Cosas de Madrid, Sevilla y Córdoba

En la semana taurina que pasó se habló de la grandeza madrileña de El Juli o del primer recital morantista en Los Califas. Eso sí, río arriba el público –definitivamente divorciado de la empresa- no respondió Morante de la Puebla: pasó el primer ‘round’

29 may 2018 / 11:08 h - Actualizado: 29 may 2018 / 11:22 h.
"Toros","Observatorio taurino"
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Han sido cuatro tardes pero hemos tenido que esperar a la última de ellas -en la Feria de la Salud de Córdoba- para asistir al primer prodigio de la temporada del diestro de La Puebla. Lo vimos en Jerez sin lote ni suerte y leímos esto y aquello de los detalles de Valladolid y Brihuega pero lo del coso de Los Califas fue punto y aparte aunque el jurado del que fuera prestigioso trofeo ‘Manolete’ no se ha enterado. A su manera, también están echando tierra sobre la maltrecha afición cordobesa. Pero volvamos al ruedo: A plaza llena -el inmenso embudo desarrollista de Ciudad Jardín no se cubrió ni en la mitad de su aforo- estaríamos hablando de otra apoteosis pero la noticia, en cualquier caso, es la vuelta de ese Morante templado, inspirado y luminoso que tiende puentes con el toreo de la Edad de Plata y el enciclopedismo taurino de la herencia gallista. Morante ya sabía lo que era volver locos a los cordobeses. En las tertulias se sigue evocando las cuatro orejas y un rabo que cortó hace un lustro con aquel vestido negro y plata que le sirvió para firmar unos cuantos milagros antes de empaparse en la sangre del verano peligroso en la plaza de Huesca. Pero hay que hablar del presente: en el horizonte cercano, este mismo jueves, le espera el Corpus de Toledo. Y de allí viajará a Granada antes de completar el mes de junio con los compromisos de Plasencia, Alicante, León, Algeciras y Segovia. Ojo: en la semana taurina que se fue también se habló, y mucho, del faenón de El Juli en la llamada Corrida de la Cultura, encastrada en la interminable isidrada. Al trasteo del torero madrileño le faltó una rúbrica más feliz con la espada pero se convirtió en un rotundo punto y aparte en el ciclo isidril...

La delicada situación de una gran plaza

Don Julián también marchó al día siguiente de su acontecimiento venteño a Córdoba. Volvió a brillar a buen nivel. También gustó -y mucho- la faena de Enrique Ponce y la sorprendente disposición de un Finito al que, eso sí, se le ven demasiado los alambres de la técnica. La disposición y responsabilidad de Roca Rey completaron el cuadro de honor de una feria, la de Córdoba, en la que el resultado artístico estuvo muy lejos de la fría respuesta del público. Con este serial, previsiblemente, se cumple el compromiso contractual con la FIT. En su momento se celebró que el grupo mexicano contara con el indudable prestigio personal de Pepe Cutiño. Se soñaba con milagros parecidos al que convirtió la coqueta plaza de Olivenza en un capítulo fundamental de la gran temporada pero los acontecimientos posteriores rompieron esas ilusiones. La relación entre la inmensa plaza, la declinante y compleja afición cordobesa y la empresa ha sido manifiestamente mejorable. Ahora es imposible saber qué deparará el futuro y qué novios rondarán este coso decadente que anda lejos, muy lejos de sus mejores fueros. Andaremos expectantes de lo que ocurra...

Del delicado momento de la novillería

Se han celebrado ya dos de las novilladas incluidas en el abono y en ambas se ha cumplido un guión reincidente que invita a pulsar la alarma. Si la novillada de Rocío de la Cámara interesó mucho más que los chavales que la estoquearon, los utreros de Fuente Ymbro que remendaron el decepcionante e impresentable envío de Guadaíra volvió a poner en evidencia las carencias de tres de los chicos más toreados el escalafón. No se puede negar que las plazas de Sevilla y Madrid permiten la pervivencia del escalafón menor pero urge crear la figura de un veedor de talentos que rentabilice de alguna manera ese esfuerzo organizativo y económico que, tantas veces, se va derechito al sumidero. Seguiremos abundado en el asunto, que lo merece. Y nos vamos, felicitando sinceramente al maestro, amigo y compañero Luis Carlos Peris. Esta noche sentirá el abrazo de la sociedad y la familia taurina en un costeado y divertido guateque en La Cartuja. Enhorabuena.