El gobierno municipal de Juan Ignacio Zoido ha ido saliendo del armario –figuradamente– poco a poco desde que desembarcó en el Ayuntamiento. De criticar en el pasado mandato que el consistorio apoyara económicamente la celebración del Orgullo del Sur, que incluye actuaciones musicales y una cabalgata, el PP pasó a colaborar discretamente en su organización una vez que tomó el mando. Lo hizo, eso sí, vetando la colocación del símbolo del colectivo LGTB, la bandera multicolor, en el mástil principal de la casa consistorial, alegando que no lo cedería para paños no oficiales, aunque luego sí que colocó allí la de la Inmaculada Concepción y la del pueblo gitano.
En otra ocasión la retiró por error, a las 24 horas de subirla, de la Glorieta Olímpica, frente al Alamillo, lugar al que desde el ecuador del mandato no regresó la bandera, optando el gobierno local por una ubicación más retirada del centro, en la rotonda de Los Arcos.
De este modo, cada año el Orgullo le ha costado al PP un quebradero de cabeza y críticas de la oposición a cuenta de su doble rasero con la bandera, al prohibirla en unos sitios y consentirla en los centros cívicos.
Pero este último año –electoral, por cierto–, el Ayuntamiento ha decidido gastar 1.815 euros en comprar una bandera gay gigante, al considerarla «necesaria para su colocación en la rotonda de Los Arcos durante el día de celebración, para que tenga una mayor repercusión e impacto global, a través de la colaboración de los medios de comunicación, tanto del segmento LGBT como generales», según reza el concurso para su adquisición. El nuevo paño medirá ocho por 12 metros y será de poliéster.
Quizá éste sea sólo un primer paso y, en caso de que vuelva a gobernar, el PP se replantee ceder el mástil del Ayuntamiento. De momento, en su programa electoral incluye un compromiso con la celebración del Orgullo, aunque no concreta en qué se plasmará.