Las primeras consecuencias a la falta de previsión de los técnicos de la Gerencia de Urbanismo en cuanto a la autorización de la licencia que se concedió hace unos meses al Banco de España para la construcción de una rampa para las personas con movilidad reducida no se han hecho esperar. Mientras los técnicos siguen enfrascados en la búsqueda de una solución que satisfaga a todas las partes implicadas, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, reconoció este jueves que, por el momento y hasta que haya un acuerdo definitivo, la primera decisión que ha tomado el gobierno local ha sido la de paralizar la obra de este nuevo acceso al edificio por la plaza de San Francisco.
Pero al margen de esta declaración de intenciones, por la que se apostó también en la reunión que mantuvieron este miércoles los representantes del Cecop, el Banco de España, Urbanismo y los técnicos de ambos organismos, no está nada claro cuál podría ser la alternativa definitiva por la que se opte. Entre otras cosas, porque una rampa metálica fijada con materiales de obra al suelo no permite grandes modificaciones en el proyecto inicial más allá de que ésta se haga desmontable o que se apueste por un sistema que no invada la calzada. O, por qué no, por buscar un emplazamiento alternativo en otro de los accesos de los que dispone el edificio.
Por el momento, el Ayuntamiento de Sevilla prefiere no entrar a valorar cuáles serían las opciones en las que se está trabajando en la actualidad. Sí apuntó ayer el alcalde que la alternativa que se persigue «debe garantizar y resolver lo principal», que a su juicio es «la accesibilidad» al edificio para personas con movilidad reducida. «Eso es fundamental y entre las distintas posibilidades y opciones habrá que elegir aquella que no sea incompatible con otro uso que se produce en la zona», afirmó en relación al pasillo de seguridad que se habilita cada Semana Santa para cruzar a pie desde el entorno de la calle Hernando Colón hasta la Plaza Nueva.
Mientras llega la decisión definitiva, la Gerencia de Urbanismo ha preferido no seguir acrecentando el problema y paralizar de forma momentánea unos trabajos que comenzaron hace varios días y que ya estaban a punto de finalizar. Una decisión que, según advirtió el propio alcalde, se ha tomado «por razones de seguridad» y a la espera de una opción «que sea mejor» a la que se adoptó el pasado 19 de abril, cuando se concedió la licencia inicial. «Estoy seguro de que la vamos a encontrar», dijo.
Espadas también tuvo palabras de agradecimiento para los responsables del Banco de España, de los que destacó su «comprensión» para intentar buscar «una mejor opción que la que ellos habían planteado». Y es que, como recordó el regidor hispalense, se trata de «un paso obligado en Semana Santa, en el que los elementos de seguridad son siempre fundamentales en el dispositivo». Motivos que han empujado al gobierno municipal a tener que tomar una decisión que, reconoció, «ha generado algunos problemas».
Fuentes del Banco de España confirmaron ayer a este periódico su disposición para negociar distintas alternativas, en las que colaborarán. «Nosotros somos parte de la solución, no el problema».