Una micropeatonalización era esto

La normalidad en el tráfico el primer día del corte de la calle Águilas se combina con la posibilidad inédita de transitarla andando por el tramo que una obra ha obligado a cerrar a la circulación

20 feb 2017 / 19:34 h - Actualizado: 21 feb 2017 / 07:38 h.
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  • Los vehículos que circulan por la calle Águilas se ven obligados a desviarse por el cierre de la calle. / Jesús Barrera
    Los vehículos que circulan por la calle Águilas se ven obligados a desviarse por el cierre de la calle. / Jesús Barrera

«¡Qué a gusto!», murmura una señora cuando se da cuenta de que puede bajarse del bordillo y circular por todo el centro de un pequeño tramo de la calle Águilas, habitualmente reservado –por no decir copado– por el tráfico motorizado.

Porque, del mismo modo que a esta señora le costó ser consciente de que no tenía que andar por la exigua acera de Águilas, al resto del mundo le cuesta pensar que un corte parcial al tráfico significa también una apertura –parcial– a los peatones. Porque, y eso es difícil de negar, en temas de movilidad, la primera idea que a una mayoría de gente se le viene a la cabeza es la del vehículo a motor y privado.

El tramo cortado al tráfico comienza en la calle Caballerizas, justo la esquina siguiente a la plaza de Pilatos, y en la esquina con las calles Vírgenes y Deán López Cepero la circulación vuelve a la normalidad, o al menos a lo cotidiano, porque está por ver que la cantidad de tráfico que soporta a diario una vía con la configuración de Águilas pueda calificarse de normal. El caso es que la obra de urgencia en la enorme casa que hace esquina con Rodríguez Marín ha llevado al Ayuntamiento a tomar esta medida, convenientemente avisada en la zona, porque los portales de la calle están poco menos que empapelados con avisos de la interrupción del tráfico.

Esto no significa que toda Sevilla se haya enterado. El trabajador de la obra que se sitúa junto a la valla que cierra el paso tiene, en contra de lo que pueda parecer, una labor dura, y así se lo cuenta a un compañero. «¿Qué trabajo le costará dar la vuelta?», se pregunta haciendo referencia a un conductor al que no le convencía el desvío provisional, que transita por Caballerizas y Boteros, y que, para el tráfico de un lunes, parece suficiente.

La calle Águilas está en la agenda municipal desde hace tiempo, y comparte características con otra vía sobre la que el Ayuntamiento ya ha actuado, la calle Baños: es una calle estrecha con aceras aún más estrechas, con un volumen de tráfico enorme para su configuración, y es un acceso prioritario al centro histórico. El delegado de Movilidad, Juan Carlos Cabrera, lo ha dejado claro en más de una ocasión. La solución de la calle Águilas es «de sentido común» y tiene que ser «prioritaria», explicó en abril del año pasado.

Y ahora, si bien es cierto que el Ayuntamiento en ningún momento ha planteado nada diferente a un corte temporal del tráfico supeditado en exclusiva a las obras que, por motivos de seguridad, se realizan en una vivienda, lo cierto es que el pequeño paseo que ha quedado puede llevar a pensar en una de esas micropeatonalizaciones de las que el Gobierno de Espadas hablaba al comienzo del mandato. Justo ahora que el tema parece aparcado.