La caseta donde se arrancan unas sonrisas por sevillanas

El Hospital Macarena monta su caseta ‘El Pijama’ para animar la estancia a los niños ingresados y algún paciente más que se unió a la fiesta

Iñaki Alonso @alonsopons /
17 abr 2018 / 21:39 h - Actualizado: 18 abr 2018 / 09:03 h.
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  • La caseta donde se arrancan unas sonrisas por sevillanas
  • El hall de la sexta planta del hospital Macarena se convirtió en una improvisada caseta de la Feria, donde se congregaron muchos de los pequeños pacientes. / El Correo
    El hall de la sexta planta del hospital Macarena se convirtió en una improvisada caseta de la Feria, donde se congregaron muchos de los pequeños pacientes. / El Correo

José Vela Filigrana, como en las siete últimas ferias, se anima con los primeros acordes de su guitarra. Saltan al tablao de la caseta El Pijama, Yumi Yamada, japonesa afincada en Sevilla desde hace al menos dos décadas; y José Antonio Pérez Rumi, con su sombrero de ala ancha y su camisa de lunares, y se marcan las primeras sevillanas. ¿Y dónde está esa caseta que tiene lo mejor del ambiente del Real? Se encuentra en el hall de la sexta planta del hospital Virgen Macarena, la de los niños que están ingresados y que, al menos este año, no podrán acudir a la Feria y a esa Calle del Infierno que siempre hace las delicias de los más pequeños.

Los primeros sones atrajeron a unos 40 jóvenes pacientes, con sus pijamas de hospital –de ahí el nombre de la caseta–. Primero, admiraban absortos el espectáculo. Después, algunos, los que mejor se encontraban, se animaban a tocar las palmas o bailar –siempre con permiso médico, primero, y de los padres, después–. Pero al grupo Melisma, que así se llama el tándem formado por José, Yumi y José Antonio, le conmovió sobremanera el gesto de una niña de apenas dos años, ingresada en Oncología Pediátrica, que «la tenían que sujetar para no saltar a bailar».

El ambiente de Feria entra por las venas, incluso en un hospital donde hay ganas para muy poca fiesta. Pero la música no solo amansa a las fieras, sino que anima el alma. Allí que fueron no solo los niños ingresados en el ala de Pediatría, que son a los que se dirige esta ya tradicional actividad, sino a pacientes de otras plantas, como Neurología, cautivados por el tangai formado en la mañana de este martes.

Como colofón final, José Vela Filigrana se animó con las castañuelas, de la que es todo un maestro. No en vano, imparte clases en un taller. Su demostración incluso conmovió a una de las espectadoras, que, nada más finalizar, le felicitó por una actuación que incluso le permitió olvidar que allí mismo, en el hospital, había fallecido hace un mes su marido. «Son historias que te llegan al alma», reconoce este experimentado artista, que entró en esta aventura de la caseta efímera de la mano de su hijo Roberto, voluntario desde hace diez años del programa Diver, que desde hace años busca hacer más confortable a los niños sus días o semanas ingresados en el hospital. De hecho, su lema es Su sonrisa es nuestro mayor regalo, según la directora del programa, Marta Serrano, que días antes tuvo su particular preferia en su aula: un taller que, como el montaje feriante, enseñó a los niños a montar farolillos y hacer flores.