Andalucía estrenará el próximo 1 de abril una criptomoneda vinculada a algo tan de la tierra como el aceite de oliva, convirtiéndose en «la primera andaluza y española orientada al sector agrícola». Olivacoin tiene su origen en el Departamento de Economía Financiera y Dirección de Operaciones de la Universidad de Sevilla y ha sido desarrollada de forma conjunta con miembros de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la misma universidad, explica Ismael Santiago Moreno, uno de sus impulsores.
El propósito de esta nueva moneda virtual es erigirse en referente para toda la cadena de producción –desde los agricultores hasta los distribuidores– del oro verde, sustituyendo así al fallido intento protagonizado por el Mercado de Futuros del Aceite de Oliva. Esta sociedad se disolvió en mayo de 2016, después de arrancar actividad en 2004 y contar con 250 clientes y computar un promedio anual superior a los 100.000 contratos, «por los cuantiosos desembolsos exigidos y las estrictas exigencias de adaptación y requerimientos normativos y económicos» demandados por Bruselas.
Olivacoin viene a recoger ahora el testigo, consciente de la dificultad que entraña lo novedoso de su propuesta y las reticencias de un sector tan tradicional. Sus primeras tomas de contacto con las distintas partes de la cadena productiva, sin embargo, han sido positivas y existe interés por este revolucionario concepto.
Esta propuesta innovadora aprovecha la tecnología de cadena de bloques (blockchain), en la que se basan las criptomonedas como Bitcoin, para garantizar el registro de la trazabilidad del aceite de oliva –aprovisionamiento, producción, distribución, consumo–, «garantizando y certificando el origen del mismo, de forma fiable y segura, sin necesidad de intermediarios».
En opinión de Ismael Santiago, esta circunstancia permitirá convertir el aceite de oliva en un producto «dotado de inteligencia», facultado gracias a un DNI electrónico que le permitirá interactuar con el resto de agentes de la cadena de suministro.
Este tipo de tecnología de cadena de bloques permite marcar digitalmente cada tarea y proceso en los mercados internacionales, lo que hará que la cadena sea «más eficiente» en sus procesos. ¿Cómo? Aumentando la velocidad del comercio internacional, eliminando considerablemente intermediarios y costes de intermediación, reduciendo el riesgo cambiario, recortando de forma drástica los trámites en la importación y exportación gracias a los contratos inteligentes (smart contracts) y acelerando el cobro y pago internacionales de forma segura en apenas segundos, en base a la tecnología criptográfica en la que se sustentan las monedas virtuales.
Olivacoin pretende convertirse, además, en un observatorio de precios y podría servir para poner fin a uno de los principales problemas del sector: el fraude en la materia prima, puesto que recoge la trazabilidad y evita una posible manipulación.
Tecnología de futuro
El blockchain ofrece un gran potencial que no pasa desapercibido. «El ejemplo de Napster es el más paradigmático. En los años 90 este intercambio de archivos de música no triunfó, pero sí transformó el consumo de música. Queremos hacer lo mismo con el aceite».
De hecho, la Comisión Europea anunció a principios de febrero que invertirá 340 millones de euros hasta 2020 en este tipo de tecnologías para crear sistemas de transacciones digitales. La apuesta inversora, que arrancó en 2013, ya alcanza los 100 millones. «Blockchain alterará la partida. Europa no puede permitirse perder esta oportunidad», advirtió la comisaria de Economía y Sociedades Digitales, Mariya Gabriel, sobre todo en sectores como la asistencia sanitaria, los seguros, las finanzas, la energía, la logística, la gestión de los derechos de propiedad o la administración pública.
La patata caliente de la regulación queda por ahora aparcada en espera de analizar el potencial que ofrecen, así como los riesgos y oportunidades para Europa. Es en esta línea en la que se enmarca la creación de un Observatorio y Foro de la Cadena de Bloques que permitirá a expertos, industria, administraciones y supervisores monitorizar los desarrollos tecnológicos, aprender de las iniciativas existentes y actuar en consecuencia.
Ayer mismo Endesa y Gas Natural Fenosa anunciaron que se han convertido en las primeras compañías de la Península ibérica en realizar una operación de compraventa de energía empleando esta tecnología blockchain. En concreto, las compañías realizaron una transacción por un volumen total de 5,95 GWh de gas natural. El pasado año se realizaron transacciones de demostración pero la de ayer, realizada en la feria E-World en Essen (Alemania), representa la primera operación real de compraventa gracias al proyecto conjunto Enerchain que cuenta con 39 empresas energéticas europeas adheridas a la plataforma.