Cosas de Sevilla, Málaga, Huesca y Baleares

La final del ciclo de promoción, la frustrada reducción del IVA de la plaza de Málaga o el trágico final de la bloguera Mel Capitán, entre los temas taurinos candentes; sin olvidar la abolición –de facto- de la Tauromaquia en Baleares

25 jul 2017 / 10:09 h - Actualizado: 25 jul 2017 / 10:20 h.
"Toros","Observatorio taurino"
  • Actual fachada de la Plaza de toros de Palma de Mallorca, conocida popularmente como Coliseo balear. / EFE
    Actual fachada de la Plaza de toros de Palma de Mallorca, conocida popularmente como Coliseo balear. / EFE

La Malagueta: un evitable tiro en el pie

La poderosa unión de empresas que rige los destinos de la plaza de Málaga no sale de una cuando se mete en otra. A la discusión de los carteles de su feria de agosto ha seguido la polémica, pésimamente manejada por los gestores, de la traída y llevada rebaja del IVA cultural que se hizo efectiva el pasado 29 de junio. La diferencia es un 11% que, visto lo visto, seguirá repercutiendo en el espectador a pesar del apercibimiento de la Diputación Provincial de Málaga, propietaria del coso de la Malagueta. La plaza está gestionada por Manuel Martínez Erice, Ramón Valencia, Toño Matilla, José Luis Martín Lorca y Simón Casas, unidos para desplazar en el controvertido concurso de adjudicación al licenciado Bailleres, que ha dejado a Morante, buque insignia de su cuadra de toreros, acuartelado en La Puebla; también a Ginés Marín, emergente valor al alza. La poderosa alianza de los barones del empresariado taurino ya pegó un primer resbalón presentando unos carteles que dejaremos en mejorables. El segundo, que ha levantado una gran polvareda en las redes sociales, ha sido esa negativa a aliviar la cartera de sus abonados y clientes descontando un 11% que sí se está aplicando en plazas como Santander o Bilbao. El tema anda pendiente en un recurso que dirimirá su legitimidad pero constituye una torpe maniobra que empaña la imagen de esa UTE taurina que opera bajo el pomposo nombre de ‘Toros del Mediterráneo’. Si querían dispararse un tiro en el pie pueden presumir de puntería. La prueba del algodón será el concurso del público que ha recibido con enorme desagrado el asunto y tampoco se entusiasmó demasiado con los carteles. Ya saben; al suelo, que vienen los nuestros.


Cuatro orejas, cuatro finalistas y ocho novillos

En la madrugada del próximo viernes conoceremos el nombre del flamante ganador del XXXIV ciclo de promoción de nuevos valores que ha ocupado las noches de los jueves de julio. Será, o debería ser, el mejor de los cuatro finalistas designados por el jurado de asesores artísticos de la presidencia de la plaza de la Maestranza. Han contado con el talante salomónico de la empresa Pagés para incluir dos novillos más en la final evitando el agravio comparativo pero, sobre todo, que algún nombre concreto se quedara fuera. Nada que no sepan: cuatro aspirantes cortaron oreja; y cuatro serán los que hagan el paseo para disputarse el vestido a medida que regala la Real Maestranza. Manuel Diosleguarde, Francisco de Manuel, Daniel de la Fuente y Rocío Romero, autora de la mejor faena de todo el ciclo, son los elegidos. Y desde esta Observatorio no discutimos los méritos de ninguno pero también tenemos, como cualquier aficionado, nuestro propio cartel de finalistas que omitiremos por elegancia. La cuestión vuelve a ser la misma: ¿nos quedamos con las orejas o con la proyección, la capacidad y la calidad de los chavales?


La muerte de una cazadora y el acoso vegano

La noticia del suicidio de Mel Capitán –catalana afincada en Huesca- ha sacudido hasta los cimientos a un mundillo del que se escribe poco y se sabe menos. Hablamos del universo de la caza, puesto en el punto de mira del acoso vegano y de ese sector creciente –apóstoles del pensamiento único- que pontifica sobre lo que está bien y lo que está mal. En el proceso depresivo que llevó a la mediátia cazadora a reservar el último cartucho para sí misma tuvo mucho que ver esa presión que le llevó a sufrir todo tipo de vejaciones por ejercer libre y legalmente su gran afición. La caza y el toro comparten su vocación agraria en un mundo que humaniza al animal y desprecia al humano. Y hablando del acoso antitaurino: ayer se aprobó la ley balear que, en la práctica, supone la abolición de la Tauromaquia en las islas. El proceso, seguido con pasmosa impasibilidad por el sector, implica el cierre de un puñado de plazas. En Cataluña, con coros de plañideras más ruidosas, sólo había en juego un escenario; trascendental, eso sí. La semana que viene diseccionaremos la dichosa ley. Seguiremos hablando de ello...