Lo que iba a ser, como en los últimos 12 años, una marea rosa de ilusión en la lucha por causas como el cáncer de mama o la violencia de genero se convirtió en una ola de indignación y despropósitos. Minutos antes de la hora fijada para la salida de la Carrera de la Mujer, la organización comunicó a través de redes sociales y también por megafonía a las 14.000 corredoras que iban a tomar la salida que la competición se suspendía por «la falta de permiso municipal». Unas abuchearon, otras protestaron con gritos de «tongo», «eso no se hace» y «queremos correr»; y las últimas, las más aventureras, ejecutaron su propósito. Sin vallado ni dispositivo de seguridad –salvo 16 agentes policiales– culminaron el recorrido de esta prueba solidaria.
Era la crónica de una suspensión anunciada, tras una semana en la que el Consistorio y la empresa Motorpress Ibérica no terminaban de resolver los trámites necesarios para la disputa de la prueba, como adelantó este periódico el pasado viernes, cuando ambos aclararon que no habría problemas para su celebración. Pero no fue así. A las 7.30 horas, un intendente de la Policía Local emitió un escrito en el que se trasladaba que seguía denegada la «autorización administrativa» para celebrar la Carrera de la Mujer y, según la normativa vigente, «no debía celebrarse tal evento, incurriendo en la responsabilidad hubiere lugar si así fuese». A su vez, indicó que «dada la gran aglomeración de personas» que tendría la prueba, la Policía Local desplegaría «el operativo necesario». El responsable de esta carrera, Francisco Chico, fue más allá e indicó que los agentes les emplazaron a que, ante la falta de licencia, no colocaran ni el vallado ni todos los elementos indicando la salida y la meta, así como la distribución a lo largo del recorrido de los en torno a 80 voluntarios. «Los agentes dijeron que en caso de iniciar la prueba se incurría en desobediencia que podría traer, si pasara algo, consecuencias administrativas y hasta penales», indicó Chico, que defendió que presentaron todos los papeles. En total, unos 200 folios que entregaron «en tiempo récord», incluido un plan de autoprotección que en otras ocasiones no se había solicitado.
El Ayuntamiento admitió que han sido más exigentes con los trámites por razones de seguridad –la alerta antiterrorista pudo influir al respecto–, pero niegan que llamara a la cancelación. Sólo recordó a la promotora que seguían los «incumplimientos administrativos» que se les comunicó a principios de la semana pasada y el mismo viernes, cuando la empresa mantuvo una reunión con Movilidad –no así con la delegación de Deportes, que no estaba presente–. «De forma imprevista, la organización anunció la suspensión del evento al negarse a asumir cualquier tipo de responsabilidad administrativa que pudiera derivar», dicta en un comunicado el Consistorio.
Entre una versión y otra, afloran los daños colaterales. El primero es el de las 14.000 mujeres que se quedaron sin correr, con pérdida de tiempo y dinero. Sobre esto último, la promotora señaló que devolvería «íntegramente» los 10 euros de cada inscripción, a través de un proceso que concretarán hoy a través de su página web. El segundo es el dinero destinado a proyectos solidarios, para lo cual la organización expresó que no variaría nada su aportación a esas causas. Y, en tercer lugar, queda las relaciones fracturadas entre el Ayuntamiento y una empresa, Motorpress Ibérica, con la que ya mantuvo algunos roces en la pasada edición, motivadas por un cambio de recorrido comunicado 72 horas antes de la carrera y que estarían condenadas a entenderse. No sólo para que la Carrera de la Mujer, que se celebra en las principales ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia,...), continúe, sino porque esta empresa también participa en la organización del maratón de Sevilla, que recientemente obtuvo la etiqueta oro y se situó entre las mejores carreras del mundo. «No te puedo responder si seguiremos. Por las 14.000 mujeres participantes sí, pero no tenemos la sensación de que el Ayuntamiento quiera», indicó, en su defensa, la organización de esta prueba.
Críticas de los grupos
La suspensión in extremis de la carrera ha causado una ola de malestar no sólo en los participantes, sino en la oposición en el Ayuntamiento, algunos de los cuales ya se apresuran a pedir la dimisión del delegado de Movilidad, Seguridad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera. El PP, a través de la concejal María del Mar Sánchez Estrella, indicó a Europa Press que «en el caso de que hubiera habido algún problema, el Ayuntamiento debería haber advertido de su cancelación el día anterior», por lo que se apresuró a pedir el «expediente para ver qué ha fallado», así como «explicaciones» al Instituto Municipal de Deportes (IMD) como a la Delegación de Movilidad.
El portavoz de Ciudadanos (Cs), Javier Millán, fue más allá y, después de calificar de «lamentable» lo ocurrido, solicitó «la celebración de un consejo extraordinario del IMD para depurar responsabilidades». Asimismo, mostró «sorpresa e indignación porque el gobierno municipal supiera que la carrera carecía de permisos» cuando el delegado de Deportes, David Guevara, «la presentó» el pasado jueves. «Han estado jugado con 14.000 mujeres que iban a participar en un importante evento solidario», algo «se agrava con un comunicado en el que afirma que iba a permitir que se celebrara la carrera sin alertar de que no contaba con todas las garantías de seguridad».
«No damos crédito a lo sucedido», siguió en la misma línea la portavoz municipal adjunta de IU en Sevilla, Eva Oliva, que mostró su «perplejidad» ante la suspensión por, a su juicio, la «incompetencia» del gobierno de Juan Espadas y su «incapacidad absoluta» para garantizar la seguridad de este evento. Tal es su enfado que exigió el cese de Cabrera por lo que definió como «una gestión chapucera que ha dejado en la estacada a 14.000 mujeres». A la par, la portavoz de Participa Sevilla, Susana Serrano, también lanzó el grito en el cielo. «¿Qué explicación da usted a todas las mujeres que con tanta ilusión iban a empezar la carrera?», preguntó a través de redes sociales directamente al alcalde, Juan Espadas. Además, la formación verdemorada centró su crítica «a la incompetencia tanto de Cabrera como de Guevara». «Ahora es el momento de aclararlo todo para saber cómo se ha desencadenado», afirman.
A la espera de respuesta también se encuentra la asociación de consumidores Facua, que a través de su portavoz Rubén Sánchez, señaló que va a mantener hoy mismo una reunión con los organizadores, a la par que pedirá explicaciones al Consistorio hispalense por anunciar «a bombo y platillo» a través de sus diferentes soportes –redes sociales y la web del IMD– un evento que no contaba con todos los requisitos legales para su celebración. «¿Cómo se puede hacer promoción sin licencia?», cuestionó Sánchez, que ha recibido quejas de usuarios por la falta de seguridad en el recorrido de la prueba que, pese a cancelarse, completaron centenares de corredoras.