Música para honrar a la Blanca Paloma

Cantar para rezar. El coro de la hermandad del Rocío de Bormujos acompañará musicalmente por segunda vez la Pontifical de Pentecostés en la aldea de El Rocío

Manuel Pérez manpercor2 /
19 may 2018 / 18:00 h - Actualizado: 20 may 2018 / 16:01 h.
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  • El coro de la hermandad del Rocío de Bormujos ya fue la encargada de poner la nota musical en la Pontifical de Pentecostés del año 2011. / El Correo
    El coro de la hermandad del Rocío de Bormujos ya fue la encargada de poner la nota musical en la Pontifical de Pentecostés del año 2011. / El Correo
  • Petalada al Simpecado de Bormujos tras la salida del año pasado. / El Correo TV
    Petalada al Simpecado de Bormujos tras la salida del año pasado. / El Correo TV

Decía San Agustín de Hipona que «quien reza cantando, reza dos veces». Muchos critican al Rocío por la algarabía y la fiesta, si bien el cante y la música, como expresión popular de la fe, son herramientas que permiten al peregrino estar un poco más cerca de la Virgen y el Pastorcito Divino. La música es un pilar fundamental en las hermandades rocieras, ya no solo porque animan el camino con sus palmas y sus cantes, sino porque las voces de los coros rocieros –que son casi un estilo musical más– magnifican los cultos de las filiales a través del arte popular, el que emana del pueblo.

Precisamente por la importancia que tiene el coro rociero en las celebraciones religiosas de esta índole, la hermandad Matriz de Almonte tiene la deferencia de invitar cada año al coro de una de las hermandades para que embellezca con sus sones la Pontifical de Pentecostés, culto central de la romería del Rocío. Este honor ha recaído este año sobre el coro de la hermandad de Bormujos, que ya fue la encargada de cantar en la Pontifical de 2011. «No imaginábamos que en siete años nos volverían a llamar», explica su director, Domingo Tallafet.

El coro del Rocío de Bormujos se fundó en 1974 y está formado por un total de 32 miembros. Si es verdad eso que decía Rabindranath Tagore de que «la música llena el infinito entre dos almas», estos rocieros tienen la tarea de hacer presentes con sus cantos a tres compañeros de los que cantaron hace siete años y que ya no están. «De 2011 a esta parte nos faltan tres componentes que han fallecido», explica emocionado Domingo, quien asegura que el coro cantará «con más sentimiento todavía».

En este sentido, uno de los momentos más emotivos de la actuación del coro del Rocío de Bormujos será el momento de la comunión, cuando el grupo interpretará una canción que «irá dedicada a los tres componentes que nos faltan», adelanta Domingo, que cumple cuatro años al frente del coro, si bien es miembro fundador del mismo.

Por aquel entonces era director el párroco de Bormujos, Antonio Faustero Sarmiento, quien imprimió al coro rociero la línea y el carácter musical que actualmente mantiene. «Él nos eneseñó a rezar cantando», asegura Domingo. Esta personalidad armónica y melódica es la que mantiene el propio Domingo, quien confiesa haber recibido «mucha influencia del que era nuestro director». «No somos como otros coros que van con canciones rápidas y alegres», explica Domingo.

El escritor Víctor Hugo llegó a afirmar que «la música expresa lo que no se puede poner en palabras y no puede permanecer en silencio». Quizá por esta razón el coro del Rocío de Bormujos es de los que encogen el corazón cuando suenan sus guitarras y sus voces a las plantas de la Blanca Paloma. Porque así se lo enseñó el cura Faustero, que aleccionó a los primeros coristas «a sentir lo que se dice en la canción», apunta Domingo.

El conjunto musical de la filial número 46 no es un coro al uso, sino que se torna en coro de campanilleros por Navidad y canta salmos y antífonas en Cuaresma y Semana Santa. Por una u otra cosa, «nos llevamos ensayando durante todo el año», confiesa su director, si bien cantar la Pontifical de Pentecostés ha obligado a estos rocieros a redoblar esfuerzos. «Nos estamos preparando concienzudamente, ahora más con el estreno de algunas canciones», explica Domingo. Canciones en las que juega un papel fundamental Diego Ramos, el director musical de la formación, que es quien ha escrito y compuesto la mayoría de las letras y música del repertorio del coro del Rocío de Bormujos.

Cuando estos rocieros entonen el canto de entrada y hasta que finalice la eucaristía, los sentimientos estarán a flor de piel. Seguramente en sus pantallas vean la emoción de estos romeros a través de sus ojos, que estarán vidriosos a causa de alguna que otra lágrima a punto de brotar. Estos bormujeros serán los encargados de que rocieros de todo el mundo, estén o no en la aldea, lleguen a la Blanca Paloma a través de la música. Porque como ya dijera Walter Savage Landor, «la música en un don de Dios para el hombre. El único arte del cielo dado a la tierra; el único arte de la tierra que nos lleva al cielo».