El ciclismo sevillano que llega pisando fuerte

Promesas. Cuatro jóvenes hispalenses brillan en el pelotón nacional sub 23, con el sueño de subir el complicado escalón hacia el profesionalismo

18 feb 2018 / 08:08 h - Actualizado: 18 feb 2018 / 16:11 h.
"Ciclismo","Radiografía del ciclismo andaluz"
  • De izquierda a derecha: Juanpe López, López Mayo, Ramón Díaz y David Martín./ El Correo.
    De izquierda a derecha: Juanpe López, López Mayo, Ramón Díaz y David Martín./ El Correo.

Sevilla nunca ha podido presumir de gozar de un tejido ciclista profesional de campanillas. De hecho, casi se pueden contar con las manos los ciclistas de la provincia que han llegado a la élite, con la mención aparte que merecen los dos únicos que han conseguido además levantar los brazos en una gran vuelta: Antonio Montes, allá por los años treinta y cuarenta y Antonio Piedra en Lagos de Covandonga en 2012, ambos en la Vuelta a España. Con la retirada de este último en 2018 queda desierta la participación hispalense en el pelotón profesional, algo, por otra parte, casi habitual en la historia ciclista de esta tierra.

Sin embargo, hay motivos para la esperanza, gracias a una cantera sevillana que llega pisando fuerte. Cuatro jóvenes de categoría sub 23 participarán este año en la Copa de España de Ciclismo, la competición más importante que este deporte alberga en nuestro país en edad de formación. Pocos, pero valientes: así es el futuro del ciclismo sevillano.

El lebrijano que sueña con ser pistolero

Juan Pedro López, Juanpe en el mundillo, es quizás la promesa más firme del ciclismo sevillano. Este lebrijano nacido en julio del 97 afronta un año clave para su devenir ciclista, el que debe catapultarlo a un profesionalismo por el que lucha con ahínco. El joven escalador, que mejora sus prestaciones cuando la carretera se empina, es uno de los miembros más destacados del Polartec Kometa, equipo de la Fundación Contador. Precisamente el que fuera ganador de Tour, Giro y Vuelta, el pistolero, es su principal referencia ciclista, aunque también tiene palabras para Juanjo Lobato, uno de los andaluces más laureados de los últimos tiempos y con quiénes comparte horas de bicicleta, ya que Lobato es de la vecina localidad de Trebujena. Más allá de que se defina como escalador, Juanpe es realmente un ciclista completo, también ducho contra el crono. No en vano, el año pasado se proclamó campeón de Andalucía en la especialidad cronometrada sub 23, siendo también campeón de la prueba en ruta. Un doble éxito que se sumó al memorial Sagasti, en Mungia (Álava), entre otros resultados interesantes. Según su equipo, este año debe dar un paso al frente y erigirse en líder de la escuadra madrileña. Para ello, ha aumentado su carga de entrenamientos y se dedica en cuerpo y alma a la práctica ciclista, con el objetivo claro de subir el complicado escalón que lo separa del profesionalismo: “todo gracias al apoyo de mi familia”, admite este lebrijano que empezó a salir en bici gracias a su padre, a pesar de que al principio “no me gustaba demasiado el ciclismo”.

Desde el Aljarafe con tesón

Paco López Mayo nació en el 96 en Villanueva del Ariscal, y de la pléyade de jóvenes ciclistas sevillanos que pelean por llegar al escalafón profesional es el más veterano y versado. Esta será su cuarta temporada en el Team Extremadura Bicicletas Rodríguez, equipo de la región vecina que es todo un refugio para ciclistas andaluces que por la falta de oportunidades en nuestra comunidad han de emigrar. López Mayo afronta “con ilusión” la nueva temporada, en la que espera “dar lo mejor” y aguantar el sueño de llegar al profesionalismo, aunque admite que “está muy difícil”. Hablamos de un ciclista obstinado y peleón, que se adapta bien a recorridos rompepiernas y con repechos que el año pasado alzó los brazos en la Clásica de La Palma del Condado, prueba del circuito andaluz. Combina los entrenamientos con el estudio de un ciclo superior de eficiencia energética y revela que tiene entre ceja y ceja para este año el campeonato de Andalucía sub 23. La afición al ciclismo le llega por influjo familiar, muy vinculada a este deporte. “Desde pequeño además soy un gran aficionado, siempre lo he visto por televisión”. Se fija en Valverde, aunque también reconoce estar pendiente de excompañeros de equipo hoy día profesionales, como los andaluces Cubero o Díaz Gallego.

