Un zoológico a ratos

Pocos recuerdan que el Parque de María Luisa albergó, durante años, el único zoo de Sevilla. MundoPark, en Guillena, y la Reserva del Castillo de las Guardas son hoy los principales referentes locales de unos espacios más didácticos que de ocio

10 feb 2017 / 10:21 h - Actualizado: 10 feb 2017 / 17:55 h.
"Animales","Zoológicos, entre el ocio y la didáctica"
  • Un chimpancé contempla al público en esta imagen de archivo. / Pepo Herrera
    Un chimpancé contempla al público en esta imagen de archivo. / Pepo Herrera
  • Un zoológico a ratos
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La palabra zoológico despierta en cada uno de nosotros unos sentimientos diferentes, a menudo, encontrados. Tiene más que ver con nuestro pasado, connuestra infancia, que con el aquí y ahora. Porque, como sucede con los circos, también los zoos están mudando su piel al compás de las nuevas sensibilidades que afloran en el siglo XXI. En origen, los zoológicos tuvieron más que ver con centros de estudio que con lugares familiares de esparcimiento y didáctica.

Una radiografía de los zoos sevillanos entrega una fotografía bastante modesta. Podríamos afirmar que Sevilla, como tal, carece de zoológico. Una vez tuvo uno. O mejor, quiso tener uno. En 1951 se proyectó la ubicación de un zoo en el Parque de María Luisa, para el que se ofrecieron, de entrada, tres ciervos. Sin embargo, no fue hasta 1957 cuando se destinó dinero para construir las jaulas de los animales, que se instalarían en la Isleta de los patos. Se invirtieron 7.000 de las antiguas pesetas. Y aquello pretendió ser algo más que modesto. En una primera fase se reunieron hasta ejemplares de dingos australianos (especie de perros salvajes), pumas, papiones y mandriles. En 1960 muchos de los animales fueron cedidos al zoo de Jerez, incluyendo dos leones adultos, una leona y tres cachorros.

A partir de 1967 las depauperadas instalaciones volvieron a estar en auge. Llegaron entonces las que, por muchos años, serían las auténticas estrellas del parque, los monos y los leones. Sultán y Guara habían sido intercambiados por un oso polar entre el Ayuntamiento de Sevilla y el Circo Prim, siendo traídos desde Barcelona. Incluso llegó a nacer una leona en la jaula que había en la zona de las Delicias. Se pretendía, antes que cualquier otra cosa, revalorizar el recinto de la Exposición Iberoamericana del 29. «El desmantelamiento definitivo tuvo lugar en 1982, cuando el Parque ya había sido declarado Jardín Artístico», recuerda José Lucas Chaves en su libro Parque centenario.

Ni siquiera la inyección de adrenalina que supuso la Expo’92 logró resucitar aquel zoológico, aunque el proyecto volvería a estar sobre las mesas políticas finalmente, se desechó. De María Luisa han desaparecido (casi) hasta los pavos reales; quedando únicamente patos y palomas –en considerable libertad pese a su domesticación– como iconos del parque.

No sin dificultades sobrevive en la actualidad el Acuario, ubicado en el Muelle de las Delicias desde su inauguración en septiembre de 2014. Más de 3.000 metros cúbicos de agua, unas 400 especies marinas y más de 7.000 ejemplares se alojan en él para recrear todo lo que vio Magallanes a lo largo de los dos años de navegación. Uno de sus principales atractivos es su acuario de tiburones. Además, habitan los estanques del edificio esponjas, estrellas, erizos y peces cirujanos, entre otros muchos ejemplares, también de la familia de los reptiles.

El recorrido en busca de fauna ha de llevarnos ahora a Dos Hermanas, en cuyo Parque de la Alquería aun se mantienen unas pequeñas instalaciones en las que admirar varios tipos de gallináceas y aves. En 2015 el grupo municipal de Izquierda Unida se interesó por la situación de estos animales, cuyos habitáculos están visiblemente deteriorados. El equipo de gobierno respondió entonces diciendo que todos los animales estaban «perfectamente atendidos» y que se cumplía la normativa vigente «estrictamente». A pesar de eso, existe cierta oposición al mantenimiento de este lugar, expresado también en sus reivindicaciones por la organización local Solidaridad Animal Nazarena (San). En Utrera, el Parque de la Consolación perdió el pasado año el pequeño zoológico en el que convivían patos, pavos reales y algunas aves. La corporación municipal consideró que ya no se reunían las condiciones necesarias para el bienestar de estos habitantes. Sí que sigue operativa en cambio la pequeña reserva Trance de Aragón, en la carretera que une Utrera con Llerena, si bien lleva algunos años cerrada al público.

En la mayoría de las ocasiones la exhibición de animales tiene una finalidad, familiarizar a los pequeños con una realidad natural que ya no pueden contemplar, de ninguna manera, en los entornos urbanos. Con el radio ya directamente ampliado a la provincia, habremos de señalar el Zoo de Carmona, una organización que ya en 2003 no cumplía satisfactoriamente los requisitos deseados por la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (Aiza). En 2007, una inspección de Medio Ambiente concluiría con una amenaza seria de cierre por diversos incumplimientos, lo que acabaría materializándose poco después.

Autodenominado el Zoo de Sevilla, MundoPark es un centro privado sede también de la Fundación Juan Luis Malpartida, su responsable. Situado en la carretera que une Guillena con Las Pajanosas, el zoológico acoge según su página web animales tan exóticos como la alpaca, el cocodrilo, la boa constrictor, el dragón barbudo, el guanaco o el lince boreal.

Según la prestigiosa web de recursos turísticos TripAdvisor, que ha categorizado los diez mejores parques zoológicos de Andalucía, el más valorado positivamente es Bioparc Fuengirola. Selwo Marina, en Benalmádena, sería el segundo espacio con críticas más positivas. No lejos en el ranking estaría el que, durante generaciones, ha sido el zoo más popular para los sevillanos. Fundado en 1892 el Zoobotánico de Jerez de la Frontera –popularmente conocido como El Tempul, en referencia al manantial que se encuentra en este lugar– es también el segundo más antiguo de España, antecedido por el de Barcelona, con 120 años de relato. Dedicado inicialmente a la fauna de la Península Ibérica, a lo largo de los años ha ido ampliando su colección zoológica hasta llegar a exhibir más de 1.000 animales pertenecientes a cerca de 200 especies diferentes de los cinco continentes. Muchos de estos animales han sido criados en cautividad en el zoo, como los tigres blancos.

Este mapa de los zoos –que estaría incompleto sin consignar la así llamada Reserva del Castillo de las Guardas– debe concluir con la referencia a uno de los más particulares de cuantos se encuentran en nuestra geografía cercana. Hay que cambiar de país y entrar en la colonia británica de Gibraltar para encontrar el Alameda Wildlife Conservation Park. Se trata de un pequeño parque de conservación en el que se alojan un gran número de los animales que son decomisados en la frontera en su mayoría, provenientes de la cría en cautividad –o la captura– en África.