Menú

Aprobado para los puentes y suspenso para su integración

Examen. Los puentes están bien desde el punto de vista estructural y funcional, según los expertos. Delicias se está modernizando y del de Triana se han quitado casi 100.000 candados

26 feb 2018 / 22:27 h - Actualizado: 27 feb 2018 / 08:22 h.
"Comunicación","Infraestructuras","El estado de los puentes"
  • Puente del Alamillo (1991).
    Puente del Alamillo (1991).
  • Pasarela de San Jerónimo (2011).
    Pasarela de San Jerónimo (2011).
  • Puente de la Barqueta (1991).
    Puente de la Barqueta (1991).
  • Pasarela de la Cartuja (1991).
    Pasarela de la Cartuja (1991).
  • Puente del Cristo de la Expiración (1991).
    Puente del Cristo de la Expiración (1991).
  • Puente de Triana (1852).
    Puente de Triana (1852).
  • Puente de San Telmo (1931).
    Puente de San Telmo (1931).
  •  Puente de los Remedios (1968).
    Puente de los Remedios (1968).
  • Puente de las Delicias (1991).
    Puente de las Delicias (1991).
  • Puente del Centenario (1991).
    Puente del Centenario (1991).
  • Puente del Patrocinio (1982).
    Puente del Patrocinio (1982).
  • Puente Reina Sofía (1991).
    Puente Reina Sofía (1991).
  • Puente Juan Carlos I (1991).
    Puente Juan Carlos I (1991).
  • Puente de San Juan (1930).
    Puente de San Juan (1930).

Podríamos hablar del puente de San Bernardo o de los desaparecidos en 1991 de la Enrramadilla y de la Calzada, pero este artículo se va a centrar en el estado de conservación de los puentes sobre la dársena (de la casi desconocida pasarela de San Jerónimo hasta el puente del Centenario, erróneamente llamado del V Centenario). Ni siquiera sobre los nueve que existen sobre el brazo vivo del Guadalquivir. Y es que en Sevilla hay una veintena de puentes, incluyendo los ferroviarios, que darían para muchas páginas y que dependen de distintas administraciones. En general, y según los expertos, todos están en buen estado «desde el punto de vista estructural y funcional».

Antonio Martínez de la Concha , profesor de Tipología Estructural y Puentes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla, asegura que el componente estructural es «bastante bueno» en todos y que los que se hicieron para la Expo de 1992 «se comportan bien». Lo que más sufre son los apoyos y las juntas de dilatación, de ahí el mantenimiento que requieren. Sin embargo, lo que más nota el ciudadano es el abandono de las rodaduras. «El de Barqueta, la pasarela de la Cartuja y el de Chapina tienen plataformas metálicas y sobre ella una capa de rodadura, así que con el calor ésta se desprende. Ahora mismo, el de la Barqueta, pese a ser más plano, es el que está peor porque perdió esta capa, si bien suele ser el de Chapina el que presenta una peor situación porque sus extremos están en pendiente», explica el profesor.

En cuanto a los apoyos y las juntas de dilatación, Martínez de la Concha indica que el puente de Los Remedios está «un poco peor» probablemente porque su última reparación fue «hace más tiempo». Pese a su edad (es de 1852), «el de Triana está bien», es más, «los accesos están peor que el propio puente gracias a su mantenimiento reciente».

El profesor de Composición Arquitectónica de la Universidad de Sevilla José Peral López también coincide en que todos los puentes de la ciudad están en una situación «aceptable», si bien advierte de que las zonas transitables de los bajos requieren más atención.

«Es necesaria una integración de estos espacios en la ciudad, ya que la limpieza y la iluminación, por ejemplo, brillan por su ausencia en zonas como los bajos del puente de Cachorro. Tienen que ser zonas atractivas y visibles, así como transitables. Sin embargo, los bajos de la pasarela de la Cartuja, del Cachorro, Barqueta, San Telmo y Los Remedios no son agradables para el peatón», denuncia Peral, cuya tesis doctoral se tituló Cruzar un río. Modificaciones territoriales y paisajísticas en el Guadalquivir. El arquitecto y profesor sostiene que en el caso del puente del Cachorro, hogar para muchas personas sin techo, necesita más mantenimiento: «El cuidado de las lonas y la limpieza de los desagües, llenos de vegetación».

