Padre nuestro que estás en el callejero

El nomenclátor más cofrade. Más de 120 calles y plazas de Sevilla llevan el nombre de cristos y vírgenes de la Semana Santa. Hasta uno de los puentes de la ciudad está bautizado con el sobrenombre de El Cachorro

10 jun 2017 / 07:00 h - Actualizado: 07 jun 2017 / 22:15 h.
"Cofradías","Local","Una historia tras el callejero"
  • El Cachorro es la única imagen procesional sevillana que tiene un puente con su nombre. El Viernes Santo de 2007, a causa de las adversas condiciones meteorológicas, la cofradía cambió su recorrido y transitó por él. / Javier Díaz
    El Cachorro es la única imagen procesional sevillana que tiene un puente con su nombre. El Viernes Santo de 2007, a causa de las adversas condiciones meteorológicas, la cofradía cambió su recorrido y transitó por él. / Javier Díaz
  • Padre nuestro que estás en el callejero
  • En el año 2012 se inauguró una calle en recuerdo del capataz Manolo Santiago. / J. M. Paisano
    En el año 2012 se inauguró una calle en recuerdo del capataz Manolo Santiago. / J. M. Paisano

De los 4.283 nombres de calles, glorietas, avenidas, pasajes, plazas, paseos, puentes y barreduelas de los que oficialmente consta el callejero de Sevilla, más de 120 están dedicados a cristos y vírgenes de la Semana Santa y, en menor medida, a parte del elenco de imágenes marianas titulares de las hermandades de gloria. El dato representa casi un tres por ciento del listado de nombres del callejero de Sevilla, un porcentaje que se incrementaría sensiblemente si al listado le sumamos la amplia representación del santoral (77 santos y 42 santas) diseminada por el entramado urbano, algunos en enclaves tan ilustres como la plaza de San Lorenzo. Pero volvamos a las calles con nombres de cristos y vírgenes. Ahí van algunos ejemplos. Hay calles bautizadas con el nombre de advocaciones que son indiscutibles referentes devocionales de la ciudad y que atesoran siglos de fervor y veneración, como es el caso de las calles Jesús del Gran Poder, Macarena, Esperanza de Triana o Nuestra Señora de los Reyes. Pero también hay vías rotuladas con el nombre de imágenes de más reciente factura, como la de Jesús del Divino Perdón, titular de la cofradía de vísperas del Parque Alcosa, o la que posee la Virgen del Carmen Dolorosa, titular de la hermandad penitencial del Carmen, en una de las bocacalles que parten de Relator.

El callejero cofrade también se extiende a otros escenarios y rincones urbanos amén de las calles. Hay distinguidas plazas de la ciudad dedicadas a titulares de cofradías, como las de Jesús de la Pasión (antigua plaza del Pan), la de Jesús de la Redención o la del Cristo de Burgos; hay paseos como el dedicado en la ribera del río a Nuestra Señora de la O; hay barreduelas como la dedicada a Nuestro Padre Jesús de las Penas junto a su capilla de la Estrella; incluso uno de los puentes de la ciudad lleva rotulado el nombre de Cristo de la Expiración ‘El Cachorro’.

El peso de la Semana Santa sevillana en el nomenclátor de calles de la ciudad no se reduce exclusivamente a las advocaciones de cristos y vírgenes. Repartidos por sus once distritos, la ciudad rinde homenaje permanente a un amplio elenco de personas e instituciones que con su trabajo y dedicación han contribuido a engrandecer la historia de esta manifestación de religiosidad popular a lo largo de los últimos siete siglos. Son orfebres, bordadores, imagineros, músicos, literatos, curas o simples cofrades de a pie que, cada uno en su parcela, han escrito el pasado y el presente de las cofradías sevillanas.

Sin duda el colectivo que con mayor profusión aparece en el callejero es de los escultores e imagineros. Son una veintena los integrantes de este histórico gremio cuyos nombres se han perpetuado en el mapa urbano. Imagineros como el cordobés Juan de Mesa –a cuya gubia se deben imágenes tan excelsas como las del Gran Poder, el Cristo del Amor o el Crucificado de la Buena Muerte– o su maestro Martínez Montañés, padre artístico del Señor de Pasión, cuentan con sus calles en el centro de la ciudad. A nombres tan ilustres como el de Andrés de Ocampo (autor en 1622 del Cristo de la Fundación), Ruiz de Gijón (artífice del Cachorro en 1682) o Juan Bautista Vázquez (quien esculpió al Cristo de Burgos en 1573), se unen los de conicidos escultores contemporáneos, caso del Imaginero Castillo Lastrucci, Escultor Sebastián Santos, Antonio Susillo o Luis Ortega Bru.

