Como el elemento bolchevique y antisistema cuenta entre sus aficiones asomarse a las redes sociales para meterse con el periodista Arturo Pérez-Reverte y otras celebridades que no son de su cuerda, el autor de El Club Dumas tuvo ayer la idea de publicar este tuit preventivo y demoledor: Me es por completo indiferente que a Franco lo exhumen, lo inhumen, lo ahumen o lo desplumen. Hace cuarenta años que Franco no es asunto mío. La suya es una opinión compartida por la media España que, representada políticamente por el PP, por Ciudadanos y por nadie en particular, no entiende a qué viene hablar de Franco 43 años después de su muerte, estando en puertas la Diada de Cataluña y las amenazas de Torra al Estado, por no señalar otros asuntos de actualidad a los que todavía no se sabe cómo piensa hacer frente el Gobierno, atado por sus alianzas. Pero la otra mitad aplaude la idea de exhumar los restos del dictador fallecido en 1975 de su morada –no última, a lo que se ve– del Valle de los Caídos. Ayer fue el día grande para quienes se suscriben a esta línea de pensamiento, con el decreto ley acordado por el Consejo de Ministros en virtud del cual se exhumará la momia hacia final de año –eso dicen: puede ser mucho antes– y se dan quince días a los familiares del difunto excaudillo para hacerse cargo del material. En el caso de que la familia no comunique dónde quiere enterrar al general o existan discrepancias entre sus miembros, será el Gobierno quien tome la decisión.
Si cabía esperar alguna reacción, Ciudadanos no se hizo esperar. Su secretario general, José Manuel Villegas, dijo que todo esto es solo una «cortina de humo» para no hablar de los «dedazos» en las instituciones públicas y de las «concesiones» a los separatistas. Lo de Franco, observó, «no es un tema urgente para España», sino que lo es para que Sánchez «tape» otros temas. En su opinión, es una insensatez que un dictador tenga un monumento cuarenta años después de su muerte –como lo tiene Napoleón en el corazón de París doscientos años después, por ejemplo y aunque no lo señalara Villegas ayer–. También le parece que el Valle de los Caídos bien podría dedicarse a la «conciliación de todos los españoles». Son las formas y es el modo lo que no les ha gustado a los naranjas. Sánchez, insistió, «está actuando como si buscara la confrontación y el enfrentamiento entre españoles».
«Desfachatez»
En el PP fueron más allá. El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Guillermo Mariscal, calificó de «desfachatez» el decreto ley de exhumación del cadáver por ser un «intento para desviar la atención de la subida de impuestos y no ocuparse de lo que importa». Pero sobre todo, advirtió de que «se puede poner en riesgo la transición» al abrir debates y pretender «elevar el tono». Consultado sobre qué haría el PP con el Valle de los Caídos, lo tuvo claro: «No vamos a caer en la trampa de Sánchez que es huir del Parlamento y sacar temas a la opinión publica».
Eran las principales reacciones a la noticia del día, que estaba en el Consejo de Ministros y que se encargaba de contar a los medios la vicepresidenta, Carmen Calvo. Según explicó la mano derecha de Sánchez, este real decreto ley modifica la Ley de Memoria Histórica de 2007 para especificar –añadiendo un tercer apartado al artículo 16– que «en el Valle de los Caídos solo podrán yacer los restos mortales de personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil española, como lugar de conmemoración, recuerdo y homenaje a las víctimas de la contienda». Razón por la que no se sacarán los restos de José Antonio Primo de Rivera, Fundador de la Falange, víctima de la contienda. De hecho, Franco es la única persona enterrada en el monumento que no murió en la guerra ni fue represaliada luego, sino que falleció octogenario de muerte natural y manteniendo la jefatura del Estado. Eso sí, el PSOE quiere ponerlo en un sitio más discreto, para que no destaque tanto como ahora.
Calvo hizo un llamamiento a los partidos para que, además de convalidar el decreto, voten su tramitación como proyecto de ley, lo que daría pie a introducir más cambios y mejoras a la actual Ley de Memoria Histórica. El real decreto ley entrará en vigor 24 horas después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. A partir de ese momento, el Congreso de los Diputados tiene un plazo de 30 días para convalidarlo o tumbarlo.
«Ni exaltadores»
La vicepresidenta del Gobierno comentó que la permanencia de Francisco Franco en el Valle de los Caídos incumple la prohibición expresa en el referido artículo 16 de la Ley de Memoria Histórica, que establece que «en ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo».
Por si alguien no lo recordaba, recalcó Carmen Calvo que el Congreso, sin ningún grupo en contra, votó a favor de la exhumación de Franco y recordó que la ONU lleva insistiendo años en que no es sostenible esa situación para una democracia.
«No hay ni una sola razón de fondo para que la democracia española no se sienta digna consigo misma con esta exhumación», dijo la vicepresidenta antes de considerar que los partidos que se oponen a ella aduciendo motivos formales, en referencia a PP y Ciudadanos, solo lo hacen para «parapetarse en sus últimas posiciones y convicciones sobre el asunto».
En definitiva, los planes del Gobierno son proceder a la exhumación hacia finales de año. Antes de eso, el 3 de octubre, Pérez-Reverte habrá publicado su nueva novela: Sabotaje. No va con segundas.
Efecto llamada
La afluencia de visitantes al Valle de los Caídos provocó que este viernes se registraran colas de espera para acceder a las instalaciones donde aún reposan los restos del dictador Francisco Franco, el mismo día que el Consejo de Ministros aprobó el decreto con el que autorizará la exhumación del dictador.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, anunció durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros el acuerdo por el que el Ejecutivo ha puesto en marcha la reforma de la Ley de Memoria Histórica para calificar de urgente la exhumación de Franco.
Fuentes de la Guardia Civil explicaron a Europa Press que, desde el anuncio del Gobierno de trasladar los restos mortales de Franco del Valle de los Caídos, ha aumentado el número de visitantes al monumento situado en San Lorenzo del Escorial (Madrid), aunque sin concretar cifras.
Entre los visitantes el pensamiento mayoritario es el de oponerse «radicalmente» a la exhumación del dictador y señalan que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace «marketing político» al registrar este decreto de ley y no «ocuparse de las cosas que realmente importan». «La historia es la que es y no se puede cambiar”.