El Puerto busca otro modelo de negocio para sobrevivir. La idea es que Sevilla tenga un Puerto «industrial y verde», con una «comunidad portuaria», con más actividad industrial y logística para que impulse los tráficos portuarios y con una zona de negocio que le una más a la ciudad. Un nuevo distrito, en la margen este de la dársena, desde el Puente de las Delicias hasta el del Centenario, que «en los próximos cinco años contemple la concesión del 50 por ciento», según concretó este martes el presidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Gracia. Es decir, que prevé que en 2023 la mitad de sus naves tengan otra actividad, gracias a concesiones administrativas a empresas, ya sean de restauración, de tipo empresarial o turístico. El abanico puede ser amplio. El reto sigue siendo sacarle partido a los terrenos de la Autoridad Portuaria.
Profesionales del sector portuario, del Gobierno central, de la Junta y del Ayuntamiento, así como empresarios y otros agentes económicos y sociales asistieron a la presentación del Plan Estratégico 2025 en el Muelle de las Delicias, acto en el que participaron la presidenta de Puertos del Estado, María Ornella Chacón; el vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia y Administración Local, Manuel Jiménez Barrios; y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien fue el primero en sacar un tema espinoso: el dragado. «Hay que despejar la incógnita». «El Puerto es el que más recursos está poniendo para la recuperación del estuario y quien más se juega también». «Nos jugamos un elemento de futuro y debe ser con el respaldo científico y técnico», dijo Espadas tras resaltar que si al Puerto «le va bien, nos irá bien a todos».
El alcalde, además, manifestó que le gustaría que los próximos años sirvan para definir proyectos como el del Batán, si bien dijo que queda mucho por hacer en cuanto a suelos como los de la avenida de Las Razas, más conocida en singular. No concretó nada sobre el traslado de los depósitos de CLH –«dejará de ser una incertidumbre», dijo–, pero sí agradeció que el Puerto presente ya su Plan Estratégico para incluirlo en la planificación de Sevilla 2030.
Jiménez Barrios, por su parte, también trató otro hándicap con el que lidia Manuel Gracia: la competencia entre los puertos andaluces. «Tiene que ser analizado», dijo el vicepresidente de la Junta tras apostillar que el recinto sevillano «necesita también ayuda» del Estado y que con este Plan Estratégico dará «un salto definitivo». Pero, ¿qué dice este plan? Desgrana cien actuaciones para «modernizar» el Puerto, y no sólo digitalmente, sino como empresa. Gracia aseguró que buscan «más competitividad, atajar debilidades y potenciar las fortalezas». Y es que el recinto hispalense tiene una buena conectividad terrestre, pero no tanto marítima.
El plan incluye una serie de objetivos concretos que permitirán valorar el nivel de éxito de la estrategia, entre los que están el refuerzo de su posición de liderazgo como puerta logística del sur peninsular con las Islas Canarias. Se quiere ser un puerto referente en tráfico de productos agroalimentarios, abonos y siderúrgicos, fomentar nuevos tráficos y conectarse con los principales hubs logísticos. De hecho, se estima que la superficie industrial concesionada debe ser, de media anual, de 45.000 metros cuadrados. Más industria para paliar las limitaciones de la actividad portuaria en sí. Y es que Sevilla no puede competir con otros puertos, como el de Cádiz, porque por su canal no pueden pasar los grandes buques mercantes, de ahí el proyecto frustrado para dragar.
Además, estos objetivos consideran la optimización del coste logístico del paso de las mercancías, para lo cual se establece la reducción del tiempo de inactividad del buque en puerto en un 50 por ciento en cinco años. También valoran la «excelencia ambiental» con la incorporación del Puerto de Sevilla a la red Ecoport, la adecuación tecnológica y la digitalización, así como la sostenibilidad financiera, para lo que Manuel Gracia no quiso poner fecha.
La nueva estrategia es la misma que ya desarrollan los grandes puertos: tiene como eje central la modernización, pero no entendida exclusivamente desde la perspectiva de la tecnología y la innovación, sino también como medio para incrementar la actividad portuaria, desarrollar la logística y la industria, construir un nuevo modelo de negocio y afianzar las relaciones entre el Puerto y la ciudad.
Las líneas estratégicas y acciones planteadas en esta hoja de ruta son nueve. La primera, el incremento de la actividad portuaria, para lo que «impulsará un plan que promueva nuevos tráficos como la biomasa» y consolidar otros destinos para el contenedor, como el norte de Europa y West África.
Además, potenciará la «excelencia ferroviaria» y desarrollará un «plan de acción comercial global del Puerto».
La segunda línea busca consolidar el clúster logístico e industrial poniendo el foco en sectores innovadores, como la bio-industria o el reciclaje, y otros presentes en Sevilla, como el logístico o metalmecánico. Se incluye ampliar las áreas logísticas del Puerto bajo fórmulas de colaboración público-privada, promover el Puerto como nodo ferroviario (tras la conexión con Sines se trabaja para la unión por tren con Algeciras), incentivar los sectores industriales con mayor potencial y la promoción de un centro de innovación, un proyecto anunciado en marzo de 2016 y que, pese a tener el respaldo de la Junta, no ha avanzado nada desde entonces. Sólo se sabe que estará en el polígono de Astilleros, en sus antiguas naves.
La tercera línea marcada pretende desarrollar este nuevo distrito urbano-portuario, concebido «como un espacio para la integración de actividades urbanas, productivas y portuarias» (como el turismo de cruceros y la náutica deportiva). Los modelos a seguir son los de Londres y Hamburgo, según Gracia. Además, el presidente del Puerto ya adelantó que se habilitará una terminal en la dársena del Cuarto para trasladar allí «la actividad dura y que el nuevo distrito sea una realidad». Una medida que se encuadra en el objetivo de aumentar la competitividad.
Otra línea de acción pretende llevar a cabo la transformación tecnológica y la digitalización, en especial como vía para mejorar la navegación, el ferrocarril y la actividad en las terminales portuarias, mientras que otra prevé apostar por la «excelencia ambiental» como seña de identidad del Puerto, alineando el concepto de Puerto industrial con el de Puerto verde.
Las líneas estratégicas quieren marcar un nuevo modelo de relación a través de la formalización de una «comunidad portuaria». De hecho, está previsto que esta se constituya formalmente en un acto el próximo 28 de septiembre, según Gracia, quien también destacó que el Puerto hispalense es el único que no la tiene y que la Autoridad Portuaria debe transformarse para ser en un año «un socio de desarrollo de negocio». Un cambio de modelo de gestión que entra dentro de la pretendida modernización.