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La corrida de Cuadri fue el primer asalto del tramo torista de San Isidro. / EFE
Tauromaquia: La construcción de un mensaje
La cita, organizada el pasado día 29 de mayo por la Asociación del Progreso en la Comunicación (APC) no estaba exenta de interés. La sesión se había titulado Tauromaquia: construir un mensaje relevante y el ponente era un consultor, Arturo Pinedo, sin especiales vínculos taurinos pero con experiencia en la redacción de las nuevas estrategias de comunicación de la Fundación del Toro. La ponencia sirvió para aclarar muchas cosas pero, sobre todo, para hacer ver al sector cual es el receptor del mensaje que debe transmitir la Tauromaquia. No se trata de convencer a los antis sino de ganarse el respeto de los tibios y los escépticos. Las conclusiones fueron más amplias pero nos quedamos con una: tenemos que hacer una defensa valiente y desacomplejada de nuestras posiciones. Ya basta de andar pidiendo siempre perdón.
De la memoria de los triunfos y el torismo...
La puerta grande de Enrique Ponce ha servido para levantar cierta polémica entre los que no se suelen enterar de casi nada. Pero el lance nos da pie a ahondar en cierta reflexión: las salidas a hombros deberían ser sacadas de los reglamentos, pero sobre todo recuperar la naturalidad y espontaneidad de antaño. Se acabarían estas discusiones y triunfaría el poso del recuerdo. Podemos hacer un ejercicio de memoria para mostrar la fugacidad de estas apoteosis protocolizadas. ¿Sabían que Diego Puerta sólo cortó una oreja al toro Escobero, el miura que le puso en figura? Algunos años después llegaría el rabo de otro del Marqués de Domecq pero la memoria, siempre la memoria, subraya el anterior. Podemos poner ejemplos más recientes: Raúl Gracia El Tato abrió la Puerta del Príncipe en abril de 1996 pero en el recuerdo permanece indeleble la faena que cuajó un año después a un victorino. No se vayan todavía, que aún hay más: los amantes de las estadísticas también tienen anotadas las salidas por la Puerta del Príncipe de Emilio Muñoz en 1994 y 1995 pero es mucho más evocada su actuación con el célebre toro Jarabito, marcado con el hierro de Zalduendo, al que cuajó de cabo a rabo el 20 de abril de 1999. Podríamos poner más ejemplos pero nos interesa seguir desbrozando algunos tópicos demagógicos que sigue alumbrándose al calor del serial isidril. La intratable corrida de la hipervalorada vacada de Cuadri -que cuenta con una irreductible legión de fieles inasequibles a todo desaliento- fue un jarro de agua fría para ese sector torista de la afición que ha contemplado con los dientes apretados los muchos y buenos toros que salieron en los encierros de Cuvillo, Alcurrucén, Victoriano del Río, Jandilla o Garcigrande. Algunos siguen hablando de ganaderías comerciales. Preferimos hacerlo de las que embisten y de las que no lo hacen jamás.
El equilibrio imposible de dos oficios
Y ya que hablábamos de torismo hay que recordar que una feria de este acento -la francesa de Vic-Fezesanc- ha servido de punto de arranque de la flamante plataforma televisiva Taurocast, una apuesta de Javier Tebas que ha resucitado a Manolo Molés en la pantalla con aires mesiánicos. Cosas veredes... Dentro del proyecto figura otro nombre ilustre del antiguo Canal Plus. Se trata de Carmelo López, el creador del célebre Paisaje Herrado, que ha dado una lección de ética profesional de escasos precedentes al abandonar las tareas de comunicación que ocupaba en los últimos tiempos en el entorno del matador extremeño José Garrido. Pero el debate está servido: ¿comunicación e información son compatibles? ¿Se puede criticar o analizar la actuación de quién te da de comer? El asunto forma parte de los debates de no pocos cenáculos taurinos y en la actualidad bordea ciertos límites que no tienen camino de vuelta. Ya lo decía mi abuela, que era sabia: cada cual con su cadac