Una solución de presente y futuro

La mediación familiar resuelve los conflictos con diálogo y de forma definitiva

20 dic 2016 / 14:03 h - Actualizado: 21 dic 2016 / 07:00 h.
"Un dique al conflicto"
  • Antonia Ruiz e Isabel Mancheño, mediadoras de la asociación Intermedia. / Jesús Barrera
    Antonia Ruiz e Isabel Mancheño, mediadoras de la asociación Intermedia. / Jesús Barrera
  • La mediación, el camino para resolver los conflictos familiares. / El Correo
    La mediación, el camino para resolver los conflictos familiares. / El Correo

¿Qué es la mediación familiar? ¿En qué consiste? Según la Ley 1/2009 de 27 de febrero de Mediación Familiar de Andalucía «es el procedimiento extrajudicial de gestión de conflictos no violentos que puedan surgir entre miembros de una familia o grupo de convivencia, mediante la intervención de profesionales especializados que, sin capacidad de decisión sobre el conflicto, les asistan facilitando la comunicación, el diálogo y la negociación entre ellos, al objeto de promover la toma de decisiones consensuadas en torno a dicho conflicto». Es decir, lo que busca es encontrar una solución de presente y futuro. «Se intenta poner fin a un conflicto de forma definitiva, yendo al origen del mismo», explican Isabel Mancheño y Antonia Ruiz, de la asociación Intermedia interdisciplinar de mediación que funciona desde 2009.

Estas dos profesionales se lamentan de que la mediación familiar es una gran desconocida a pesar de que tiene innumerables ventajas, «porque parte de la colaboración entre los afectados, gestionando los conflictos de forma positiva y mirando hacia adelante». Recalcan que los acuerdos que se alcanzan en la mediación «son duraderos, porque son las partes los que los consiguen». Además, afirman que cuando una pareja o familiares han acudido a la mediación para resolver sus discrepancias aprenden las herramientas para solucionar conflictos posteriores.

Mancheño y Ruiz reiteran que con la mediación se «facilita la comunicación, porque no hay nadie que tenga la razón, sino personas con razones. Se potencia el entendimiento y el diálogo constructivo».

Aseguran que se han encontrado casos de parejas que llegaban a la mediación con un conflicto muy enquistado «que en un principio ni se miraban a la cara, pero cuando llevaban tres sesiones ya se quedaban en la puerta a hablar». Con este ejemplo Mancheño y Ruiz dejan claro que la mediación es sumamente positiva, «porque genera bienestar y acaba con situaciones angustiosas».

Estas dos profesionales exponen, no obstante, que la mediación requiere mucho trabajo por todas las partes, pero reiteran que tiene resultados tremendamente positivos y definitivos.

Una parte del trabajo de los mediadores consiste en poner «en nuestra voz lo que dicen las partes en conflicto, para que se den cuenta de lo que les diferencia» y este ejercicio, según Mancheño y Ruiz, ayuda a las parejas o a las familias a entender las diferencias que hay entre ellos.

Cada situación es un mundo y la mediación, según reconocen, se puede enquistar por cuestiones que pueden parecer nimias, pero que para una de las partes es muy importante como puede ser un azucarero de un ser querido, «por ello es importantísimo saber ponerse en el lugar del otro».

Indican que en ocasiones llegan parejas a la mediación derivadas por un juez siempre de forma voluntaria, pero se quejan de que estos casos muchas veces llegan demasiado viciados. De hecho, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en 2015 los jueces derivaron a la mediación en Sevilla 233 casos y de ellos solo se resolvieron 13, el 5,5 por ciento.

Lo ideal, en su opinión, es que el primer paso para resolver un conflicto de pareja, en el que todo lo relacionado con los hijos genera distensiones, se acuda a la mediación, porque es un proceso menos traumático, más barato y da una solución definitiva al problema.

Aseguran que con la mediación una separación se puede resolver con entre tres y seis sesiones, «que cuestan 120 euros cada una y que se pagan entre las dos partes. Esto supone que la mediación es una vía más rápida que la judicial, más barata y además el coste emocional de la familia es mucho menor, porque se acude al origen del conflicto y los acuerdos son definitivos ya que los han adoptado las dos partes afectadas. No son soluciones estándar como las que se toman en los juzgados».

Estas dos profesionales piden a la Administración que apoye más a la mediación y contribuya a su difusión, porque, según repiten, contribuye al entendimiento y a que las partes se escuchen entre ellas «porque se las da voz».

Los casos que fundamentalmente se tratan en la mediación familiar son separaciones de parejas con hijos y conflictos familiares por una herencia, con hijos o con personas mayores, entre otras cuestiones.