cómo en las casetas se dan las últimas puntadas antes de que el lunes a las doce se alumbre la Feria de 2015. / Manuel Gómez
    Las calles del Real ya se llenaron ayer de curiosos, que contemplaban cómo en las casetas se dan las últimas puntadas antes de que el lunes a las doce se alumbre la Feria de 2015. / Manuel Gómez
  • Técnicos municipales retiran un avispero en el Real. / Manuel Gómez
    Técnicos municipales retiran un avispero en el Real. / Manuel Gómez José Gallego Espina
  • Una Feria preelectoral con más partidos que variedades de rebujito

Esta Feria promete. Y no sólo porque los gurús meteorológicos vaticinen temperaturas suaves, o porque teóricamente la crisis es ya cosa del pasado, ni tan siquiera porque se esté multiplicando exponencialmente la variedad de rebujitos que podrá encontrar en unos días en las casetas –de ron, ginebra, cerveza, fino...–. No es por nada de esto. O al menos no sólo. La de 2015 será una Feria de Abril como pocas, en la que cada detalle se podrá interpretar en clave política, y en la que los políticos deambularán por el Real, tragando albero como cada cuatro años, regalando abanicos, besos y promesas de las maravillas que vendrán si gobiernan tras las municipales del 24 de mayo. No le pedirán el voto, porque legalmente aún no pueden hacerlo, aunque le mirarán con otros ojos.

Pero si no le motiva el plan, si ha sentido la tentación de enterrar en el armario el traje de gitana y esconderse hasta que pase el mes de mayo, aguarde. Le puede sacar provecho a las circunstancias. Una feria preelectoral siempre brinda muchas oportunidades.

Ayer sin ir más lejos, en la caseta del PSOE, en Antonio Bienvenida, anunciaban en la puerta que la entrada era libre y que, además, regalaban una tapa de arroz. Ahí lo tiene. Cuando de recuperar al desencantado electorado se trata, algunos no pueden ni esperar al alumbrao.

Los socialistas andaluces han sido los más rápidos, pero no son los únicos. La Pecera, la caseta del Partido Comunista (Izquierda Unida) estaba ayer en pleno montaje, pero hoy abrirá para celebrar su tradicional día del militante y el simpatizante. El candidato Daniel González Rojas estará allí, sirviendo tapa y bebida a dos euros, un precio por el que –si no lo es ya– merece la pena sentirse comunista por un día.

La de los populares lucía ayer ultimada al detalle, aunque cerrada al público. No lo estará mucho tiempo, puesto que es una de las más animadas de Pascual Márquez, pese a su caseta vecina, cuyo nombre no va en la línea de los mensajes de optimismo que pregona últimamente el Gobierno: La cosa está mu mala. Por si a alguien se le olvidaba...

¿Y el resto de formaciones? Poco se sabe. Los partidos tradicionales serán «casta» –a juicio de los nuevos Podemos, Ganemos o Ciudadanos–, pero una «casta» con caseta, que no viene mal, sobre todo cuando los candidatos preparan una agenda feriante para estos días. El PSOE e IU tienen varios actos preparados. También Pilar Távora (PA), en la andalucista Juan Belmonte 196-200. El alcalde, Juan Ignacio Zoido, mantendrá su agenda institucional, presidiendo de martes a viernes las recepciones de la caseta municipal, que se recuperaron la pasada Feria, gracias a la colaboración de los hosteleros, que ofrecen gratis una degustación de sus productos.

El resto de mortales daban ayer las últimas puntadas a sus casetas. En algunas, los socios se afanaban en colgar los farolillos tras el clásico almuerzo de preferia, mientras que en las de mayor tamaño o de asociaciones, eran pintores y operarios profesionales los que todavía daban algún brochazo de repaso.

En la calle, el alumbrado ya está prácticamente forrado de papel rojiblanco. Un trasiego de vehículos de reparto se encarga de aprovisionar a las cocinas, mientras Lipasam retira cajas apiladas y riega el recién repuesto albero. Quedan menos de 48 horas para que esta ciudad efímera abra sus puertas oficialmente, aunque de forma oficiosa ya ha echado a andar. Como muestra, ayer la Calle del Infierno funcionaba a pleno volumen. El precio de la atracción rondaba entre los tres y 3,50 euros, cantidad a la que cotiza este año el gofre de Belinda.

Y si es usted de los que opinan que hasta el alumbrao, mejor no pisar el Real, pregunte en Pascual Márquez 29-31. El jaleo resonaba ayer como si no existiera el mañana. Música, palmas, cortinas echadas y de repente... «vivan los novios». Hasta para casarse sirve la preferia.