No sólo las personas merecen una segunda oportunidad. La ropa que hay en todas las casas guardadas en los armarios y que nunca sale de ahí puede tener también una segunda oportunidad al tiempo que un fin solidario.

Bajo estas premisas, Cáritas Diocesana de Sevilla inició el pasado año un proyecto de recogida de ropa usada para desarrollar un proyecto de economía solidaria que preservara el medio ambiente al tiempo que sirviera para dar trabajo a personas necesitadas.

Bajo el lema Comparte, dona tu ropa usada, Cáritas inició en julio de 2016 un proyecto para sacar de las casas toda esa ropa que no se usa y que se entregará a la organización sabiendo de antemano que tendrá un buen uso solidario y de ninguno forma se comercializará con esta ropa usada.

De esta manera, Cáritas instaló un total de 35 contenedores de color rojo fácilmente distinguibles del resto de contenedores que hay en la ciudad también para la recogida de ropa usada. En este caso, se instalaron en 35 parroquias y centros de la ciudad que también querían colaborar con la iniciativa. Estos contenedores siempre han de estar dentro de las dependencias parroquiales que tenga suelo propio y accesible para el público, ya que no se pueden poner en la vía pública. Por ello el horario para depositar la ropa no es 24 horas sino que depende del horario de atención al público que tengan las diferentes oficinas parroquiales que colaboran con este proyecto.

Según explicaron fuentes oficiales de Cáritas, durante los primeros seis meses de esta iniciativa se lograron recoger 245 toneladas de ropa usada, una cantidad que desbordó las primeras ediciones que tenía la organización y que consolidaba claramente este proyecto de cara al año 2017 que ahora está terminando.

Para poder llevarlo a cabo y realizar las tareas de recogida de ropa, revisión de los contenedores, almacenaje y demás Cáritas contrató a cinco personas que necesitaban una ayuda importante para poder entrar en el mercado de trabajo. Con estas contrataciones se lograba cumplir el fin social de la iniciativa. Respecto a la parte medioambiental, esta se cumple con el reciclaje de la ropa donada que no es reutilizable como ropa después de ser examinada.

Por este motivo, desde Cáritas se explica que la ropa que se deposite en los contenedores no es necesario que esté en buen estado, puede ser ropa vieja o rota, y que también se puede depositar cualquier tipo de material textil como sábanas, toallas, cortinas, etc.

Toda esta mercancía será traslada a la planta de tratamiento que tiene Cáritas en Valencia –tiene otra en Bilbao–. Allí será revisada a y si es reutilizable será sometida a un proceso de higienización. En caso de que el control de calidad de Cáritas decida que esa prenda no cumple los requisitos mínimos para ser de nuevo usada, será destruida y la fibra que la componía se vende como materia prima a diferentes industrias. El beneficio de dichas ventas Cáritas lo destina al mantenimiento del propio programa de recogida de ropa. De esta forma queda garantizado que la ropa que se ha donado a la organización tendrá un fin solidario, ya sea directamente como prenda de vestir o como dinero para los propios proyectos de Cáritas.

Gastos cubiertos

Casi un año y medio después de que se pusiera en marcha este proyecto, las cifras reflejan que el proyecto es un éxito y que todavía tiene mucho más recorrido. Para empezar, el proyecto es autosuficiente económicamente, dado que las ventas de la ropa y de más son suficientes para abonar los salarios, gastos de transporte, seguros, combustible, almacenajes, seguros sociales de los trabajadores, etc. Hasta el pasado mes de septiembre, según los datos facilitados por Cáritas, la recogida de material textil alcanzó las 287 toneladas, que sumadas a las de 2016 hacen un total de 532 toneladas. Además, la demanda es tan alta que algunas parroquias tuvieron que instalar un segundo contenedor de apoyo porque solo uno no era suficiente.

En los pueblos de la provincia, aunque no dispongan de contenedores porque no serían rentables por su lejanía, las parroquias sí organizan campañas de recogida de material textil entre sus feligreses. De esta manera, cuando tienen una cantidad de ropa considerable dan el aviso y acuden desde Sevilla a recogerla expresamente, ahorrando de esta manera los máximos costes posibles en los diferentes desplazamientos. También fue muy demandado un contenedor en el casco antiguo de la ciudad, donde no había ninguno dado que no resulta fácil encontrar una parroquia con un suelo disponible para ubicar el contenedor.

Puntos de recogida

Aquellas personas interesadas en donar material textil a Cáritas pueden hacerlo en los diferentes puntos: parroquia de la Milagrosa, parroquia del Santísimo Redentor, parroquia de San Diego de Alcalá, parroquia de San Lucas-Evangelista, parroquia de Anunciación de Nuestra Señora y San Juan XXOOO, outlet de El Corte Inglés, colegio Santo Ángel de la Guarda, parroquia de San Pablo, parroquia de la Resurección del Señor, parroquia de San José Obrero, parroquia de San Felipe Neri, parroquia de la Divina Pastora de Capuchinos, parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, parroquia de San Juan Bosco, colegio de San Fernando (Maristas), parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, parroquia de Omnium Sanctorum, parroquia de San Antonio María Claret, parroquia de San Sebastián, parroquia del Sagrado Corazón, parroquia de San Isidro Labrador, parroquia de San Jerónimo, Persán, Centro Arrupe, parroquia de San Bernardo, parroquia de Nuestra Señora de las Veredas, parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y Santa Ángela de la Cruz, parroquia de San José y Santa María y parroquia de Nuestra Señora de la Antigua y beato Marcelo Spínola.

En la provincia, hay contenedores en la parroquia de San José (San José de la Rinconada); parroquia de San Sebastián (Alcalá de Guadaíra). En Dos Hermanas, participan las parroquias de San Juan Pablo II (Montequinto), Nuestra Señora de la Oliva y San José Obrero y Bioalverde SL. Por último, en Bormujos hay en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes y San Juan de Dios mientras que en Camas se puede dejar directamente en el almacén de Cáritas (polígono Parque Plata, calle Mesta 20).