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Diego Torres, el profesor que encumbró al yerno de Juan Carlos I

El profesor de empresarios clama que perdió dinero en los negocios del Instituto Nóos

13 jun 2018 / 08:08 h - Actualizado: 13 jun 2018 / 08:08 h.
"Urdangarín, más cerca de la cárcel"
  • Diego Torres y su mujer hacen el ‘paseíllo’ en la Audiencia de Palma. / Enrique Calvo (Efe)
    Diego Torres y su mujer hacen el ‘paseíllo’ en la Audiencia de Palma. / Enrique Calvo (Efe)

Diego Torres fue el ideólogo de Nóos, el «científico de la empresa» que encumbró como organizador de eventos internacionales al deportista y miembro de la familia real Iñaki Urdangarin, y junto a él ha caído también condenado por corrupción y abocado a la cárcel.

El menorquín Torres, de 53 años, había conocido a Urdangarin en la época en la que el jugador de balonmano y pareja de la infanta Cristina estudiaba en la escuela de negocios barcelonesa de Esade, donde él impartía clases.

Se asociaron para llevar adelante un proyecto dirigido a la organización de foros de impulso a grandes eventos deportivos como motor de desarrollo de ciudades y regiones.

La idea la compraron varias administraciones, entre otras el govern balear dirigido por Jaume Matas, y este fue el origen de lo que el propio socio de Urdangarin definió como la ruina de su vida, porque las magistradas que le juzgaron en 2016 en Palma apreciaron en estos negocios delitos de prevaricación, falsedad, malversación, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y contra Hacienda, y le condenaron a ocho años y medio de cárcel. Ahora, el Tribunal Supremo ha rebajado en casi tres años esa pena, hasta cinco años y ocho meses, al absolverle de tráfico de influencias, blanqueo y falsedad.

Uno de sus principales argumentos fue que, dada la condición de yerno del entonces rey Juan Carlos I de Urdangarin, la Casa Real supervisó y validó todas las actuaciones del Instituto Nóos.

Si en esas sesiones de febrero de 2016 se puso de manifiesto algún aspecto de la personalidad de Torres es que es minucioso y prolijo en la defensa de su trabajo, que está orgulloso de su preparación técnica y que considera que la labor que realizó para el govern balear (dos foros sobre turismo y deporte) fue más relevante para la sociedad que para él, que perdió dinero. Su esposa, Ana María Tejeiro, resultó solo condenada, al igual que la infanta Cristina, como responsable civil a título lucrativo.