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El Tesoro del Carambolo en el Arqueológico de Sevilla./ Efe
La arqueología es una mina, pero todavía hay mucho por explotar. Es la conclusión que se desprende al comparar el ingente patrimonio andaluz con el impacto real en el turismo. Observemos, por ejemplo, las visitas registradas en los museos arqueológicos andaluces el pasado año. El de Sevilla se quedó en 78.065, cifra estimable pero muy por debajo de los 217.635 que atrajo el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) –sumando el festival Interestelar, que reunió a 27.000 personas–, o los 335.001 del Bellas Artes.
Muy inferior, también, a las 109.005 del Museo de Cádiz, y a las 230.991 del Museo Arqueológico de Córdoba, el más visitado de la comunidad andaluza gracias, entre otros factores, a las 68.000 personas que asistieron al Festival Flora; y demasiado cerca de un centro más modesto como el Museo Arqueológico de Úbeda, que registró 46.981 a pesar de estar cerrado entre julio y octubre. A la cola de visitas en este apartado se encuentra el de Granada, con 246 visitas, ya que su colección está cerrada al público y solo presta servicios de biblioteca e investigación.
Son números que hablan de la necesidad de cuidar, reformular el discurso museográfico, impulsar y promocionar estos lugares que podrían ser un imán mucho más poderoso para los visitantes del sur andaluz, contribuyendo además a dinamizar la vida cultural de las ciudades.
Lo mismo puede decirse de los conjuntos arqueológicos, en los que reina Itálica (194.465 visitantes en 2017), solo superado por el conjunto de los dólmenes de Antequera (212.247) y el Teatro Romano de Málaga (369.200). Les siguen el conjunto arqueológico de Madinat Al-Zahra, en Córdoba (186.036), el conjunto de Baelo Claudia (165.547) el Teatro Romano de Gades (103.158) los Baños árabes de Ronda (70.509), el conjunto de de Cástulo, en Jaén (40.629), el conjunto arqueológico de Carmona (36.382), el enclave de Acinipo (13.641), los Dólmenes de la Pastora y Matarrubilla (12.967), el enclave del Dolmen de Soto, en Huelva (9.177) y el conjunto arqueológico de de Munigua (6.307), entre otros. En total, más de cinco millones de visitantes que pueden ser muchos más con una política decidida en favor de nuestros tesoros arqueológicos.