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Alfonso Cadaval, Ángel Jiménez y Emilio Silvera. / El Correo
La empresa Pagés ha vuelto a apostar por el banquillo hispalense para dotar de un hilo conductor al festejo del Corpus que, como en los últimos tres años, vuelve a ser una novillada con picadores que despedirá el horario vespertino antes de dar paso a la nocturnidad de los tres espectáculos que se han programado para los tres primeros jueves del mes de junio.
Alfonso Cadaval es el más joven del cartel pero es el único que tiene anunciada su alternativa. Será en un cartel de campanillas, el próximo 30 de septiembre y en Feria de San Miguel. Cadaval, que es hijo del ‘moranco’ César, recibirá los trastos del oficio de manos de Morante de la Puebla y en presencia de José María Manzanares. Los toros reseñados para la ocasión serán de Juan Pedro Domecq. La novillada de esta tarde implica su despedida como tal ante sus paisanos. Cadaval, que debutó con picadores en marzo de 2016, toreó ese año ocho novilladas incluyendo su debut maestrante. El año pasado fueron diez contratos, dos de los cuales los cumplió en la plaza de Sevilla cortando la única oreja de aquel decepcionante serial de novilladas. El de este jueves es su cuarto festejo de 2018 después de pasar por Olivenza y Aguascalientes antes de debutar en Madrid con resultados tibios. La oportunidad se pinta de oro para poder afrontar la alternativa con un ambiente más reforzado. De él depende.
Emilio Silvera es de nacimiento sevillano pero es hijo del diestro choquero del mismo nombre y apellido. El chaval, que tiene el corazón dividido entre Sevilla y Huelva, no se ha prodigado demasiado en los ruedos pero puede presumir de una cualidad que no abunda: la personalidad. Ese aire diferenciador es el que hizo que los profesionales y aficionados pusieran su vista en él en sus contadas actuaciones, especialmente en las novilladas que toreó en las dos últimas ediciones de la feria de Colombinas. Silvera debutó con los montados en 2016. Esa temporada sumó seis novilladas, idéntica cifra alcanzada el año pasado. La cita de Sevilla –se presenta como novillero con picadores en este festejo- es la segunda de este 2018. El compromiso, de alguna manera, es una apuesta por el ser o no ser. Eso sí: si le embiste un novillo puede sorprender.
El ecijano Ángel Jiménez es el más veterano del cartel. Resucitado a la profesión en manos de Enrique Peña y José Luis Moreno, logró interesar en Madrid y gustar en Sevilla el pasado año. Su debut en el escalafón menor -2011- ya es lejano aunque su carrera no despegó en esa primera etapa en la que ni siquiera se vistió de luces en los años 2013 y 2016. Se presentó en Sevilla hace seis años y lleva ya ocho temporadas como novillero con picadores aunque fue la del año pasado, con 11 funciones cumplidas, la más fructífera hasta ahora. Las buenas maneras mostradas el año pasado con el único novillo de Partido de Resina que se salvó de la quema general son su mejor aval. Que se repita.
Dejamos para el final el apartado ganadero. La ganadería de El Parralejo es propiedad del industrial sevillano José Moya Sanabria y repite en el Corpus. El año pasado lidió un variado envío en el que sobresalieron tres ejemplares, especialmente un encastado sobrero de excelentes hechuras que galopó en los tres tercios. La ganadería, dirigida por Rafael Molina Candau, forma parte de la amplia órbita de la casa Jandilla. Dentro de los resultados de 2017 hay que anotar que el pasado año lidió su primera corrida de toros en el coso donostiarra de Illumbe logrando un éxito resonante.