Sevillanos ‘made in Deutschland’

Los andaluces nacidos fuera de España son muchos más que los que se van a otro país, una estadística imposible dentro

30 abr 2018 / 08:14 h - Actualizado: 30 abr 2018 / 09:35 h.
"Por un futuro lejos de casa"
  • Sevillanos ‘made in Deutschland’

La estadística del instituto de Estadística y Cartografía pone el foco en otro fenómeno: los andaluces nacidos en el extranjero –aunque inscritos por sus padres como españoles–. Estos son ya muchos más (176.682) que los propios andaluces emigrantes (97.674), al haber formado familia sus padres lejos de la patria chica, pero inscribiéndolos como andaluces.

Incluso nacen fuera a un ritmo mayor del que se van los nacidos en Andalucía: el número de nacidos en el extranjero subió en un año el 3,6 por ciento, mientras que los emigrantes nacidos en Andalucía un 2,1 por ciento.

La catedrática Josefina Cruz expone qué pasa. Por un lado, la marcha de los inmigrantes que llegaron a Sevilla en los años de la burbuja, y que en el tiempo en el que estuvieron aquí se nacionalizaron. Se llevan a sus hijos, que pueden haber nacido aquí o continuar naciendo en su tierra de origen, pero ya inscritos como españoles y abultan la estadística. Porque también tienen hijos en el extranjero los sevillanos de nacimiento que emigran.

La edad habitual para embarcarse en una aventura lejos del país de origen es entre los 20 y los 30 años: los años de formar una familia. Con el apoyo de los consulados y con el interés de no perder el derecho al voto, los andaluces se inscriben adscritos a su provincia –las circunscripciones electorales son las 50 demarcaciones creadas en 1833– y de paso hacen lo mismo con sus hijos.

Esto hace que el número de andaluces nacidos fuera crezca con más rapidez que el de los andaluces que se van, y contrasta con el fenómeno inverso a escala nacional, donde viven casi un millón y medio de andaluces, en gran parte envejecidos.

La falta del incentivo del voto durante los años de la emigración nacional –un sevillano que emigra a Cataluña puede votar allí sin más, en su calidad de ciudadano español– hizo que sus descendientes nunca se inscribieran como andaluces y eso hace que este colectivo, cerrado el gran flujo migratorio en el último cuarto del siglo XX, aparezca hoy muy envejecido. Ese 43 por ciento mayor de 65 años indica que emigraron cuando tenían 25 años, es decir, hace cuanto menos 35. Y que personalidades conocidas por ser descendientes de andaluces, como Gabriel Rufián (ERC), se hayan integrado plenamente como catalanes en su primero región y después autonomía de acogida y nunca hayan figurado en ninguna estadística como andaluces, a diferencia de los que nacen en Alemania o en Argentina.

Estas autonomías, explica Cruz, fueron los territorios ricos, donde se concentran aún los andaluces de la oleada del siglo XX: Madrid y las autonomías en torno al Mediterráneo, Islas Baleares incluida. Pero este gran éxodo, que duró hasta los años 80, se cortó cuando comenzó a haber opciones para ganarse mal que bien la vida en Andalucía.

Declive demográfico

De hecho, la población andaluza llegó a los 8,45 millones de habitantes, su máximo, en 2012. En los últimos cinco años pierde población porque este crecimiento vino motivado, precisamente, por los inmigrantes, no por el número de nacimientos.

Hoy los andaluces son 8,38 millones, el siete por ciento, explica la catedrática, 600.000 inmigrantes extranjeros que todavía siguen viviendo en las ocho provincias. Pero discernir cuántos inmigrantes han vuelto a sus países y cuántos andaluces se han marchado es difícil de discernir solo con los datos que ha actualizado el Instituto de Estadística de la Junta de Andalucía.