Sánchez ficha a la mujer que pactó la financiación con el PP-A y Podemos

El nuevo Ejecutivo. María Jesús Montero será la nueva ministra de Hacienda del Gobierno del PSOE. Tendrá que aplicar y defender unos Presupuestos Generales que criticó con dureza

05 jun 2018 / 19:47 h - Actualizado: 05 jun 2018 / 20:33 h.
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  • María Jesús Montero explica los Presupuestos andaluces de 2015. / Efe
    María Jesús Montero explica los Presupuestos andaluces de 2015. / Efe

La trama de la serie escandinava Bron (El Puente) comienza cuando agentes de la Policía de Dinamarca y Suecia encuentran la prueba fundamental de un caso justo en el punto exacto del viaducto de Oresund (entre Copenhague y Malmoe) que marca la frontera entre ambos países. El hecho obliga a que los investigadores suecos y daneses no tengan otro remedio que ponerse de acuerdo y trabajar de la mano para resolver el misterio. María Jesús Montero se ha situado justo en la línea que separa a Pedro Sánchez y Susana Díaz. La hasta ayer consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía y, a partir de hoy, nueva ministra de la misma materia va a convertirse en el eslabón que va a tratar de soldar los intereses del Gobierno Central y las peticiones del Ejecutivo autonómico.

Durante la tarde del lunes se especuló con la posibilidad de que algún miembro del Consejo de Gobierno andaluz formara parte del nuevo Consejo de Ministros. Hasta llegó a publicarse el nombre de la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio. La malagueña fue una de las 17 personas de la Ejecutiva de Pedro Sánchez que abandonó su puesto cuando el secretario general decidió convocar un Congreso, así que parecía un perfil demasiado belicoso como para compartir Gobierno con el nuevo presidente. «A Andalucía lo que más le convenía era Hacienda, es el ministerio del que parte todo a la hora de poner en marcha políticas. Es complicado, no hay colores. Cada territorio quiere lo suyo», comentaban ayer cercanos a la planta noble de San Telmo.

La ministra sevillana es la grapa política entre Sánchez y Díaz. Desde que triunfó la moción de censura del líder socialista, la cuestión personal entre ambos ha quedado degradada a un asunto menor. La relación entre el presidente y la presidenta no va a cambiar, es la que es, pero ambos son conscientes de que ahora hay intereses que les imbrican. Por encima de todo está el PSOE y la oportunidad que se ha abierto para sacar a flote un partido que iba camino de convertirse en un pecio. Lo relevante de la relación entre Pedro y Susana no es su mala sintonía personal, sino su nula concordancia política.

La nueva ministra de Hacienda llega al Consejo de Ministros con un salvoconducto preciado: un acuerdo avalado por todas las fuerzas parlamentarias andaluzas (salvo Ciudadanos) sobre nada más y nada menos que la financiación autonómica. Montero es la autora de la música y la letra de un pacto al que Podemos y PP-A dieron el sí. Es de esperar, pues, que todos los movimientos que dé para encontrar una solución al sudoku de la financiación autonómica partirán de lo acordado en Andalucía. El grupo de trabajo parlamentario que patrocinó Susana Díaz nada más acabar el pasado verano se ha revelado como un acierto y ahora también un elemento importante a la hora de sintonizar los intereses de Moncloa y San Telmo.

La coyuntura es complicada, el asunto peliagudo y puede que el calendario electoral apremie. Pedro Sánchez ya avisó durante su discurso de la moción de censura que había poco margen para esperar avances en la reforma del modelo de financiación autonómica ya que no contaba con «la estabilidad y fortaleza necesaria», le dijo al portavoz de Compromís, Joan Baldoví. Al mismo tiempo, el nuevo presidente del Gobierno admitió en el Congreso que había comunidades que estaban infrafinanciadas, y entre ellas se encontraba Andalucía.

Ante tal panorama, la sucesora de Cristóbal Montoro al frente de Hacienda, y ante los insignificantes movimientos que dio el Gobierno del PP para tratar de llegar a un acuerdo, saldrá airosa de esta cuestión a poco que convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que lleva pendiente desde que Mariano Rajoy dijera en noviembre pasado que se convocaría en enero del presente año.

La carambola política de la última semana obligará a la nueva ministra a defender unos Presupuestos Generales del Estado, que criticó con dureza. El Gobierno del PSOE va a tener que aplicar las cuentas aprobadas por el Ejecutivo de Rajoy. Pero la mayoría absoluta del PP en el Senado amenaza con enmendar sus propias cuentas. El plazo para presentar las enmiendas finalizaba el lunes, pero los populares lo han ampliado cinco días más para obligar así al ya nombrado ministro de Hacienda del Ejecutivo de Pedro Sánchez a defender las cuentas a las que se opusieron. La tarea va a recaer en una de las socialistas que con más vehemencia criticó los Presupuestos por «decepcionar a Andalucía». La primera tarea de María Jesús Montero va a ser peliaguda