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Manuel Marín lleva más de una década al frente de la asociación de vecinos La Primera. / Jesús Barrera
El Polígono Norte está entre los barrios más pobres de España según el INE. Hace cuatro años la entidad vecinal alertaba de la situación extrema de más de 250 familias, ¿algún síntoma de mejora?
—Muy poco. Continúa habiendo mucho paro y los problemas derivados de esta situación, como son la pobreza y la exclusión social, siguen teniendo unos niveles preocupantes. Muchas familias con niños pequeños tienen carencias básicas de alimentación. Están saliendo adelante gracias a las pensiones de los abuelos y a las ayudas que reciben de entidades del barrio, como Mujeres con Norte, Mujeres Solidarias y Global Art Reference.
—Hace poco el barrio ha sido noticia por una importante operación policial antidroga...
—Efectivamente pero ahora mismo parece ser que está la cosa más controlada. Lo que queda es menudeo, mayormente. La Policía Nacional se ve mucho por la zona.
—¿Y la Policía Local? El Polígono Norte siempre ha reivindicado la presencia de agentes de cercanía o Policía de barrio...
—Y seguimos creyendo en ello pero otra cosa es que pasan y pasan los años, y también los gobiernos locales, y no se hace realidad. Y eso que todos dicen que lo van a poner.
—Esta asociación fue una de las entidades de Macarena y zona Norte que firmaron para defender el preacuerdo para retomar la construcción del Metro por la línea 3 frente a otros barrios que exigían empezar antes por la 2...
—Creemos que es positivo, necesario e imprescindible el acuerdo alcanzado entre Fomento, Junta y Ayuntamiento. En el escrito los barrios de Macarena y Norte exigimos que se realizara lo antes posible y que se garantice una conexión con la línea 1 para resolver los problemas de movilidad de toda esta zona. Además, en nuestro caso, exigimos que el tramo que iría por el bulevar, en paralelo a la SE-30, se haga soterrado y no en superficie.
—¿Se han subsanado los problemas de suciedad en la vía pública?
—Lamentablemente, no. Las calles están siempre llenas de papeles, botellas y suciedad. Lipasam viene pero no es suficiente. Los bajos de los edificios están pintados de grafitis, faltan papeleras y la hierba crece en acerados y alcorques vacíos. Parece un bosque. La falta de poda dificulta además el paso en algunas calles.
—¿Qué obras de urgencia necesita el barrio?
—Urge un plan de choque: de limpieza y de reparación de calles. Llevamos meses denunciando al distrito un bache en el paso de peatones de la calle Managua. Cualquier día se va a caer una persona y luego vendrán las lamentaciones. En la calle Blasco Ibáñez los alcorques están hechos polvo. A cada paso hay losas levantadas o que faltan. Encima, las máquinas barredoras se suben a las aceras y lo dejan todo hecho un cristo.