El último imaginero en sumarse a esta lista puede disfrutar en vida del reconocimiento de tener una calle en Sevilla. El 12 de diciembre de 2012 se descubría con el nombre de Imaginero Luis Álvarez Duarte una calle situada en pleno barrio de San José Obrero, escenario de sus primeros juegos infantiles y en cuya parroquia talló a una de sus primeras dolorosas: la Virgen de los Dolores. De recibir este homenaje en vida también pueden presumir los restauradores Hermanos Cruz Solís, que dan nombre a una plaza junto a la basílica del Cachorro. Ellos se encagaron de sanar las heridas del Crucificado tras el incendio de la capilla del Cachorro en 1973.

Otros gremios como el de los orfebres y los bordadores también han dejado su huella en el callejero, con aportaciones tan ilustres como la del Bordador Rodríguez Ojeda o la de Esperanza Elena Caro. La incorporación más reciente es la calle dedicada en el Cerro del Águila a Francisco Carrera Iglesias, con la que sus vecinos quisieron agradecerle sus incontables desvelos por la cofradía del barrio, de la que fue el hermano mayor de la coronación y autor de los bordados del paso de palio de la Virgen de los Dolores.

La importancia de la música procesional para la Semana Santa de Sevilla también se puede rastrear en el entramado urbano con nombres de compositores tan ilustres como Manuel Font de Anta, Maestro Gámez Laserna, Manuel López Farfán, Antonio Pantión, Maestro Tejera o el Maestro Pedro Braña. A este glorioso pentagrama de músicos con representación en el callejero de la ciudad se ha unido en vida uno de los autores contemporáneos con mayor número de marchas procesionales en su haber, el Compositor Pedro Morales Muñoz, a quien se le deben partituras como Virgen de Montserrat, Esperanza Macarena o Virgen de los Negritos.

Contrariamente al protagonismo adquirido durante los últimos años en la Semana Santa, uno de los colectivos más olvidados por el callejero hispalense es el de capataces y costaleros. De momento, sólo dos calles llevan el nombre de dos históricos de los martillos. El primero en contra con una calle fue el Capataz Rafael Franco, junto a la Campana, y más recientemente, el Capataz Manuel Santiago, éste último junto a la iglesia de Santa Catalina. De prosperar sendas iniciativas populares actualmente en marcha, a este breve listado podrían sumarse los nombres de Salvador Dorado El Penitente, fundador de la primera cuadrilla de hermanos costaleros, y la de Capataces Ariza, solicitada por la hermandad de la O para una de las sagas de capataces más longevas y prolíficas de Sevilla.

No falta en el callejero de la ciudad el reconocimiento a instituciones como la Centuria Macarena, que tiene una plaza con su nombre en los callejones del barrio, a las Hermanas de la Cruz, la congregación que fundara Santa Ángela de la Cruz y que tan vinculada está a las cofradías sevillanas, o a la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, cuyo concurso es un clásico en los pregones de Semana Santa y en la procesión del Santo Entierro.

Y ya que hablamos del pregón de la Semana Santa, una buena ristra de declamadores también se ha perpetuado en el callejero local: desde el mítico Antonio Rodríguez Buzón, a Joaquín Romero Murube, Luis Ortiz Muñoz o el cura José María Javierre, quien fuera director de esta cabecera.

OTRAS TRADICIONES

El Corpus

En el nomenclátor de calles de la ciudad hay registrada una vía, ubicada en el Distrito Bellavista-La Palmera, con el nombre de Corpus Christi, ya saben, uno de esos tres jueves del año que relucen más que el sol. El autor de la fastuosa Custodia del Corpus de Sevilla, el orfebre Juan de Arfe, también tiene una calle en la ciudad, aunque rotulada únicamente con su apellido.

El Rocío

Esta manifestación de religiosidad popular en honor a la Patrona de Almonte goza de una amplia presencia en el callejero sevillano. Sin ir más lejos, la única hermandad sevillana que aparace en el nomenclátor precedida de ese título es la Hermandad del Rocío de Triana, que cuenta con una plaza con este nombre. Plazas son también las dedicadas en Sevilla a Las Carretas y Los Almonteños. Y hay calles dedicadas a la Blanca Paloma, Ermita del Rocío, La Romería, La Romera, Rocío, Simpecado, Santa María de las Rocinas y Santa María del Rocío.

Escenarios bíblicos

No faltan en el callejero nombres de calles procedentes de escenarios bíblicos. Es el caso, por ejemplo, de Betania, Cafarnaún, Getsemaní o Jerusalén.

Estudiosos de las cofradías

El investigador Juan Carrero Rodríguez, autor de los Anales de las cofradías sevillanas, y Juan Martínez Alcalde, alma mater de las corporaciones de gloria, también han dejado su huella en el callejero, junto a figuras como la de José Bermejo, uno de los grandes revitalizadores de las hermandades y cofradías de Sevilla en la segunda mitad del siglo XIX.