De rey a rey

El mano a mano de Lima ha centrado la atención taurina del fin de semana y ha dado el pistoletazo de salida a la campaña americana. La retirada de César Jiménez ha refrescado el recuerdo del extinto G-10

08 nov 2016 / 10:47 h - Actualizado: 08 nov 2016 / 10:56 h.
"Observatorio taurino","El Juli","Andrés Roca Rey"
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Rebobinando en el adiós de un buen torero

No ha dejado de llamar la atención la retirada de César Jiménez, un torero que llegó a ocupar la cabecera del escalafón y que había desaparecido en la práctica de los carteles. ¿Qué pasó en este tiempo? El torero de Fuenlabrada era el flanco más débil de aquel famoso y extinto G-10 que alentó la llamada rebelión catódica. Hace ya un lustro: se pretendió sin éxito -poniéndose en dudosas manos- revertir el reparto de los derechos de televisión. Los empresarios nunca se lo perdonaron. Los grandes siguieron a lo suyo; los que andaban amparados por casas grandes bajaron la cabeza con la promesa de no romper más platos y Jiménez se quedó en tierra de nadie. El Cid fue el primero en bajarse del barco y el efecto dominó fulminó el grupo. Las estadísticas permiten comprobar el brusco descenso en las actuaciones de Jiménez entre 2011 y 2012, año de la sedición. A raíz de aquello se quedó parado. Jiménez pudo ocupar posiciones más altas en el toreo; se va sin ruido y con total elegancia. Suerte.

Un duelo en la cumbre para un nuevo tiempo

La reaparición de Andrés Roca Rey era, indiscutiblemente, el gran acontecimiento del invierno taurino. Dos percances sucesivos -en Málaga y Palencia- frenaron en seco la apabullante campaña europea del paladín peruano. Pero, a la vez, sembraron algunas dudas que el jovencísimo matador ha despejado hablando de tú a tú con el mismo matador -El Juli- que le dejó fotografiarse a su lado en el patio de caballos de la plaza de Lima cuando sólo era un niño que soñaba con ser torero. Algunos años después de aquella imagen ha vuelto a retratarse con el maestro. Pero ahora lo ha hecho vestido de luces y sabiéndose el foco de la extraordinaria expectación mediática que abarrotó el histórico coso de Acho en la yema de la feria del Señor de los Milagros. Ese mano a mano contenía otras claves simbólicas: se festejaba que el vetusto escenario americano ha cumplido 250 años. Pero también se escenificaba -del alguna manera- una ceremonia de traspaso de poderes. El Juli mantiene intacto el mando del planeta de los toros pero sabe perfectamente que Roca Rey es el pretendiente con derechos más sólidos para sucederle. El limeño logró salir a hombros pero la primacía profesional del madrileño le hizo abandonar la plaza a los gritos de ¡torero, torero! Roca ha confirmado al mismo equipo de apoderamiento que le ha acompañado durante la campaña española. Esa temporada acabó pero ya se está pensando en las líneas argumentales de la próxima. Los nuevos matadores y el renovado rumbo de Madrid marcarán la pauta.