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El desafío de acercar la Unión Europea a la ciudadanía

En la encrucijada. Los movimientos eurófobos atenazan al proyecto europeo, que echó a rodar en 1950 y ahora da muestras de agotamiento a la espera de gestos que lo reanimen

Manuel Pérez manpercor2 /
09 may 2018 / 08:30 h - Actualizado: 08 may 2018 / 23:09 h.
"Unión Europea","Fondos europeos","Comisión Europea","Europa, abierta a los ciudadanos"
  • Angela Merkel y Emmanuel Macron, en una rueda de prensa conjunta en el Palacio del Elíseo, en París, el pasado 16 de marzo. / Ludovic Marin (Efe)
    Angela Merkel y Emmanuel Macron, en una rueda de prensa conjunta en el Palacio del Elíseo, en París, el pasado 16 de marzo. / Ludovic Marin (Efe)
  • Robert Schuman, precursor de la Unión Europea, era ministro francés de Exteriores. / El Correo
    Robert Schuman, precursor de la Unión Europea, era ministro francés de Exteriores. / El Correo
  • La bandera de la Unión Europea ondea ante el Big Ben de Londres el pasado mes de febrero de 2017. / Andy Rain (Efe)
    La bandera de la Unión Europea ondea ante el Big Ben de Londres el pasado mes de febrero de 2017. / Andy Rain (Efe)

Los más pequeños no colorean la bandera en el colegio y puede que muchos no lo sepan siquiera. Hoy se celebra el Día de Europa, una efeméride que recuerda la Declaración Schuman. Y es que fue un 9 de mayo de 1950 cuando el ministro francés de Exteriores, Robert Schuman, propuso que el carbón y el acero de Alemania y Francia se administraran de forma conjunta. Nació así la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), el germen de lo que hoy en día es la Unión Europea (UE).

Mucho ha llovido desde entonces y muchas son las vicisitudes que han atravesado los Estados miembros en los últimos años. Europa se encuentra en una encrucijada en la que se dirime su futuro, marcado por la salida del Reino Unido de la comunidad europea –el tan famoso como repetido brexit y la, cada vez mayor, presencia de partidos euroescépticos o eurófobos en las instituciones, con un discurso que propugna dar pasos atrás en el proceso de integración europea.

Un sueño que, a pesar de los peligros que acechan a la Unión Europea, «sigue vivo», señala el profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Sevilla, Rafael Zafra, «aunque jamás debemos caer en la autocomplacencia», advierte. Por su parte, la directora del Centro de Documentación Europea, Marycruz Arcos, cree que ese sueño europeo «sigue en marcha» y explica que se le ha ido dando «otras visiones y otros desafíos» con el tiempo.

Una de las principales preocupaciones de la Unión Europea es la proliferación de los movimientos euroescépticos. Arcos atribuye el fenómeno de una manera «casi directa» a la crisis económica. «Los Estados se vuelven más proteccionistas y los ciudadanos más egoístas», explica Arcos, quien acusa a los movimientos euroescépticos de «excluir al diferente en vez de sacarle partido a la diversidad». También es de esta opinión Zafra, quien añade que los Estados miembros también son responsables cuando recurren a «la cantinela» de «esto nos viene impuesto por Europa cuando las cosas no van bien». «Genera una sensación negativa en la ciudadanía», indica el docente.

Dentro de un año, la ciudadanía europea se reencontrará con las urnas para renovar la Eurocámara. Los expertos temen que estos partidos ganen terreno, porque «el mensaje antieuropeo parece tener muchos consumidores reales y también potenciales», indica Zafra. Mientras tanto, Arcos incide en la importancia de hacer «una buena campaña de concienciación» para que la ciudadanía sienta que la Unión Europea «ya no es solamente un mercado».

Sin duda alguna, concienciar a una sociedad que ha perdido la confianza en las instituciones europeas es una tarea complicada, que no imposible. Para la responsable del Centro de Documentación Europea de la Universidad de Sevilla, actualmente «se dan por hecho muchas cosas que las tenemos gracias a que existe Europa» y afirma que esto hace que muchos jóvenes «sean un poco más descreídos de la necesidad de que exista la UE».

Para superar estas barreras, Europa tiene que ponerse manos a la obra. «Aún tiene que dar muchos pasos para, con los valores en los que se funda, cumplir con los nobles objetivos para los que fue creada», explica el profesor Zafra, quien apunta a los Estados como los actores que deben mover la primera ficha. En este sentido, Zafra recuerda las palabras del profesor Carrillo Salcedo –«mi querido maestro», afirma el docente–: «Es el tiempo de repensar la soberanía, entendida no como exclusión, sino como inclusión».

Hace unos meses, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reconoció la necesidad de «refundar» la Unión Europea. En este sentido, el mandatario galo hizo un llamamiento a su homóloga germana, la canciller Angela Merkel, para reeditar ese tándem franco-alemán que permitió que aquel sueño europeo se pusiera en marcha. «Durante años, Europa ha esperado que la pareja franco-alemana avanzase y propusiese, con la fuerza que históricamente supo encontrar en cada una de las grandes etapas de Europa. Estamos preparados», afirmó Macron.

«Ahora mismo son lo más estable dentro de la Unión Europea», explica Arcos, quien encuentra en ambos líderes «posiciones que pueden ser complementarias». Por su parte, Zafra entiende que la UE «necesita de liderazgos sólidos, capaces de construir proyectos de futuro y que hagan sentir a la ciudadanía protagonista del proceso». No obstante, lamenta el hecho de que actualmente los políticos se mueven «a golpe de encuestas y sondeos» y no con el «convencimiento de un proyecto sólido», si bien da un voto de confianza al eje Macron-Merkel. «Habremos de estar pendientes», señala Zafra al tiempo que añora «con nostalgia» los liderazgos de Mitterrand, Khol, González o Delors.

A pesar de la necesidad de este entendimiento franco-alemán, hay algo que no termina de cuajar en el binomio europeo. Por un lado, Macron pide más «solidaridad» y Merkel alude a la «responsabilidad». Sin embargo, «el proyecto europeo no funcionaría sin atender a este equilibrio», piensa el profesor Zafra. Mientras tanto, Arcos recuerda que Alemania es «el mayor contribuyente al presupuesto europeo», de manera que «es lógico que quiera poner las reglas o insistir en cómo son las reglas de gasto», explica la profesora.

Otro de los desafíos que tendrá que afrontar la Unión Europea en un corto plazo es el acuerdo del marco presupuestario 2021-2028, el primero sin la participación del Reino Unido. En este sentido, los dos expertos consultados coinciden en afirmar en que el brexit «tendrá un impacto importante», como explica Zafra. Por su parte, Arcos reconoce que puede «afectar de varias maneras» en tanto que, al ser menos contribuyentes, «si queremos seguir haciendo lo mismo, tendremos que aumentar el compromiso de contribución». Empero, reconoce que también se gastará menos, «porque la UE se gasta mucho en el Reino Unido».

La encrucijada de la Unión Europea es salvable siempre y cuando sus instituciones se acerquen a la ciudadanía, que debe tomar parte activa de un proceso de integración que comenzó en 1950, a la que España se adhirió en 1986, y aún continúa con paso lento, pero firme. Solo de esta manera, Europa podrá alejar los fantasmas del pasado, esos que atenazan a la propia integridad del proyecto europeo, ese que «sueña cantando» y «vive soñando el nuevo sol».