Aburrimiento y nocturnidad

La novillada que reanudaba el abono estrenó jornada y horario y no resistió la competencia de la llegada de las carretas de Sevilla y Triana

09 jun 2017 / 10:56 h - Actualizado: 09 jun 2017 / 11:06 h.

Algunas cosas eran nuevas en esta cuarta novillada de abono que tampoco logró levantar el tono plano del serial. Se estrenaba el horario nocturno y la jornada del jueves mirando el espejo festivo y familiar de las novilladas de promoción pero la llegada jubilosa de los simpecados de Sevilla y Triana en el mismo tiempo y prácticamente en el mismo lugar impidió calibrar definitivamente si las novedades atraerán a otro público. Ayer, evidentemente, no se notó para nada.

No fue la única novedad ni el único estreno de un nuevo festejo anodino que difícilmente servirá para animar a acudir a la plaza. La autoridad y la empresa han acordado que los caballos de picar abandonen el ruedo después de cumplir el primer tercio por la puerta de arrastre para reducir la interminable duración de los festejos sevillanos. Ayer, ay, tampoco se notó...

El caso es que el mejor reclamo para lograr fidelizar al público en estos festejos ruinosos es la fortaleza de los carteles. Y ayer, desgraciadamente, no era el caso. La escasa capacidad de convocatoria de la terna –un debutante desconocido y dos presentaciones con picadores- hacía presagiar el triste resultado de un festejo en el que sólo se escuchó una ovación para el que, paradójicamente, ofrecía menos esperanzas a priori.

Fue el sevillano Ferrater Beca, novillero de ilustre reata taurina y social, que se presentaba con picadores en la plaza de su tierra después de un largo parón profesional en el que se le dio por retirado del oficio. Y la verdad sea dicha: fue el que más dispuesto salió a resolver una papeleta que nunca fue fácil aunque sorteó dos novillos que le permitieron salir con la cabeza más alta que sus compañeros.

Ferrater, que ya suma algún trienio vital, se mostró más que digno con el complejo ejemplar que hizo segundo. Le costó algún tiempo y dos volteretas descubrir que su lado bueno era el izquierdo aunque acabó logrando un puñado de naturales de buen trazo sin terminar de redondear. Le quedaba el quinto, un ejemplar que volvió a brindar sus mejores embestidas por el izquierdo. Le vino largo pero no le volvió nunca la cara.

No se puede contar lo mismo de sus compañeros. El novillero conquense Aitor Darío El Gallo sorteó en primer lugar un ejemplar distraído, orientado y peligroso que no le dio ninguna opción de lucimiento. Pero con el cuarto, que se acabó orientando, dio una impresión muy desdibujada sin lograr meterlo en la muleta; sin sentirse nunca seguro de lo que estaba haciendo.

El novillero cigarrero Jesús Muñoz también mostró su verdor e inexperiencia profesional al ser incapaz de cogerle el aire del noble tercero, que tuvo clase y recorrido por ambos pitones. Con el sexto, al que masacraron sin disimulo en el caballo, volvió a andar a la deriva pese a sus esfuerzos.

FICHA DEL FESTEJO:

Ganado: Se lidiaron cinco utreros de La Quinta, correctamente presentados remendados con un sobrero de Guadaíra que hizo cuarto. El primero resultó orientado, distraído y peligroso; sirvió mucho el segundo por el lado izquierdo; noble y muy potable el tercero; el cuarto bis, resultó complicado; el quinto tuvo un importante pitón izquierdo y el sexto se dejó.

Novilleros: Aitor Darío ‘El Gallo’, silencio y silencio

Ferrater Beca, ovación tras aviso y silencio

Jesús Muñoz, silencio y silencio tras aviso

Incidencias: La plaza registró menos de un tercio de entrada en noche agradable. Ferrater y Muñoz hacían su debut con picadores y El Gallo se presentaba en Sevilla. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado de Londres, en especial por el español Ignacio Echeverría. Los caballos de picar abandonaron el ruedo por la puerta de arrastre para abreviar el espectáculo.