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El joven torero Borja Jiménez. /
Los toreros jóvenes viven pendientes de la gestación de la Feria de Abril que en estos días experimenta el definitivo acelerón en los despachos de la calle Adriano. Borja Jiménez, que afronta la temporada con nuevos mentores –los hermanos Dévora- quiere apoyarse en los trascendentales ruedos de Sevilla y Madrid para dar un nuevo impulso a su incipiente carrera. Ya ha realizado algunos acercamientos a la empresa Pagés aunque sigue esperando acontecimientos.
“Después de los triunfos que he tenido en Sevilla –salir por la Puerta del Príncipe o cortar una oreja en Resurrección- hay motivos suficientes para volver a Sevilla” afirma el joven matador que tiene un sabor agridulce de la corrida de Tornay que estoqueó el pasado año en el ciclo abrileño en medio del diluvio. “No acompañó el día, estuvo lloviendo desde por la mañana y mermó la asistencia de público”, rememora Borja precisando que “la ganadería tampoco terminó de funcionar y no se pudieron cortar las orejas”.
El torero vuelve a la idea inicial: estar en Sevilla. “Está siendo un invierno de mucha preparación, de trabajar duro; 2017 es un año clave para mí, sé que puedo escalar en el escalafón pero necesito estar en plazas como Sevilla o las Ventas, en la que tengo que confirmar mi alternativa”, explica. La mención de la plaza madrileña nos hace apuntar a la experiencia reciente de su hermano Javier. Una tarde agosteña le cambió la vida y le ha colocado entre los diestros de mayor proyección del actual panorama. “Aquella tarde cambió su trayectoria para mejor”, reconoce Borja llevándola a su propio terreno. “A mí me sucedió en la Maestranza –en alusión a aquella Puerta del Príncipe compartida con Garrido cuando eran novilleros- y cuando suceden cosas así pasas de torear poco a hacer sonar tu nombre entre los aficionados y profesionales; te permite torear más y entrar en carteles mejores”.
El joven matador, que ha cancelado una inminente incursión americana por circunstancias políticas, se encuentra inmerso en la preparación de su campaña aunque la brújula, una vez más, sigue apuntando a la gestación de los carteles de la próxima Feria de Abril. “Un triunfo en Sevilla o Madrid serviría para abrirme camino en mi situación; los triunfos de los pueblos no te dan ese punto necesario para abrirte las puertas de las ferias”.
“Desde que tomé la alternativa habré toreado unas veinte corridas de toros” señala el joven diestro de Espartinas que se siente “preparado, cuajado y maduro”. Pero el invierno que ya encara su último tramo ha constituido un punto y aparte. “Me ha servido para pensar mucho y recapacitar sobre mi carrera, lo que estaba haciendo peor o mejor... me ha servido para corregir muchas cosas en las que estaba fallando”. En este punto ha aparecido una persona fundamental. Se trata de José Luis Peralta, apoderado de su hermano Javier. “Me está ayudando mucho y estoy viendo los resultados en el campo; aún me queda un punto más que quiero coger pero estoy en el buen camino”.
En este punto la referencia a Javier vuelve a ser obligada. Estuvo chupando banquillo, aprovechando todas y cada una de las contadas oportunidades que le salieron al paso hasta que aquella tarde venteña cambió el rumbo de su vida. “Si miras la historia del toreo compruebas que casi todos los toreros han pasado por un tiempo de espera; todos tenemos que pagar ese peaje para poder funcionar” reflexiona Borja. “Yo lo estoy pagando ahora después de haber toreado tanto de novillero pero eso te hace madurar y te ayuda a pensar; si eres capaz de sobreponerte te sirve muchísimo”, puntualiza cifrando su esperanza en estar anunciado en abril. “Tengo muy buenos presentimientos y lo que más me tranquiliza es saber que tengo los deberes hechos” afirma el joven diestro. “He soñado muchas faenas en Sevilla y seguro que una de esas saldrá en el ruedo”, finaliza.