Un percherón que ya es campeón nacional

Ramón Díaz (Sevilla, 1999) lo tiene todo para dar muchas alegrías en el deporte del pedal. De todos los hispalenses que se preparan para dar el gran salto es quizás el que más credenciales presenta. No en vano, el año pasado se coronó como campeón de España junior en ruta y disputó el mundial de ciclismo de Bergen (Noruega), hitos hasta ahora desconocido para un ciclista sevillano. Sin embargo, Díaz se encontró con el muro ya conocido: el desarraigo que este deporte tiene en la tierra. De hecho, corrió el envite nacional con el maillot de Castilla y León, territorio en el que estaba adscrito su equipo de por entonces, la Fundación Victor Sastre, del padre del que fuera ganador del Tour de 2008. Ese hecho se produjo porque la federación andaluza no confió en él. Díaz es un auténtico percherón de 193 centímetros con planta de ciclista de muchos kilates, que da su mejor versión mientras más dura sea la prueba: “Me van bien los kilometrajes altos”, narra, al tiempo que destaca que tiene una prueba fetiche, la Strade Bianche. Una clásica italiana de mucha briega que se desempeña con algunos tramos de tierra. Tras su triunfo en el nacional, aún en edad juvenil, Díaz aterriza en el circuito sub 23 dispuesto a seguir formándose como ciclista, con el objetivo claro y diáfano de llegar a profesionales. Por ello, se ha enrolado con uno de los clubes de cantera más valorados del panorama nacional, el Eiser Hirumet vasco, y ha desplazado su residencia a Bilbao, donde está estudiando la carrera de Marketing en inglés. Díaz ha realizado el sacrificio de irse a kilómetros de su familia y de su zona de confort –“en Sevilla hubiera tenido la facultad a un paso”-, para seguir dando pedales en la forja del campeón que tiene dentro. Condiciones no le faltan.

El ímpetu de un coloso sobre tierra

También del año 99 es David Martín, todo un portento del deporte del pedal en su vertiente del mountain bike. Este joven nacido en Mairena del Aljarafe se ha coronado en distintas ocasiones y categorías como campeón de España y Andalucía (siete veces) en BTT y ahora da el salto definitivo a la carretera, especialidad donde ve más posibilidades. De hecho, hasta ahora solo ha corrido dos pruebas con la bici de carretera: campeón de Andalucía junior y 21º clasificado en la prueba nacional que ganara Ramón Díaz. Lo nunca visto, dos sevillanos entre los más destacados de todo un campeonato de España de ciclismo de ruta. Martín, de quién dice tiene piernas que son un motor descomunal para la práctica ciclista, se define como un corredor rápido, al que se le dan bien las pruebas nerviosas y técnicas y los finales con un poco de pendiente. Para seguir progresando en este deporte, ha fichado por el Team Extremadura Bicicletas Rodríguez, con quiénes debutará en la Copa de España y donde sabe que tendrá que seguir un periodo de formación con mucho por aprender. El joven mairenero se muestra muy desencantado por la situación del ciclismo andaluz, donde dicen que no le han dado oportunidades. Tanto es así, que este año tendrá licencia extremeña y tiene intención de mudarse, para seguir potenciando su ciclismo. Martín empezó en este deporte después de sufrir un accidente de moto con apenas 9 años que le hizo romperse la tibia. Dice que su progresión es en parte gracias a Antonio Barbero, su entrenador, “un gran apoyo para mí”, destaca.