Los mejores cuidados para los prematuros

Los hospitales sevillanos se desviven en la atención de los 1.450 recién nacidos pretérmino anuales. Método canguro, lactancia materna, acompañamiento 24 horas, hotel de madres... todo es poco

17 jul 2018 / 07:18 h - Actualizado: 16 jul 2018 / 22:28 h.
"Sanidad","Salud pública","La atención a los prematuros"
  • El doctor Javier Casanovas y dos enfermeras del hospital de Valme revisan una de las incubadoras que acogen a los niños prematuros. / El Correo
    El doctor Javier Casanovas y dos enfermeras del hospital de Valme revisan una de las incubadoras que acogen a los niños prematuros. / El Correo
  • Los siete facultativos de Neonatología del Macarena, con su directora Salud Luna. / El Correo
    Los siete facultativos de Neonatología del Macarena, con su directora Salud Luna. / El Correo
  • Los padres están en contacto con sus recién nacidos las 24 horas del día. / El Correo
    Los padres están en contacto con sus recién nacidos las 24 horas del día. / El Correo

«En general, cada vez hay menos partos pero de más complejidad». Son palabras de Antonio Pavón, director de la Unidad de Neonatología del hospital Virgen del Rocío, donde vienen al mundo un tercio de los 18.000 niños nacidos al año en la provincia de Sevilla. Uno de cada 13 alumbramientos, por tanto unos 1.450 niños sevillanos, llega de forma prematura, esto es, antes de la semana 37 de gestación. Y esos bebés tan ansiosos por vivir pero tan vulnerables y delicados –en especial los que nacen antes de la semana 28 o con un peso por debajo de los dos kilogramos– precisan los mejores cuidados para salir adelante sin secuelas en su desarrollo neurológico.

A principios de mes nacieron en el hospital Gregorio Marañón de Madrid los dos mellizos de Pablo Iglesias e Irene Montero, la pareja estelar de Podemos, y lo hicieron con sólo 26 semanas de gestación. Si hubieran venido al mundo en uno de los hospitales públicos de Sevilla, podrían estar igual de tranquilos, ya que tanto en el Virgen del Rocío como en el Virgen Macarena y en el de Valme disponen de excelentes unidades de Neonatología, dotadas con los mejores recursos y programas (método canguro, lactancia materna, acompañamiento de los padres 24 horas, hoteles de madres...) para garantizar la supervivencia de los pequeños.

El descenso de la natalidad es un hecho irrefutable: «Ahora tenemos unos 6.000 nacimientos anuales frente a los 12.000 que se registraron en 1992», recuerda Pavón. El Virgen del Rocío aglutina tantos partos como el resto de hospitales públicos y como la sanidad privada para esos 18.000 en toda la provincia, que son alrededor de 90.000 en toda Andalucía.

CIFRAS EN DESCENSO

La cifra de prematuros extremos ha bajado en los últimos años. «Hace 10 años eran alrededor de 120 los recién nacidos en nuestro hospital por debajo de 1.500 gramos, y el año pasado fueron 92», remarca el doctor Pavón, que matiza: «Si les sumamos los medios y tardíos estaríamos hablando de casi un diez por ciento, aunque la mayor parte de ellos vienen al mundo entre las semanas 34 y 37 y no se ingresan si tienen un peso aceptable y no presentan ningún problema de salud». El límite para ingresar a un niño en Neonatología es que pese menos de 2.000 gramos, en cuyo caso hay una evidente relación con las secuelas y la mortalidad.

La prematuridad sí va aumentando en porcentaje, lo que obedece a factores diversos, «entre los cuales está la mayor edad de la madre, que se sitúa alrededor de los 33 años en el primer hijo, lo que está vinculado a la aparición de posibles complicaciones y no sólo en el caso de los prematuros, o el estrés laboral».

