Ya vienen los Reyes Magos

Una corte centenaria. El Ateneo cumple un siglo organizando la cabalgata y mantiene la esencia de su origen asistiendo a «los más desfavorecidos»

Manuel Pérez manpercor2 /
01 dic 2017 / 23:18 h - Actualizado: 02 dic 2017 / 08:47 h.
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  • De izquierda a derecha: Vicente Granados; la Estrella de la Ilusión, Ana Pita; Paco Salas; el presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero; Rafa González Serna; el Gran Visir, Fernando Rodríguez; el Mago de la Fantasía, Juan Francisco Rodríguez; la diosa Palas Atenea, Ángela Abad; y el Heraldo Real, Marcos Cañadas. / Fotos: Jesús Barrera
    De izquierda a derecha: Vicente Granados; la Estrella de la Ilusión, Ana Pita; Paco Salas; el presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero; Rafa González Serna; el Gran Visir, Fernando Rodríguez; el Mago de la Fantasía, Juan Francisco Rodríguez; la diosa Palas Atenea, Ángela Abad; y el Heraldo Real, Marcos Cañadas. / Fotos: Jesús Barrera
  • Vicente Granados dará vida al rey Melchor.
    Vicente Granados dará vida al rey Melchor.
  • Paco Salas encarnará al rey Gaspar.
    Paco Salas encarnará al rey Gaspar.
  • Rafael González Serna será el rey Baltasar.
    Rafael González Serna será el rey Baltasar.

Leche y aguardiente. Mantecados de chocolate, canela y ajonjolí. Polvorones, hojaldradas y agua. Mucha agua para los camellos. Sacrosanto ritual que tiene lugar todas las noches de cada cinco de enero en cada hogar. Un proceso de suma delicadeza que implica a chicos y grandes antes de ir a la cama. Y es que las horas apremian. Las manecillas del reloj avanzan y van consumiendo los segundos, los minutos y las horas a golpe de nervios, impaciencia e ilusión. Los Reyes Magos ya están aquí.

Y Sevilla, conocedora de sus costumbres, también quiso llevar a cabo otro de sus rituales: proclamar a sus majestades los Reyes Magos de Oriente, así como a la corte que los acompañará el próximo cinco de enero por las calles hispalenses. Una comitiva que trae consigo el reino de la ilusión por el que miles de niños suspiran en estos días en los que cuidan su comportamiento, empeñándose en ser buenos, «porque los Reyes te están viendo».

El salón de actos de Capitanía General, sede del cuartel general de la Fuerza Terrestre, sirvió un año más de salón del trono de sus majestades, a quienes les delata el brillo especial que irradian sus ojos. El mismo brillo, quizá, de aquellos que allá por 1918 encarnaran a los Reyes Magos en la primera cabalgata de Sevilla, celebrada en favor de los centros de beneficencia, como el Hospicio Provincial de la calle San Luis. Una cabalgata que, desde entonces, nunca ha faltado a su cita con los niños sevillanos. Ni siquiera en los años de la Guerra Civil, porque este reino de la ilusión no debería tener fin.

Aunque la cabalgata de hoy no es la misma que la de 1918, el objetivo es el mismo que el de entonces: dirigir la acción social del Ateneo «hacia los más desfavorecidos de la ciudad, a quienes les pertenece la Cabalgata por la ley del amor», expresó el presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero. Y es que ese mismo cinco de enero, día de la ilusión, tras concluir el paseo por Sevilla, sus majestades visitarán los hospitales de la ciudad para repartir alegría entre aquellos que recibirán sus regalos entre las paredes de un hospital.

Vicente Granados será el encargado de dar vida al rey Melchor, quien aseguró estar preparado para «mandar caramelos bien lejos». Paco Salas encarnará al rey Gaspar y, cuando recibió la llamada del Ateneo, pensó: «seguro que es un regalo de mi mujer para salir de beduino», bromeó Salas. Por su parte, Rafael González Serna, que será el rey Baltasar, confesó estar «cortito de fuerzas, pero sobrado de ganas». Y no le falta razón, pues ya quiere ponerse manos a la obra. «Estoy impaciente por leer todas las cartas», expresó el cantautor.

