«Ver a una mujer al frente de un cañón ya es algo normal»

09 feb 2017 / 21:40 h - Actualizado: 09 feb 2017 / 23:06 h.
"Ejército: vocación y oportunidad"
  • Anabel Rodríguez atiende al Correo de Andalucía durante la entrevista. / El Correo
    Anabel Rodríguez atiende al Correo de Andalucía durante la entrevista. / El Correo
  • Anabel Rodríguez, en su puesto de trabajo. / El Correo
    Anabel Rodríguez, en su puesto de trabajo. / El Correo

En 1988 ingresaron en las academias militares españolas las mujeres que poco después se convertirían en las primeras soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas. En La República Platón desarrolla lo que considera una sociedad con un funcionamiento perfecto, proponiendo una sociedad dividida en tres clases sociales: los artesanos, los guerreros y los gobernantes. En cada clase social el papel que le da a la mujer es mucho más activo e igualitario de lo imaginable. Pese a que su incorporación fue más tardía que en la mayoría de países europeos o del entorno OTAN, el peso de la mujer en el Ejército español aumentó con celeridad los primeros años. «Entré directamente por un concurso oposición. No entré como soldado y luego fui a la academia. Yo estaba en la Universidad, estaba haciendo Graduado Social y un buen día decidí cambiar mi vida y la forma que había por entonces de entrar en el Ejército o bien a través de la Academia Superior o de la Escala Básica de Suboficiales. Opté por la básica, pasé unas pruebas física y unos exámenes. Fui una de las siete primeras mujeres que entró en la Escala Básica de Suboficiales y de las tres primeras de artillería», cuenta la brigada Anabel Rodríguez, integrante de la 18 promoción de la Academia General Básica de Suboficiales y que lleva cuatro meses destinada en Sevilla en la oficina de comunicación.

Si en 2000 representaban el 6,6 por ciento, hoy son el 12,5. Las Fuerzas Armadas cuentan en sus filas con 15.088 mujeres, una cifra que sitúa a España entre los países de la OTAN con mayor nivel de integración, sin ningún tipo de limitación, para la incorporación de la mujer a cualquier destino y en igualdad con los hombres. Fue en septiembre de 1988, cuando la mujer española pudo acceder a las Fuerzas Armadas como personal militar, “sin que exista más diferencia que su condición fisiológica para la provisión de determinados destinos”. España, con el 12,5 por ciento, se sitúa en tercer lugar, tras Francia, con un 19 por ciento y EE.UU. con el 14,5 por ciento.

Y once años después, en 1999, desapareció la distinción entre sexos a la hora de ocupar destinos, y se “logra la plena integración de la mujer en las Fuerzas Armadas españolas como una realidad consolidada. «Tuvimos que abrir muchas puertas. Sentí el apoyo de mis compañeros y de mis superiores. Había una cierta expectación por ver cómo actuábamos en cada momento. Entré en septiembre de 1991. Había mujeres en sanidad, pero ninguna en el escalafón de mandos ni trabajando tampoco con las tropas», explica la brigada.

La igualdad de género se ha configurado como uno de los cinco principios básicos y eje transversal de la Ley de Carrera Militar, aprobado el 19 de noviembre. Esta transversalidad persigue facilitar la igualdad de oportunidades de las mujeres y los hombres en el ámbito de las Fuerzas Armadas. Así, se establecen acciones positivas relacionadas con las situaciones derivadas de la maternidad, que implican una protección en diferentes momentos de sus carreras militares. «Al principio no voy a negar que fuera duro. Ver a una mujer de uniforme llamaba la atención. Fue muy interesante y muy bonito Mi primer destino fue en Palma de Mallorca y estuve al mando de una pieza antiaérea. Todas las miradas en aquellos días era hacia la sargento de artillería para comprobar cómo dirigía la pieza. Nunca he sentido ninguna cortapisa, observada sí, pero creo que era algo lógico por lo novedoso de la situación. Nunca percibí que esas miradas tuvieran un tono peyorativo, discriminatorio o crítico hacia mí», reconoce Anabel.

La presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas está totalmente normalizada, cuando se aprobó su ingreso en 1988 sólo el 44 por ciento de la sociedad estaba a favor de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas, un porcentaje que hoy en día supera el 94 por ciento. «Ya nos ven como algo natural, antes era algo que puede que no se esperara. ¿Una mujer dirigiendo un cañón o una sección o un pelotón?»

En el Ejército de Tierra hay 76.582 efectivos, de los que 67.454 son hombres y 9.128 mujeres; en la Armada son 20.695, de los que 18.146 son hombres y 2.549 son mujeres; en el Ejército del Aire hay 20.560, de los que 17.802 son hombres y 2.758 mujeres; y en los Cuerpos Comunes hay 3.135, de los que 2.482 son hombres y 653 mujeres.” He tenido hombres a mi cargo. La impresión que me daba es que nosotras teníamos como cierta más mala leche que los hombres. Ellos estaban más expectantes como diciendo cuidado a ver cómo se las gastan. No he tenido problemas ninguno con la tropa. He estado años dirigiendo un pelotón de la sección Mistral y jamás hubo nada problemático en mi relación con ellos”