Precisamente, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento está ejecutando estos días trabajos de conservación en el puente del Cristo de la Expiración. En concreto, se pintan las barandillas y se realizan algunas reparaciones puntuales en el pavimento (reposición de losas y tramos de bordillo rotos o desaparecidos). Unos trabajos que cuentan con un presupuesto de 3.500 euros.

José Peral también advierte de la atención que requiere el puente más antiguo, el de Isabel II o Triana. «Ojo con su funcionamiento estructural porque aunque la original está muy intervenida, hay que tenerlo bajo control y vigilancia». En su opinión, este puente de gran belleza tampoco está bien integrado en el paisaje de la ciudad y recomienda que se facilite el recorrido peatonal. «San Telmo y Triana son los dos hilvanes de la ciudad y deberían tener más atención porque son como dos personas mayores que siguen cumpliendo su labor», apunta el también comisario de la Exposición Guadalquivir. Mapas y relatos de un río. Imagen y mirada, que ya ha recibido más de 100.000 visitas y que estará abierta hasta el próximo 18 de marzo en el Archivo de Indias.

Lo cierto es que el Ayuntamiento, además de en su mantenimiento, está volcado en la retirada de los candados que inundan las barandillas del puente de Triana, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Según los datos de la empresa encargada, este símbolo de amor se traduce ya en más de 100.000 candados quitados desde 2008.

En concreto, en 2016 se retiraron 6.200, sumando una cantidad de 93.262 desde que empezó esta moda. Así, sumando los de este año, se superarán los 100.000. Una actuación que se traduce también en un gasto de 25.850 euros desde 2008 hasta 2016. Tanto en 2009 como en 2011 se rompieron casi 16.000.

En noviembre de 2016, además, el Ayuntamiento renovó la iluminación de este puente, en concreto, 114 proyectores por otros un 51 por ciento más eficientes, lo que supone un ahorro de 3.874 euros al año en la factura eléctrica.

Y para arreglo, el del puente de las Delicias. El Puerto adjudicó por 2,4 millones de euros el contrato de las obras para modernizarlo y mejorar la infraestructura basculante, que en los últimos años ha sufrido infinidad de fallos y averías, incluso impidiendo la entrada de algún crucero.

Por este puente móvil llegan los cruceros hasta el muelle de las Delicias y funciona como vía ferroviaria que une el muelle de Tablada con la Dársena de Batán, por la cual circulan cerca de unos 20 trenes de mercancías a la semana. Debido a las últimas averías, tras cerca de 30 años en funcionamiento, ahora se acomete una segunda fase de mejora de la red de drenaje, de las instalaciones hidráulicas y eléctricas. Para facilitar la reparación está previsto que hasta el 25 de marzo –fecha en la que llega el primer crucero a Sevilla, el Braemar– el puente esté cerrado al tráfico marítimo (salvo para aquellas embarcaciones que puedan pasar sin abrir el puente). En verano, del 15 de julio al 31 de agosto, está previsto actuar sobre los sistemas mecánicos y sobre la instalación de control, por lo que será necesario establecer cortes de tráfico (sobre todo en agosto).

Y para tráfico, el que soporta el puente del Centenario, infraestructura del Estado. Ayer mismo, a las 16.00 horas, según la DGT, 3.840 vehículos a la hora. Se hizo pequeño y así sigue. Valeriano Ruiz Hernández, catedrático de Termodinámica de la Universidad de Sevilla y miembro de Sevilla Abierta, aboga por darle una solución, como la de un nuevo puente por Coria del Río que uniera la A-49 con la autopista Sevilla-Cádiz. «Hay quien piensa –un gran experto- que sería mejor aún un túnel. ¿Se imaginan lo que eso descongestionaría al Paquito?», pregunta. Ruiz aboga por «un cambio profundo de mentalidad en relación con los puentes», por más pasarelas para peatones y ciclistas.