De vuelta a la sociedad

Casos de superación. Testimonios de jóvenes que han hecho borrón y cuenta nueva tras cumplir con la justicia

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
22 oct 2016 / 00:54 h - Actualizado: 21 oct 2016 / 21:57 h.
"Educación","Segundas oportunidades","Jesús Maeztu"
  • Una de las clases del centro de menores El Limonal. / José Luis Montero
    Una de las clases del centro de menores El Limonal. / José Luis Montero

«Educad al niño y no será necesario castigar al hombre». Las palabras del filósofo Pitágoras escritas hace muchos siglos invitan a reflexionar, aún en el XXI, sobre el papel de la sociedad a la hora de afrontar casos de delincuencia juvenil. El artículo 25 de la Constitución Española señala que la represión de las acciones delictivas sólo puede tener como finalidad la reinserción social del delincuente. Este principio constitucional de reinserción «tiene que ser más contundente en el caso de las personas menores de edad y jóvenes, y requiere respuestas diferenciadas de las que reciben los adultos», según remarca el Defensor del Menor de Andalucía, Jesús Maeztu, en la presentación del informe de la atención a menores infractores en centros de internamiento de Andalucía publicado en diciembre de 2014.

En este extenso documento de 464 páginas se recoge un aumento de la delincuencia en este sector de la población en los últimos seis años. En 2013 se registraron un total de 5.959 infracciones penales entre personas de 14 a 17 años, de las que un 63 por ciento fueron tipificadas como delitos (3.757) y un 37 por ciento como faltas (2.202). Cifras que suponen un incremento de 2,5 por ciento en el periodo comprendido entre 2007 y 2013.

La comparativa por géneros refleja que ellas son cada vez más infractoras. Su evolución desde 2007 muestra una subida en más de un 58 por ciento, mucho mayor que el registrado por los chicos aunque estos sigan cometiendo más infracciones. Los 17 años se presenta como el momento más complicado. Seis de cada diez casos de delitos y faltas se cometen una vez llegados a esa edad.

Sin embargo, la labor que se realiza en los centros de menores de Andalucía abre una puerta a la esperanza. «Muchos llegan porque no han tenido otra oportunidad. Aquí les fabricamos una oportunidad de vida: les mostramos que hay otra manera de hacer las cosas y les damos las herramientas suficientes para que tengan capacidad de decidir», explica Emilio Fernández, director de la Fundación Diagrama que gestiona el centro de menores El Limonar, en el municipio de Alcalá de Guadaíra. Palabras que encuentran su argumentación en casos concretos, como los dos que exponemos a continuación. Son jóvenes que han vuelto a la sociedad.