Julio Rosa, el niño sevillano de 11 años enfermo de leucemia desde el mes de marzo y cuyo caso se hizo viral este verano gracias a la campaña #yopuedosertuheroe que lanzó su familia fomentando la donación de médula, vuelve a sonreír... aunque nunca dejó de hacerlo. Si bien no se encontró un donante de médula compatible para él, el pasado miércoles 11 fue por fin trasplantado gracias a un cordón umbilical que llegó desde Alemania para darle vida.
El lunes día 2 ingresó en el hospital Virgen del Rocío, en concreto en la unidad denominada TAMO (Trasplante Autólogo de Médula Ósea), que se halla dentro de Oncología Pediátrica, «una zona de aislamiento máximo donde apenas se permiten las visitas», explica su madre, Pilar Álvarez, que es la única que le puede acompañar por esas precauciones. «Desde ese día –relata Pilar– estuvo en una fase de pretratamiento antes de la infusión o trasplante, recibiendo medicación a base de quimioterapia para matar su médula. Le aplicaron dos sesiones y las toleró muy bien, no presentó cuadro de vómitos ni fatigas debido a la toxicidad». Julio estaba «animado, con ganas de jugar, siempre con una sonrisa y bromeando con los enfermeros», dice su madre.
El niño recibió quimio varios días y además le pusieron un suero. Hasta que, por fin el día 11, recibió un trasplante de cordón umbilical. «Tardaron 20 minutos solamente, como si fuera una transfusión sanguínea en un gotero con caída libre. Desde entonces no ha experimentado ninguna secuela, no ha tenido ni destemplanza siquiera», explica Pilar, feliz con la evolución de su retoño: «Los médicos están muy contentos. Nos han dicho que el día del trasplante es el día cero y a partir de ahí hay que tener paciencia e ir pasando los días para comprobar que la médula empieza a generar neutrófilos [el tipo más común de glóbulos blancos] y plaquetas. Nos han dicho que eso puede tardar entre dos y tres semanas, así que estamos con los dedos cruzados», añade la madre con cierta cautela. Luego habrá de someterse a una punción en la médula al mes para ver si todo funciona correctamente. Además, le tienen que dar aún quimioterapia a través de un reservorio [un pequeño disco que se coloca bajo la piel] «por si quedara algo malo en el cuerpo».
DESDE DÜSSELDORF
El cordón es de donante anónimo, ya que se debe respetar la protección de datos. «Lo único que nos han contado es que es de un varón nacido en 2001, un adolescente cinco años mayor que mi hijo, y que viene de Düsseldorf». Habían aparecido cuatro cordones compatibles (dos de Alemania, uno de Francia y otro de España), «pero el de más calidad era este alemán».
«Vamos a estar un mes y pico fuera de casa, hasta que coja más fuerza», dice Pilar, que sigue peleando por que aumenten las donaciones de médula: «Tras el caso de Pablo Ráez subió la media de donantes entre 9 y 10 personas diarias. Los enfermeros nos han comentado que no podemos imaginar la cantidad de gente que está moviendo Julio, pero no es suficiente».