Más de 30 años de lucha que acaban en desilusión

La decisión de Interior acaba con las esperanzas del Polígono Sur de contar con unas dependencias policiales que mejoren la seguridad y ayuden a normalizar el barrio

06 mar 2018 / 21:41 h - Actualizado: 06 mar 2018 / 22:24 h.
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  • Solar previsto para la comisaría dentro del barrio, en Padre José Sebastián Bandarán. / Jesús Barrera
    Solar previsto para la comisaría dentro del barrio, en Padre José Sebastián Bandarán. / Jesús Barrera

La historia de la comisaría de Policía Nacional que ayer se anunció en la calle Rafael Martínez Domínguez, es la historia de una lucha vecinal que se ha prolongado durante más de 30 años. Los protagonistas son las familias del Polígono Sur que allá por el año 1985 se echaron por primera vez a la calle para reclamar para su barrio unas dependencias policiales con las que mejorar la seguridad y, a la vez, normalizar entre los sevillanos la visita a una de las zonas más deprimidas de la ciudad.

A la primera manifestación de las familias del Polígono Sur le siguió la entrega de 4.500 firmas en la delegación del gobierno pidiendo, tres años más tarde, una comisaría. Ya entonces se emitió una nota comprometiéndose a su construcción.

Pero no fue hasta la llegada del plan integral, que también ha cumplido ya más de diez años y que esta acordado por las tres administraciones –Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Estado–, cuando verdaderamente tomó impulso. En ese momento se empezó a hablar ya de cuál podría ser el lugar y ya los vecinos pidieron que fuera dentro de la barriada.

Entonces comenzó la búsqueda de un solar para la ubicación de la ansiada comisaría. El elegido fue un solar en la Ronda de la Oliva, perteneciente a la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA, la antigua EPSA), dependiente de la consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía. El problema de este terreno, además de que no estaba realmente en el barrio, es que requería una modificación de sus usos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), algo que prolongaría demasiado el proceso en el tiempo por lo las administraciones decidieron desechar todo el proyecto y comenzar de cero.

Mientras, el Estado y el Ayuntamiento de Sevilla cerraron en 2005 un acuerdo para la construcción de cinco comisarías en la ciudad entre 2006 y 2010. El Consistorio cedería al Gobierno central terrenos en distintos barrios a cambio del edificio de la Gavidia. En concreto, según el convenio, se levantarían dependencias de la Policía Nacional en Sevilla Este, Macarena, Nervión, Polígono Sur y Bermejales. La realidad, tras más de una década es que aquel acuerdo quedó en papel mojado y solo dos de ellas, Sevilla Este y Macarena, están en funcionamiento, Nervión está ahora acariciando su construcción –ya se ha ofrecido un solar en los antiguos terrenos de Cruzcampo– y el Polígono Sur volvió a quedar en el olvido.

En 2014 cuando se abrió el penúltimo capítulo. La comisionada del Polígono Sur, María del Mar González, presentó a las administraciones un solar «que cumple todos los requisitos», ha repetido desde entonces en múltiples ocasiones. El suelo contaba con los parabienes de vecinos, Ayuntamiento, Junta... y faltaba el pronunciamiento de Interior. Entonces, el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, sostuvo en distintas ocasiones que el Gobierno «mantiene intacto y claro su compromiso para la construcción de la comisaría del distrito Sur». Y precisamente ahí ha radicado la cuestión. «Distrito Sur» en lugar de «Polígono Sur», como pedían las familias del barrio.

El 26 de enero de 2017, Sanz anunció la decisión adoptada por el Estado: las dependencias policiales se ubicarían en la calle Manuel Laffón, ahora Rafael Martínez Domínguez, por motivos «técnicos, policiales y de accesibilidad». «A 120 metros» del límite del Polígono Sur, pero fuera del barrio, en cualquier caso. La reacción vecinal no se hizo esperar y volvieron las movilizaciones para reclamar que se cumpliera con lo acordado en el plan integral, incluso se llevó a pleno una propuesta, a instancias de IU, para «declarar persona non grata al actual ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, por su renuncia a la comisaría».

Así es cómo, desde el 85, se han sucedido proyectos que han quedado en el aire, un cambio de solar, la renovación de los interlocutores, muchas promesas e infinidad de protestas de las familias para exigir siempre lo mismo. Una comisaría dentro del barrio. Una petición y una larga lucha vecinal que finalmente no se ha visto recompensada.