Borja Collado también mereció estar en la final

El aspirante valenciano cuajó una interesante actuación premiada con un trofeo, idéntico premio al que obtuvo el novillero pacense Manuel Perera

20 jul 2018 / 11:47 h - Actualizado: 20 jul 2018 / 11:55 h.
"Toros"
  • Borja Collado este jueves en la Maestranza. / Manuel Gómez
    Borja Collado este jueves en la Maestranza. / Manuel Gómez
  •  Borja Collado este jueves en la Maestranza. / Manuel Gómez
    Borja Collado este jueves en la Maestranza. / Manuel Gómez
  •  Borja Collado este jueves en la Maestranza. / Manuel Gómez
    Borja Collado este jueves en la Maestranza. / Manuel Gómez

Ya ha concluido la fase clasificatoria y contamos con finalistas. El jurado de asesores de la presidencia se ha decantado por los aspirantes Pablo Páez, El Primi y Villita para disputar la final del próximo jueves pero el desarrollo del festejo de este jueves puso sobre la mesa el nombre de otro novillero que habría merecido estar con ellos. Hablamos del valenciano Borja Collado, que llegaba a la plaza de la Maestranza cargado de buenas referencias.

El chaval, formado en la escuela taurina de la capital del Turia, ya hizo su primera declaración de intenciones marchándose a portagayola para recibir al quinto, un eral que, como casi todo el encierro, mostró más complicaciones que virtudes a lo largo de su lidia. Collado enseñó que sabe manejar el capote pero lo mejor llegó empuñando una muleta que sabe manejar con buen estilo, concepto clásico y sentido del temple.

El valenciano quiere, y puede, ligar los muletazos con la virtud de hacerlo a la vez que resolvía los muchos problemas que le planteó un novillo que siempre se le quedó debajo. Lo toreó mejor, mucho mejor de lo que merecía su escasa condición mostrándose naturalmente compuesto y relajado. El bicho llegó a echarle mano pero volvió a la cara sin aspavientos. El final de la faena, resuelto con un macheteo y una excelente estocada terminó de despejar cualquier duda. Collado, de alguna manera, también es un vencedor moral del ciclo.

Otro peso tuvo el trofeo cortado por el novillero pacense Manuel Perera, que venía amparado por el acreditado Patronato de Tauromaquia de Badajoz. Le tocó el becerro de menor presencia de la noche y supo torearlo con cierta hondura y hasta ligazón. El animal llegó a levantarle de fea manera con la punta del pitón volviendo a evidenciar las mismas complicaciones que sus hermanos. Los naturales finales tuvieron mérito. La estocada fue fulminante.

A partir de ahí podemos recordar la firmeza y el buen trazo de Miguel Andrades, aspirante jerezano presentado por la escuela de Ubrique, que quiere llevar a los novillos con trazo largo y dominador. El eral se defendió mucho al final de los muletazos y Andrades no renunció a los efectos especiales. Entra a matar quedándose en la cara. Cuidado con eso.

Antonio Muñoz, de Cantillana y presentado por libre, enseño algunas carencias aunque no le faltó el calor de una legión de partidarios. Eso sí, el chaval fue capaz de sobreponerse a las dudas y nervios iniciales centrándose en la difícil embestida de su enemigo, al que le sobró carbón. El tercero en discordia era Corruco de Algeciras, sobrino del banderillero del mismo nombre al que invitó a compartir los palos. El chico se sabe el abecedario del toreo pero tuvo que pechar con un novillo orientado y complicado que embistió siempre protestando. Eso sí, demostró que el agua nunca le llegó al cuello.

Dejamos para el final la actuación de Darío Cañas, nacido en Prado del Rey pero presentado por la escuela de Sevilla-Amate. Nos interesa lo que puede dar aún. Cañas tiene toques de infrecuente personalidad y sabor pero aún necesita el oficio necesario para materializarlos con mayor seguridad. Posiblemente se llevó el novillo de mejor condición pero aún necesita mayor rodaje. Tiempo al tiempo.

Ficha del festejo

Ganado: Se lidiaron seis erales de Cayetano Muñoz, desigualmente presentados. Presentaron complicaciones globales aunque se dejó algo más el lidiado en cuarto lugar.

Aspirantes: Miguel Andrades, de la Escuela de Ubrique, silencio tras aviso.

Antonio Muñoz, de Cantillana, vuelta al ruedo tras petición

Corruco de Algeciras, de la Escuela Taurina Municipal de Algeciras, silencio tras aviso

Darío Cañas, de la Escuela de Sevilla-Amate, ovación

Borja Collado, de la Escuela Taurina de Valencia, oreja

Manuel Perera, del Patronato Provincial de Tauromaquia de Badajoz, oreja

Incidencias: La plaza registró dos tercios de entrada en noche de agradable temperatura.