Arropado por sus concejales y su equipo de campaña, entre aplausos y sonrisas más forzadas que sinceras, bajó el candidato popular a la reelección, Juan Ignacio Zoido, a atender a los medios de comunicación, que desde las siete de la tarde seguían la jornada electoral en la sede del PP-A de la calle San Fernando. Lo hizo a la una de la mañana, y solo como concesión a los periodistas a los que la hora de cierre se le venía encima. Y es que, una vez más, anoche al alcalde le faltó tiempo, porque su intención era hablar cuando hubiera concluido el interminable recuento de votos, que se quedó paralizado en el 95 por ciento. Su mensaje fue breve. Ha ganado las municipales por tercera vez consecutiva, y esto es algo que «nunca antes ha ocurrido en la historia de la democracia».
Tras dar gracias a sus compañeros por llevar casi una década trabajando en su proyecto, desde que desembarcó en el PP local en 2006, dejó clara su intención de «seguir ayudando a la ciudad a atravesar los momentos difíciles».
Pese a ser consciente de lo complicado que tendrá repetir, insistió en el que ha sido su lema desde que llegó a la política municipal: «Debe gobernar la lista más votada». Además, hizo un guiño a navegantes: «Hay que saber entender el mensaje de los ciudadanos para llegar a acuerdos que permitan que una ciudad, una comunidad y una nación sea gobernable». No se atrevió, en cambio, a precisar si estaría dispuesto a llegar a un pacto para tal fin con fuerzas como Podemos, PSOE o IU.
Esta amarga victoria del candidato popular recordó anoche a muchos lo ocurrido en 2007, cuando pese a lograr más votos que el PSOE, no pudo gobernar. Algunos también tenían en mente a Soledad Becerril, que tras haber dirigido la capital hispalense durante un mandato, tuvo que dejar el gobierno al PSOE, a cuenta de un pacto. A Juan Ignacio Zoido, salvo sorpresa mayor, le pasará lo mismo. La victoria es suya, pero no volverá a coger el bastón de mando, tras haberlo manejado solo cuatro años, un tiempo que, como él mismo reconoció en campaña, se le ha quedado corto.
La noche de ayer se vivió como una auténtica montaña rusa emocional en el cuartel general del PP. Las primeras encuestas, acompañadas de los datos de escasa participación en los feudos conservadores, hacía presagiar lo peor. El recuento mantuvo durante varias horas el titular de la derrota de Zoido frente a Juan Espadas, hasta que el escrutinio, tras quedar congelado cerca de una hora, dio la vuelta a la situación. El PP pasaba a encabezar el resultado, con 12 concejales, seguido del PP, por 11. Pero la alegría duró poco. Ciudadanos se estancó en los tres ediles. La mayoría absoluta con el partido naranja se antojaba imposible.
Desde ese momento, se esperó y esperó a que el recuento de votos llegara al cien por cien, algo que al cierre de esta edición no ha pasado. Algo que, como dijo Zoido, alguien deberá explicar.