Andalucía llegó a creer a principios de este siglo que había superado el estigma de ser tierra de emigración. Los datos parecen desmentirlo. Solo en Cataluña siguen viviendo casi 600.000 andaluces, más que toda la provincia de Huelva, aunque Cataluña hace bastante que dejó de ser tierra de destino. Sobre todo desde que comenzó la crisis, quien hace las maletas se va al extranjero, aunque la oleada de emigración de la última década palidece en volumen ante la de la segunda mitad del siglo XX.
El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía acaba de publicar la actualización de su informe Andaluces en el exterior. Al comparar sus estadísticas históricas en Cataluña el número de andaluces era hace 20 años de 800.000 personas, una cifra que se había reducido en vísperas de la crisis (2007) en cien mil personas y que en 2017 –último dato disponible– había caído ya a 582.759, un descenso en el que el retorno tras la jubilación –en la pirámide de población de los andaluces que viven en otras provincias de España destacan los septuagenarios– y los fallecimientos parece que tienen bastante que decir, además del retorno al pueblo de la niñez tras la jubilación.
Es lo que explican desde la Universidad de Sevilla la catedrática de Geografía Humana Josefina Cruz y Pilar Almoguera, profesora titular de la misma materia. «Es un colectivo a extinguir: el flujo a Cataluña se detuvo hace décadas», explica la catedrática. «El 43 por ciento tiene más de 65 años», apostilla.
En cambio, la tendencia desde 2009 entre los andaluces que viven en el extranjero es la de crecer en número. Donde al inicio de la crisis económica (2009) había 10 andaluces hoy (a 1 de enero de 2018) hay 12 y medio.
O en cifras absolutas: De 77.576 nacidos en Andalucía con residencia en el exterior ese año se ha pasado en menos de una década a rozar los cien mil: 97.674, según las mismas fuentes estadísticas. Esto significa que en 10 años ha crecido el 25,90 por ciento el número de emigrantes. Por provincias, destaca Sevilla, que aunque no es la que más emigrantes envía al exterior (en números absolutos le gana Málaga) sí es la que ha visto incrementarse esta cifra con más rotundidad, ya que en 10 años el número de sevillanos en el extranjero ha crecido el 43 por ciento.
En parte esto lo explica Almoguera con el argumento de la crisis económica: tiró de jóvenes recién titulados que no tenían futuro en casa, por ejemplo enfermeras o ingenieros, al desindustrializarse la provincia. Además, el fenómeno persiste porque la recuperación económica se ha quedado en las empresas y en otras zonas, como Madrid, pero no ha llegado a la gente.
Cruz añade otro matiz: las estadísticas incluyen a inmigrantes nacionalizados españoles que cuando retornan por la falta de empleo o porque se cumplieron sus planes, cuentan como andaluces o sevillanos. También sus hijos. Es difícil separar cuántos de los sevillanos que se van son nacidos titulados y cuantos antiguos inmigrantes.
La marcha al extranjero se confirma también si se comparan datos a más corto plazo: a principios de 2018 residían en el extranjero un 3,1 por ciento más de andaluces que en 2017, de los que el 50,6 por ciento eran mujeres.
A lo largo del año 2017 se produjeron además 16.873 nuevas inscripciones en algún municipio andaluz (vía consular) desde el extranjero. Estas nuevas inscripciones supusieron el 5,9 por ciento del total de inscripciones en Andalucía, presentando Sevilla (7,8 por ciento) y Huelva (6,9 por ciento) las proporciones más altas, aclara esta institución.
Si agrupamos esta población en grupos de edad, se comprueba que los dos grupos con mayor porcentaje son el de 0 a 4 años (con el 18,1 por ciento) y el de 30 a 34 años (con el 9,7 por ciento).
No obstante, esto son los recién inscritos. Si nos fiamos de la pirámide de población total de andaluces en el extranjero, las edades que más abundan se sitúan entre los 35 y los 55 años.
Los andaluces residentes en el extranjero, explica el instituto autonómico de Estadística, se reparten principalmente (ojo, no en el último año, sino desde que lo comprueba) entre América (48,1 por ciento, la mayoría de ellos en América del Sur), y Europa (47,7 por ciento). Los principales países de residencia son Argentina (21 por ciento), Francia (14,4 por ciento) y Alemania (11,9 por ciento).
Hay además un movimiento demográfico contrario: desde el año 2002 hay estadísticas de retorno de emigrantes a Andalucía: entre 3.500 y 5.000 al año, aunque en 2016 estos fueron 6.500, añade la catedrática Cruz.
Málaga
La provincia de Málaga es la que más emigrantes nacidos en ella tiene en el extranjero, nada menos que 17.411, pese a no ser la más poblada, con más de un millón y medio de habitantes. Adelanta en números absolutos a la demarcación hispalense, que ronda los dos millones. Por contra, la provincia que cuenta con más emigrantes nacidos en ella en otra comunidad española es...
Jaén
La provincia más alejada del mar es también la que más hijos tiene en otras tierras de España, nada menos que 300.016, bastante por debajo de los 384.000 de hace 20 años. Sin embargo, cuando hablamos de emigración al exterior, solo están registrados 6.475 nacidos en Jaén, lo que la coloca como la segunda provincia menos emisora de emigrantes más allá de la frontera.
Sevilla
Tercera (16.700 personas) provincia andaluza en emisión de migrantes al extranjero y cuarta en emigrantes dentro de otras provincias de España, con 200.024, muy pocos menos que hace 20 años: la migración fuera de Andalucía se mantiene estable y parece una de las alternativas a la crisis para los sevillanos, aunque la catedrática Josefina Cruz prefiere no aventurar una explicación a este fenómeno hasta que se haga un análisis más detallado con microdatos accesibles solo a especialistas que el que puede ofrecer la precipitación de un reportaje. De hecho, viven ahora más sevillanos que en 1998 en todas las autonomías salvo en Cataluña, Valencia, Madrid y el País Vasco, donde sí desciende en número. En cuanto a la emigración al exterior, donde más crece es en Sevilla: sube el 43% desde el año 2009.
Huelva
La provincia andaluza menos poblada también es, en números absolutos, la menor emisora de emigrantes, tanto a otras autonomías (53.256) como al extranjero (3.744). Eso sí, cumple la tendencia general de ir perdiendo población emigrante dentro del país y aumentando la cifra de quienes se van al extranjero.