El futuro será de la sociedad civil. O, como mínimo, será esta la que saque adelante proyectos que, de otra manera, dormirían el sueño de los justos en los cajones de la administración pública. La directora del proyecto Itálica, patrimonio mundial, y coordinadora de la Comisión de Cultura de Civisur (Unión Cívica del Sur de España), la asociación civil impulsora del proyecto, Concha Cobreros, prefiere decir que, gracias a esta iniciativa, «se logran aunar voluntades y sumar adhesiones que, de otro modo, no se producirían». Hacer de pegamento, de aglutinante, hacer fuerza juntos para lograr que la Unesco reconozca lo que ya reconocen decenas de generaciones de sevillanos.

—¿En qué punto está el proyecto de lograr que la Unesco considere a Itálica Patrimonio Mundial de la Humanidad?—Nos encontramos dando los primeros pasos, queda mucho por hacer. Será difícil pero no vamos a desfallecer. Hay que tener en cuenta que hasta hace poco todo esto parecía un sueño; de hecho ya se intentó en 2014 y entonces la iniciativa no prosperó. Pensamos que era clave darle un empujón a la idea en este 2017, año en el que se cumple el 1900 aniversario de la muerte de Trajano y el ascenso al poder de Adriano, ambos nacidos en Itálica.

—¿De qué plazos exactos podemos hablar?

—No lo sabemos con exactitud; pero insisto que será un camino largo y no exento de dificultades; aunque estamos convencidos de que lo lograremos. Si quiere tomar una referencia, los Dólmenes de Antequera, que ya son Patrimonio de la Humanidad, tardaron siete años en alcanzar el reconocimiento.

—El empeño parte de la asociación Civisur. ¿Con qué otras ayudas cuentan?

—La candidatura se desarrolla bajo el lema Itálica, de emperador a emperador y cuenta con la participación de un comité de 22 expertos, tres universidades de Sevilla (la Hispalense, la Pablo de Olavide y la Internacional de Andalucía) y diferentes instituciones entre las que se encuentran la Diputación de Sevilla, el Ayuntamiento de Santiponce y la Junta de Andalucía. Además se ha creado una plataforma de apoyo formada por asociaciones, amantes de la cultura y diversas entidades y que articulará sus plan de acción a través de conferencias, actividades y campañas en las redes. En breve tendremos la página web operativa: italicapatrimoniomundial.com.

—¿Cuál es el presupuesto con el que cuentan?

—Es modesto y constituye una bolsa común de voluntades personales e institucionales. Tras una primera etapa de lanzamiento de la candidatura ahora entramos en la segunda, que será larga, y en la que trabajaremos por visibilizar Itálica tanto en España como a nivel internacional.

—¿Cree usted que los sevillanos son conscientes de la importancia de Itálica?

—Todo el mundo le tiene un inmenso cariño porque rara es la persona que, de niño, no ha visitado las ruinas en una excursión con el colegio. Además, y gracias al gran número de visitas guiadas y teatralizadas y espectáculos que se han ofrecido aquí muchísimos sevillanos pasan por este lugar. Otro asunto bien diferente es que se conozca lo suficiente a nivel patrimonial. Para eso también sirve una apuesta como esta.

—Sorprende que haya tenido que ser la sociedad civil la que ponga en marcha la iniciativa...

—Sí pero, de otro modo, esto no hubiera comenzado. Las instituciones públicas padecen un exceso de burocracia y es complicado que ciertos proyectos se pongan en marcha. Luego está además otra complejidad añadida, poner de acuerdo a administraciones de distinto signo. A través de Civisur es más fácil sentar a la mesa a unos y otros. Además, esto es un signo de los tiempos, ni más ni menos, la sociedad tiene que implicarse en la defensa de su patrimonio, de su cultural. Tenemos que tomar las riendas, no esperar siempre a que lo hagan otros.