La juventud se va a Castilleja de Guzmán y la vejez a El Madroño

Provincia. Mientras el Aljarafe copa las cotas de menores, las sierras están en edad de jubilación. Villamanrique, con uno de cada diez vecinos inmigrantes, ejemplo de integración

Iñaki Alonso @alonsopons /
19 ene 2018 / 00:00 h - Actualizado: 19 ene 2018 / 09:03 h.
"Inmigración","Sevilla se queda sin inmigrantes"
  • Villamanrique es la población sevillana con más porcentaje de inmigrantes: uno de cada diez vecinos procede de fuera, especialmente de Rumanía. / Gregorio Barrera
    Villamanrique es la población sevillana con más porcentaje de inmigrantes: uno de cada diez vecinos procede de fuera, especialmente de Rumanía. / Gregorio Barrera

Los más jóvenes crecen en el Aljarafe y los más mayores se asoman por las sierras. La dualidad entre la metrópolis y el mundo rural se da también en la provincia, aunque no de forma tan acusada como en el centro de la Península, donde hay pueblos casi abandonados a su suerte, con una población envejecida y sin relevo generacional. La provincia de Sevilla no ha llegado a ese extremo, pero ya tiene a pueblos, los más pequeños, con síntomas de senectud. El Madroño puede ser el único ejemplo. Con solo 284 habitantes, ya cuenta con más de un tercio de la población (38,03 por ciento) en edad de jubilación. Este punto, limítrofe a Huelva, es el más llamativo, pero también hay municipios de la Sierra Sur, como Coripe o Villanueva de San Juan, con un 27,1 y 25,9 por ciento respectivamente de personas empadronadas por encima de los 65 años.


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Al otro lado del extremo está la pujante Aljarafe, que sigue viviendo esa hermosa renta del éxodo de una generación de jóvenes (de los 80, principalmente) a sus pueblos a la búsqueda de viviendas más asequibles al bolsillo y con la ilusión de formar una familia. Por eso, aunque hace ya una década de aquella explosión de la natalidad en el Aljarafe, la juventud de estos pobladores sigue intacta. El ejemplo más claro es Castilleja de Guzmán, donde uno de cada cuatro de sus 2.835 habitantes tiene menos de 16 años. Entre servicios y políticas infancia, educación, programas deportivos y culturales cara a los más jóvenes, se destinan 250.000 euros a los más pequeños, lo que es «una proeza» para un Consistorio «con un presupuesto de 1,8 millones y una deuda de tres millones de deuda». Incluso hizo uso del Plan Supera de la Diputación para remozar las zonas de juegos infantiles o el parque de Skate, y espera habilitar una «zona joven», conformada por la nueva casa de la Juventud y una plaza anexa.

Castilleja de Guzmán es el más adolescente de una cuadrilla que le sigue a la zaga que son los últimos herederos de la cultura del ladrillo: Espartinas (24,7 por ciento), Bormujos (24,4), Bollullos de la Mitación (24), Palomares (23,5) y Umbrete (23,2).

Y, en eso de extremos, hay un rincón de la provincia que es el único que supera la media nacional de extranjeros. Villamanrique de la Condesa lleva a gala que uno de cada diez personas son inmigrantes. Y hace gala de integración con gestos como el del pasado verano, cuando solicitó a la Junta un servicio de mediación y traducción en las aulas para integrar a alumnos inmigrantes procedentes de Rumanía, comunidad que representa el 85 por ciento de sus inmigrantes.