La anécdota de la jornada la dejó el propio González Serna, quien, dirigiéndose al delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, dijo que está compartiendo muchas cosas con él bajo su mandato. «Con lo que yo pensaba de ti, de malo que ibas a ser tú... Y lo estás bordando, Juan Carlos», afirmó el que fuera pregonero de la Semana Santa de 2016 mientras le daba las gracias para terminar diciendo: «Tú sabes que yo soy del PP, pero voy a votar a Juan Espadas». Mientras, Beltrán Pérez, atento en primera fila, quiso hacer oídos sordos para repasar su carta a los Reyes Magos.

Leche y aguardiente. Mantecados de chocolate, canela y ajonjolí. Polvorones, hojaldradas y agua. Mucha agua para los camellos. Sacrosanto ritual que tiene lugar todas las noches de cada cinco de enero en cada hogar. Un proceso de suma delicadeza que implica a chicos y grandes antes de ir a la cama. Y es que las horas apremian. Las manecillas del reloj avanzan y van consumiendo los segundos, los minutos y las horas a golpe de nervios, impaciencia e ilusión. Los Reyes Magos ya están aquí.

Y Sevilla, conocedora de sus costumbres, también quiso llevar a cabo otro de sus rituales: proclamar a sus majestades los Reyes Magos de Oriente, así como a la corte que los acompañará el próximo cinco de enero por las calles hispalenses. Una comitiva que trae consigo el reino de la ilusión por el que miles de niños suspiran en estos días en los que cuidan su comportamiento, empeñándose en ser buenos, «porque los Reyes te están viendo».

El salón de actos de Capitanía General, sede del cuartel general de la Fuerza Terrestre, sirvió un año más de salón del trono de sus majestades, a quienes les delata el brillo especial que irradian sus ojos. El mismo brillo, quizá, de aquellos que allá por 1918 encarnaran a los Reyes Magos en la primera cabalgata de Sevilla, celebrada en favor de los centros de beneficencia, como el Hospicio Provincial de la calle San Luis. Una cabalgata que, desde entonces, nunca ha faltado a su cita con los niños sevillanos. Ni siquiera en los años de la Guerra Civil, porque este reino de la ilusión no debería tener fin.

Aunque la cabalgata de hoy no es la misma que la de 1918, el objetivo es el mismo que el de entonces: dirigir la acción social del Ateneo «hacia los más desfavorecidos de la ciudad, a quienes les pertenece la Cabalgata por la ley del amor», expresó el presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero. Y es que ese mismo cinco de enero, día de la ilusión, tras concluir el paseo por Sevilla, sus majestades visitarán los hospitales de la ciudad para repartir alegría entre aquellos que recibirán sus regalos entre las paredes de un hospital.

Vicente Granados será el encargado de dar vida al rey Melchor, quien aseguró estar preparado para «mandar caramelos bien lejos». Paco Salas encarnará al rey Gaspar y, cuando recibió la llamada del Ateneo, pensó: «seguro que es un regalo de mi mujer para salir de beduino», bromeó Salas. Por su parte, Rafael González Serna, que será el rey Baltasar, confesó estar «cortito de fuerzas, pero sobrado de ganas». Y no le falta razón, pues ya quiere ponerse manos a la obra. «Estoy impaciente por leer todas las cartas», expresó el cantautor.

La anécdota de la jornada la dejó el propio González Serna, quien, dirigiéndose al delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, dijo que está compartiendo muchas cosas con él bajo su mandato. «Con lo que yo pensaba de ti, de malo que ibas a ser tú... Y lo estás bordando, Juan Carlos», afirmó el que fuera pregonero de la Semana Santa de 2016 mientras le daba las gracias para terminar diciendo: «Tú sabes que yo soy del PP, pero voy a votar a Juan Espadas». Mientras, Beltrán Pérez, atento en primera fila, quiso hacer oídos sordos para repasar su carta a los Reyes Magos.