Cultura, ocio y riqueza intelectual

Espacios escénicos, arte, pero también medios de comunicación y empresas volcadas en el ámbito audiovisual. La porción cultural de la tarta de la Cartuja es cada vez más suculenta

20 abr 2017 / 07:08 h - Actualizado: 19 abr 2017 / 22:01 h.
"Isla de la Cartuja","Historia de la Expo"
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El 25 aniversario de la Expo’92 deja unos cuantos buenos datos en la Isla de la Cartuja. El mayor parque científico, tecnológico y, sí, también cultural, de Andalucía y el tercero mayor de España parece haber vencido a la crisis y acoge en la actualidad 425 entidades y más de 16.500 trabajadores de alta cualificación. Además, en 2016 supimos que el conglomerado empresarial que allí se reúne facturó unos 2.000 millones de euros. Del total de la tarta ningún estudio se ha preocupado por desgajar la porción que compete al sector de ocio y cultural, cada vez más asentado en el parque.

En todo caso, ha tenido que pasar un cuarto de siglo para que al fin se consiguiera desterrar de la mente de los sevillanos que aquello solo es un lugar en el que los jaramagos tienen su abono preferente. Sin embargo, conquistado el éxito empresarial, se sigue trabajando para que se entienda que la Cartuja es hoy uno de los pulmones culturales fundamentales de Sevilla. «Los expertos opinan que esta Isla es un fenómeno tan original y genuino que es irreproducible. Tendrían que volver a darse condiciones tan especiales como la necesidad de reutilizar un recinto de lujo que albergó una exposición universal, la convergencia de intereses de todas las administraciones públicas y el apoyo expreso de la Corona, lo que resulta casi inimaginable», al decir del periodista Francisco Rubiales. «Desde sus comienzos la cultura, en sus múltiples manifestaciones, formó parte del ADN del parque, nunca ha dejado de estar y en 25 años su crecimiento ha sido imponente», considera el sociólogo Javier Madero.

Recientemente, en la asamblea anual de empresarios del parque, Julio Cuesta, comisario del 25 Aniversario de la Expo92; apostó por «hacer ver a la comunidad internacional el éxito que ha supuesto para Sevilla la Expo». En este baño de visibilidad tendrá mucho que ver en los próximos meses la implantación del Caixaforum, inaugurado el pasado mes, y que otorga una imagen más amable y comprometida a la Torre Pelli. «Para el sevillano medio la Isla de la Cartuja todavía es un lugar lejano, como de otra época, y en muchos casos, solo un espacio de trabajo. Pero la sensibilidad está cambiando y empieza a extenderse la idea de que allí suceden cosas, de que existen múltiples razones por las que acudir», reflexiona Javier Madero. El Auditorio Box –enclavado en el antiguo Pabellón de Canadá y ligado a una de las empresas españolas más punteras en la organización de eventos, Eventísimo–, el Teatro Central, la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, las exposiciones del Pabellón de la Navegación, el Auditorio de la Escuela Superior de Ingenieros y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo son otros de los espacios –consagrados y recién llegados– que permiten que la Cartuja sea, además de un lugar de trabajo, un distrito cultural abierto a toda la ciudad.

Mientras que se aguarda la recuperación del Jardín Americano, lo que otorgaría al parque empresarial el protagonismo de contar con el único jardín botánico de Sevilla; otros enclaves culturales los constituyen el Auditorio Rocío Jurado –dedicado a conciertos de música pop–, el Estadio Olímpico –con eventuales propuestas musicales de gran formato–, la terraza (estival) de la Sala Fanatic y en un sector más enfocado al ocio nocturno, Antique Theatro.

Además, la Isla también cobija a un buen número de medios de comunicación; el principal de todos ellos, es la sede de la Radio Televisión Andaluza (RTVA), que ocupa el que fuera Pabellón de Andalucía, a la vera de Isla Mágica. También el ente público Radio Televisión Española (RTVE) ocupa su espacio en el entorno del Huevo de Colón, vecino al remozado Parque de San Jerónimo. ABC de Sevilla y Viva Sevilla ocuparían la cuota empresarial de prensa escrita. También este periódico, El Correo de Andalucía, estuvo durante años radicado en la calle Américo Vespucio de la Cartuja. Finalmente, la emisora local y comunitaria Radiópolis, aunque no estrictamente en el parque, mira al mismo desde su emplazamiento en la antigua torre de cambio de aguja de la calle Torneo.

«La Cartuja corrió durante mucho tiempo el riesgo de devenir en un polígono industrial; pero su peculiar fisonomía, que incluye la herencia vigente de numerosos edificios de la Expo’92, la cercanía con el centro de la ciudad y, sobre todo, la percepción del fasto que allí tuvo lugar han impedido su devaluación, a lo que ha ayudado de manera fundamental el entramado cultural que se mantuvo, en resistencia, desde que acabó la exposición», al decir de José Antonio Chacón, quien fuera responsable del CAAC.

Hoy, además de todo lo expuesto; esto es, ser un espacio de programación y difusión de actividades abiertas al público, la Cartuja es también un foco de producción audiovisual. Así lo demuestran, por ejemplo, la implantación de empresas como TCM Visión Audio, Grubo Abbsolute, Fullmedia Group, Ficciona Media, DTM (Difusiones Tecnológicas de Mercado), Chiclana Films, Cúbica Multimedia, Cartuja Producciones, Caffa4 Comunica, Audiodescripciones SAU y acoge también la Fundación Audiovisual de Andalucía. Por cierto, también la Cartuja ha sido escenario de rodajes de películas, hasta cinco, siendo la última de ellas Flamenco, flamenco, que Carlos Saura filmó en el Pabellón del Futuro en 2009.

El espíritu de la Expo en un parque temático

El espíritu de la Expo en pequeño formato y en clave estrictamente de ocio. De alguna forma, Isla Mágica nació como un souvenir de entretenimiento que satisficiera esa idea querida por todos los sevillanos de hacer eterno el espíritu del 92. Desde 1993 a 1995 el recinto funcionó con el nombre de Parque de los Descubrimientos. En 1997 el parque finaliza las obras y el rey Juan Carlos I lo inauguró con el nombre de Isla Mágica el 28 de junio de aquel mismo año. Enfocado fundamentalmente a captar turismo de Andalucía, su montaña rusa El Jaguar se convirtió rápidamente en una atracción con relativa popularidad entre los aficionados a este tipo de experiencias. En 1998 el parque tuvo 1.300.000 visitas, una cifra que bajaría en temporadas sucesivas; un fenómeno que también experimentaron otros parques como Port Aventura (Cataluña) y Terra Mítica (Valencia), recomponiéndose todos ellos por igual a partir del año 2000. En 2012 Cajasol que pasa a estar bajo el control de Caixabank venderá el parque a la compañía Looping Group. Dos años después, el parque ampliaría su oferta inaugurando Agua Mágica, una propuesta de ocio en clave acuática, que incrementa su competitividad tras invertir en ella 61,1 millones de euros.

En 2014, con la temporada de verano, el 28 de junio abrió sus puertas Agua Mágica. Tras la adquisición por parte de Looping, Isla Mágica consiguió, por vez primera, un beneficio bruto positivo, con una ganancia de 700.000 euros en 2016. «Después de la entrada del grupo con las medidas que se adoptaron en principio, más la inversión que llevamos a cabo, sobre toda la del parque acuático, y también la recuperación de la crisis, que se ha notado en parte, ha sumado todo para que los resultados sean ya positivos», dijo el pasado año su director, Guillermo Cruz. La temporada actual de Isla Mágica comenzó el 15 de abril y se extenderá hasta el 1 de noviembre.