La Unidad de Neonatología del Virgen del Rocío, en la que trabajan 16 médicos y alrededor de 150 enfermeros y auxiliares, logra incluso sacar adelante a niños que rondan los 500 gramos. «Sobreviven y pueden llevar una vida bastante normal, aunque el riesgo de secuelas es evidente». Un prematuro se considera extremo cuando pesa al nacer menos de 1.000 gramos, o bien cuando nace antes de la semana 23-24. «Por debajo de ese límite ya no es viable, independientemente del peso, ya que no suele haber dado tiempo a la maduración de órganos vitales como los pulmones», razona Pavón.

La mitad de nacimientos al año, unos 3.000, son atendidos cada año en el hospital Virgen Macarena, cuya unidad de Neonatología cuenta con siete médicos encabezados por la directora del servicio, Salud Luna. Los ingresos en esta unidad en la última década, entre 2009 y 2017, se han mantenido estables alrededor de 350, mientras en las consultas se ofrece atención a entre 360 y 400 pacientes al año. «Aunque el volumen de ingresos se mantiene en el tiempo, la complejidad de los niños que se están atendiendo es cada vez más alta», explica la doctora Luna. Lo cual se traduce «en cantidad de cuidados y en gravedad de las situaciones. Cada vez atendemos casos más graves, niños en el límite de la viabilidad», por debajo de los 1.500 gramos. Este hospital de hecho fue el primero en implantar en 2014 el Proceso Asistencial Integrado (PAI) Atención al recién nacido de riesgo, impulsado por la Consejería de Salud, en su adaptación local junto con Atención Primaria y con la puesta en marcha de un grupo de trabajo multidisciplinar con reuniones mensuales.

En el hospital de Valme nacen igualmente alrededor de 3.000 niños al año y la unidad de Neonatología, encabezada por el doctor Javier Casanovas y con medio centenar de profesionales, atiende a unos 500 niños con diversas patologías (ictericia, infecciones, trastornos metabólicos y respiratorios, malformaciones), de los que el 35-40 por ciento son recién nacidos prematuros. Los de mayor riesgo son los que llegan al mundo con un peso inferior a los 1.500 gramos, que son entre 30 y 35 al año, habiendo conseguido el hospital cifras de supervivencia inimaginables hace unos años, pasando de una mortalidad del 30 por ciento a menos del 10 por ciento.

Los tres hospitales han ampliado y modernizado sus espacios destinados a los neonatos y sus familias y desarrollado programas de humanización asistencial. Todo ello en aras de disminuir el estrés del niño y favorecer el desarrollo de su sistema nervioso, que se ve alterado bruscamente cuando se produce el parto prematuro.

En todos los centros está implantada una política de puertas abiertas 24 horas, de manera que los padres pueden acompañar a sus bebés de forma continua y colaborar en sus cuidados, favoreciendo el vínculo familiar y la pérdida del miedo. Además, se trata de crear un entorno lo más parecido posible al que pudiera tener el recién nacido prematuro en el vientre materno, para lo que se cuida la iluminación, los ruidos o la postura del bebé.

EL MÉTODO CANGURO

Otro de los elementos que se potencia es el llamado método canguro como alternativa a la incubadora, favoreciendo el contacto piel con piel para crear un vínculo a través del olor y el reconocimiento de la madre (y del padre). Esta y otras iniciativas, como el hotel de madres –estancias para aquellas que, ya con el alta, mantienen a sus retoños ingresados en Neonatología, máxime si viven lejos del hospital–, están diseñadas para favorecer la lactancia materna, con múltiples beneficios para ambos. En este sentido, una alternativa es que la madre se traiga su leche y se reserva en el banco de leche que funciona en el Virgen del Rocío desde 2016 y que surte de momento a Valme y al Macarena (en breve lo hará a otros hospitales de Sevilla, Huelva y Cádiz).

Todo es poco cuando se trata de reducir el estrés y el sufrimiento de los niños más frágiles y, en suma, su supervivencia futura.