El tema era obvio. Se trataba de hablar de toros y música. Dos disciplinas que no son tan alejadas. La emoción estética que producen ambas actividades llevadas a su máxima expresividad es muy similar. Los melómanos aficionados lo saben bien. Pero hay más: la moderna estructuración de las faenas en estrofas –o series- también acercan el arte del torero a la armonía de la música. Este martes se sentaban en las tablas de la vieja Audiencia de la plaza de San Francisco –la actual sede de la Fundación Cajasol- el diestro Eduardo Dávila Miura y el teniente coronel Abel Moreno, músico militar en la reserva al que le une un lazo tan invisible como eterno con el torero sevillano.
La cita retomaba estos encuentros –iniciados en 2007 y que ya suman 49 ediciones- después del paréntesis del verano. Se trataba de abordar por primera vez esa relación entre el toreo y la música aunque en la sesión se ahondó también en las trayectorias de Dávila Miura y Abel Moreno sin que faltara un nutrido anecdotario. Este encuentro se producía, además, en el marco de la expectación creada por la celebración de festival organizado por la hermandad de la Macarena, este mismo viernes. Eduardo Dávila Miura, que pertenece a la junta de gobierno de la corporación penitencial, se ha implicado decididamente en el montaje de este evento que ha desbordado todas las previsiones y llega cargado de novedades.
Habíamos mencionado un nexo irrenunciable entre los dos invitados. El teniente coronel Moreno es el autor del célebre pasodoble ‘Dávila Miura’ que se ha convertido en un clásico en el repertorio de la banda de Tejera en las tardes de toros maestrantes. La inconfundible pieza musical incluye, además, fragmentos de dos marchas procesionales: son ‘A ti Manué’ y ‘Macarena’, la cofradía familiar de la familia Miura y en la que ahora figura Dávila como consiliario primero en la junta que preside José Antonio Fernández Cabrero.
“Este mano a mano empezó a engendrarse en 2002”, desveló Dávila. Moreno, aún no conocía entonces al matador sevillano, lo abordó en el patio de cuadrillas de la plaza de Las Ventas antes de su actuación en la feria de Otoño. De ese encuentro nació la intención de escribir la archifamosa pieza. “No podía imaginar ese día que el pasodoble tuviera la categoría que iba a tener”, sentenció Eduardo afirmando que “Abel Moreno es una de las personas que ha engrandecido mi carrera como torero”.
“Espero que el día de mañana me conozcan más allá del pasodoble”, bromeó Eduardo Dávila, definitivamente dueño de la escena. “Se estrenó en el Puerto de Santa María”, remató Moreno, que no pudo estar presente en su puesta de largo en la plaza de la Real Maestranza. “Es que Sevilla puede presumir ahora de un pasodoble que es sólo suyo”, añadió el compositor antes de que las notas de la composición, en la megafonía de la sala, hicieran viajar a los presentes al olor y el ambiente de una tarde de toros.
“No es lo mismo hacer una marcha que un pasodoble, ni siquiera es lo mismo un pasodoble de concierto que uno torero; las marchas se escriben para tocarse detrás de los pasos y los pasodobles para que suenen durante una faena”, aclaró Abel Moreno señalando que “el pasodoble se empezó a usar para atraer a la gente a las plazas de toros y en algún momento alguien pensó en añadir la música a la faena”.
“Yo le digo a las bandas de música que cuiden el repertorio”, prosiguió el compositor señalando que “se están haciendo experimentos”, en alusión a la interpretación de piezas como La Misión o su propia marcha, ‘La Madrugá’ en algunas plazas de toros. “Como se escucha la música en Sevilla no se escucha en ningún sitio”, añadió Dávila. En esa línea, Moreno destacó la calidad de la banda de Tejera y confesó que el primer pasodoble de su vida se lo había dedicado al diestro sanluqueño Paco Ojeda siendo teniente músico en los comienzos de su carrera militar. El ya teniente coronel desveló una anécdota de los músicos que no querían aprender composiciones nuevas para no tener que seguir la partitura perdiéndose así la faena.
“Es que el torero escucha la música en la plaza”, explicó Dávila. “La gente hasta te pide que no torees con pasodobles como el mío”. El veterano diestro recalcó una idea: “la música en Sevilla es en sí misma un premio para el torero, el inicio del triunfo”. José Enrique Moreno, moderador habitual de estos actos, interpeló al músico por el “padre” de todos los pasodobles. El compositor destacó la antigüedad de ‘Pan y toros’ pero calificó de número uno a ‘Suspiros de España’. “Se le tocó a la Macarena en la plaza de España”, apostilló Dávila, que está a punto de vestirse de corto a beneficio de las obras . Moreno también recordó que el pasodoble que más había recaudado en la historia era ‘España Cañí’ según los datos aportados por la Sociedad General de Autores.
“Rara es la plaza en la que haya un amigo y no me llame cuando suena mi pasodoble”, desveló Dávila. Abel Moreno volvió a tirar de anecdotario. Pepín Tristán, director de la banda de Tejera, le había confesado que determinado matador le había pedido el pasodoble ‘Dávila Miura’ dejando orillado el suyo propio. Moreno, que tiene 53 pasodobles toreros, refirió que tiene dedicadas piezas a toreros como Morante, El Juli, Manzanares. De hecho, el último se lo ha dedicado al joven matador Andrés Roca Rey, al que le ha añadido unas notas de ‘El cóndor pasa’ para personalizar el pasodoble.
Pero también había hablar de actualidad taurina. Dávila Miura refirió los detalles de su última reaparición en los ruedos en tres efemérides personales ligadas a la ganadería familiar. Eduardo cumplió sendos compromisos en las plazas de Sevilla, Pamplona y Madrid. Fue en tres años consecutivos que le devolvieron el pulso y el temblor de la vida de torero. “Creo que he recibido más de lo que le he dado a esta profesión; tengo la recompensa de haber sentido el reconocimiento de mi familia, los aficionados y los profesionales y me habría pesado mucho no hacerlo”.
Ahora le toca el papel de organizador y actuante en el festival del próximo viernes. “Mi compromiso con la Macarena está por encima de todo; poder torear un festival para la Virgen es una ilusión en mi vida y voy a cumplirla”, sentenció el torero sevillano antes de que la marcha ‘La Madrugá’ pusiera otro toque de evocación en el salón de actos de la fundación Cajasol.